Ante la turbulencia financiera que llegó después de las elecciones, los inversionistas piden al gobierno federal mayores intereses para prestarle dinero, dijeron analistas a EL UNIVERSAL.
La Secretaría de Hacienda tuvo que comprometerse el martes a pagar una tasa anual de 10.83% para colocar 14 mil 500 millones de pesos en bonos que deberá liquidar en tres años. Se trata del segundo mayor rendimiento en casi 22 años.
Esta operación forma parte de las subastas primarias que la Federación realiza cada martes, a través del Banco de México (Banxico), para ofrecer instrumentos de deuda y financiar el déficit fiscal.
En el mercado secundario, donde se revenden estos instrumentos entre inversionistas, el mismo bono a tres años llegó esta semana a más de 11%, según Investing.
El vicepresidente y director de Inversiones en Franklin Templeton México, Luis Gonzali, comparó el episodio de volatilidad poselectoral al que se observó en octubre de 2018, cuando se canceló el proyecto en Texcoco.
“Frente a este ambiente se les tiene que dar un mayor premio a los inversionistas. Vimos subidas de tasas sobre todo en los bonos de largo plazo; por ejemplo, el de tres años y los Udibonos, con lo cual le está saliendo más caro al gobierno la incertidumbre prevaleciente”, indicó a este diario.
En el mercado secundario, el bono a 10 años, el mejor referente de los inversionistas, alcanzó esta semana una tasa de 10.82% y se trata del mayor interés en 19 años, desde abril de 2005, mientras que el instrumento a 30 años impuso un récord de 10.92%.
Al final del día, subrayó Gonzali, los prestamistas piden más rendimiento por el riesgo que perciben, lo que hace que el gobierno termine pagando mayores tasas y eso genera presión sobre las finanzas públicas para cubrir este premio.
La situación indica la impresión de los participantes del mercado sobre el riesgo que corren sus capitales, por lo que se cubren con una mayor tasa, añadió.
Descartan fuga de capitales
Luis Gonzali mencionó que a los mercados no les gusta la incertidumbre o desconocer las reglas del juego. No obstante, descartó una salida de capitales abrupta derivado del ruido político. “Estamos bastante lejos de ese escenario”.
Para analistas de CitiBanamex, los mercados han sido contundentes al reaccionar a las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la eventual aprobación de la reforma judicial.
“Si el Presidente insiste en forzar una apresurada autorización legislativa de reformas en septiembre próximo, debilitaría estructuralmente las condiciones de arranque para el gobierno de Claudia Sheinbaum, y también las perspectivas para materializar la oportunidad histórica que plantea el nearshoring”, advirtieron en el banco.
El analista de MetAnálisis, Gerardo Copca, dijo que las mayores tasas no sólo significan que el gobierno debe pagar más intereses por emitir deuda, sino también las empresas y las personas físicas que tengan créditos con tasa variable.
La subdirectora de Mercados de Deuda de Valmex, Yazmín Matus, refirió que el martes el gobierno subastará bonos a 30 años, por lo que seguramente los inversionistas solicitarán tasas más altas.
“Los premios que se pidan van a estar alineados a las cotizaciones en que se encuentren las tasas el día de la subasta, que es el próximo martes”, señaló en entrevista.
Para determinar el rendimiento que recibirán los inversionistas que adquieran estos papeles, Matus recordó que se consideran diversas variables como las tasas similares en Estados Unidos y otros países. En su opinión, las tasas de los bonos se moverán en función de datos duros en el ámbito nacional e internacional.
Con el objetivo de cubrir los intereses de la deuda, el gobierno propone destinar este año 1.26 billones de pesos. Sin embargo, por cada 100 puntos base adicionales en las tasas previstas, los pagos y costos de refinanciamiento de las obligaciones que están por vencer se incrementan en 30 mil 500 millones de pesos, señalan los Criterios Generales de Política Económica 2024 que la Secretaría de Hacienda presentó en septiembre pasado.
En CitiBanamex estiman que la depreciación del peso frente al dólar aumentará la deuda pública, de 50.5% a 51.2% del PIB en 2024 y de 52.5% a 53.2% en 2025.