Fiel a la trayectoria de su líder y fundador, Morena no acepta triunfos de otros.
Ahora es el caso de Pablo Lemus (MC) en la gubernatura de Jalisco, al que la dirigencia del partido oficial desconoce como ganador.
Donde ganan son demócratas, y donde pierden arrebatan.
Mario Delgado, presidente nacional de ese partido, cantó victoria sin elementos, habló de que se perdieron un millón 200 mil votos, y sus huestes golpearon a un trabajador del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco.
La candidata derrotada habló de fraude y Mario Delgado convocó a “defender la voluntad de las y los jaliscienses”.
No tienen remedio.
A ese grupo antidemocrático la mayoría de los votantes del país le entregó un cheque en blanco para que siga gobernando México.
Los “guardianes del voto” de Morena en Jalisco golpearon a un trabajador del Consejo Distrital 10, en Zapopan, porque, según Mario Delgado, “lo cacharon saliendo con una gran bolsa de basura rellena de boletas a favor de Morena”.
Eso es mentira.
Sucedió que el trabajador cargaba un coche para llevar la paquetería electoral de ese distrito a la Junta Municipal de Zapopan. En lugar de esperar a que sellaran la caja de esa casilla, metió las boletas en una bolsa y se encaminó con ellas al auto en el cual trasladarían toda la paquetería.
Pasó entre los “guardianes del voto” de Morena que, igual que en otros consejos distritales, se manifestaban para alegar “fraude”. Lo detuvieron y lo golpearon.
Es mentira que llevara “boletas de Morena”, sino que echó en la bolsa las boletas de una casilla (donde iban de todos los partidos) y las llevó a cargar antes de que se metiera a una caja sellada.
Mario Delgado subió a la red X (antes Twitter): “Ahora estamos en el Distrito 10 en Zapopan, en donde hace algunas horas un funcionario del IEPC Jalisco salió con una bolsa de basura que pretendía sustraer y, casualmente, estaba llena de boletas marcadas en favor de Morena”.
Lo que publicó el presidente de Morena es tan falso como el triunfo de su candidata Claudia Delgadillo.
Ganó Pablo Lemus, dicen los números.
Hubo fraude, según la aspirante derrotada. Mario Delgado la acompañó en la protesta, que contó con la acción violenta de los “guardianes del voto” del partido gobernante.
Un error humano, nada mayor, lo convirtieron en motivo para gritar que les robaron la elección. También exhibieron, por si hacía falta reiterarlo, su talante antidemocrático y violento.
Jalisco es un estado que no gobierna Morena, lo que nos dice lo que sucederá cuando pierdan una entidad en la que sí tengan el poder.
O el día en que sean derrotados en las urnas a nivel nacional.
La pesadilla antidemocrática persistirá hasta que quiebren al país con el reparto de dinero que llaman “programas sociales”.
Un conocedor del tema me dijo hace algún tiempo que desconocía si íbamos o no en ruta para convertirnos en Venezuela. “Lo que sí te puedo decir, sin lugar a dudas, es que en economía vamos por el camino de Argentina”.
Es el camino de los mal llamados “programas sociales”, que son reparto generalizado de dinero, sin sentido social –es individualismo puro–, sino de compra de votos. Hasta que el dinero no alcanza y viene el crack.
Mientras tanto la ciudadanía tendrá que defenderse de tramposos y violentos como los que no aceptan su derrota en Jalisco.