El proyecto para que los aeropuertos de Guaymas y Ciudad Obregón, junto con el Puerto de Guaymas, se conviertan en un ente logístico destinado a impulsar el crecimiento económico e industrial de Sonora, ha generado escepticismo. La Secretaría de Marina, que ha asumido el control de ambos aeropuertos con el Estado como socio, no ofrece garantías claras debido a su historial reciente.
En una reunión con el almirante Juan José Padilla Olmos, director del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, se discutió la creación de esta entidad administrativa. “El Presidente lo planteó como una empresa descentralizada administrada por Marina, nos toca darle traducción jurídica bajo la figura más cómoda para ese objetivo”, comentó el gobernador Alfonso Durazo Montaño.
Sin embargo, experiencias recientes en otras partes del país han arrojado dudas sobre la efectividad de la militarización en la gestión de infraestructuras clave. Según un informe del periódico Reforma, tres años después de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador entregara el control total de las Aduanas de Tamaulipas y Nuevo León a las Fuerzas Armadas, la corrupción no solo no se ha erradicado, sino que se ha agravado, según denunciaron empresarios tamaulipecos.
Julio Almanza, presidente de la Federación Estatal de Cámaras de Comercio (Fecanaco) en Tamaulipas, afirmó que la militarización ha fomentado la corrupción. Señaló que el tráfico ilegal de combustibles se ha incrementado, y criticó la falta de preparación y conocimientos en la materia por parte de los militares que ahora administran las Aduanas.
Este contexto ha generado preocupaciones sobre el nuevo proyecto en Sonora, donde se planea la ampliación de la pista de aterrizaje en el aeropuerto de Ciudad Obregón y la modificación de instalaciones en el aeropuerto de Guaymas. La reciente inauguración de la ruta aérea Guaymas-Loreto se ha presentado como un avance, pero la efectividad de la militarización en la gestión aeroportuaria sigue siendo incierta.