A solo dos días de su triunfo en las urnas, Claudia Sheinbaum ha comenzado a mover sus piezas, nos hacen ver. Es el caso del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, quien no es una novedad, se mantendrá en el cargo. Ayer mismo, don Rogelio ya salió a buscar dar tranquilidad a los mercados y dejar claro cuál será la política en materia financiera que se aplicará en el gobierno de Sheinbaum. Y ayer también la virtual presidenta electa designó a Juan Ramón de la Fuente como el coordinador de los trabajos de transición entre los equipos de doña Claudia y los del presidente López Obrador, que darán inicio la próxima semana. Todo indica que muy pronto comenzaremos a ver algunos de los perfiles que participarán en el proceso de la transición y quizá más tarde aparecerán en el gabinete de Sheinbaum.
Al parecer, no se dan cuenta de que no se han dado cuenta que el domingo pasado recibieron una descomunal paliza y se aferran a sus cargos. Cuando la dignidad y el pudor deberían obligar a Marko Cortés y Alejandro Moreno a renunciar de inmediato a las dirigencias del PAN y el PRI, respectivamente, ambos aseguran que por el momento hay otras prioridades, y que ya vendrá el momento de dejar las riendas de los partidos, pero no por ahora. Como se lo hemos mencionado, ambos perdieron la elección del 2 de junio, pero se aseguraron de quedar en las listas plurinominales del Senado. Nos hacen ver que ambos solo dejarán los asientos de sus presidencias y sus sueldos en los partidos, hasta que en septiembre puedan saltar a los mullidos sillones de piel de Senado de la República, y comiencen a recibir dietas y beneficios por los próximos seis años.
Y en contraste, al que le fue requetebién en los resultados electorales es al dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, que junto con sus aliados del PVEM y el PT ganaron la Presidencia, la mayoría calificada en San Lázaro y quedaron a unos escaños de lograrla en el Senado, además de haber refrendado el triunfo en seis entidades morenistas, y de arrebatarle al PAN, Yucatán. Delgado tiene aún una última tarea: garantizar un proceso de sucesión exitoso en el partido, pues en octubre próximo acaba su mandato y eso, nos dicen, le abrirá las puertas a un cargo relevante en el nuevo gobierno que encabezará Claudia Sheinbaum.
Nos cuentan que en el Tribunal Electoral del Poder Judicial no cayó nada bien el hecho de que la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, “sustituyera” el trabajo de los magistrados electorales y de facto tuviera una calificación adelantada de la elección federal y hasta repartiera curules y escaños con un “Conteo Rápido”. Señalan que, al dar conocer la conformación estimada de las Cámaras, al margen de que concluya el PREP y el conteo final, no se tomó en cuenta las impugnaciones que podría haber, y que podrían generar, en especial en el caso del Senado, que el partido oficial y sus aliados obtengan la mayoría, o queden más lejos de ella de lo que hasta hora, con las cifras del conteo, esperan.