Entre los grandes pendientes que dejará la administración de Andrés Manuel López Obrador se encuentra la consolidación de la soberanía energética. En seis años, el Estado no fue capaz de fortalecer sus empresas en la materia y deja un sector comprometido en cuanto a las finanzas de la petrolera y en cuanto al suministro de electricidad para la población.
El reto de Claudia Sheinbaum es revertir el deterioro de las unidades de negocio de Pemex y CFE, pero sobre todo garantizar la viabilidad del sector estratégico, mediante la inevitable promoción de la inversión privada en el sector y un giro completo hacia las energías limpias.
El plan energético de Sheinbaum, bautizado como Soberanía Energética para el Desarrollo Sostenible, se vislumbra con los nombres que suenan para encabezar la política energética del gabinete. Se puede imaginar el nivel de rigidez que tendrá el manejo financiero de Petróleos Mexicanos si se concreta la llegada a su dirección general de Raquel Buenrostro; también puede augurarse una tendencia de mayor participación de los privados en la generación de electricidad si efectivamente asume las riendas de la Comisión Federal de Electricidad el actual director de Banobras, Jorge Mendoza.
Con una deuda internacional de 107 mil millones de dólares, Pemex es un polvorín que puede arrastrar al país a una severa crisis financiera, con la posible pérdida del grado de inversión, por lo menos de una de las tres grandes calificadoras.
Por otro lado, los objetivos de producción no se están cumpliendo, a pesar de que en el gobierno de López Obrador se le han inyectado 2.2 billones de pesos. En el equipo de Sheinbaum se han enfrentado con dificultades para encontrar quienes quieran asumir esa cartera, pues se sabe que los resultados que se obtengan invariablemente van a ser criticados. “No hay manera de salir bien parados de ahí”, dicen sus cercanos.
Por ello, parte de la tarea que se ha realizado en las últimas semanas es intentar convencer a perfiles como Gerardo Esquivel y principalmente a Raquel Buenrostro. El perfil austero que proyecta la siguiente administración en el ejercicio del gasto, si bien echaría por tierra cualquier proyecto de incremento a la producción, podría detener el incremento de las grandes deudas que la petrolera mantiene también con sus proveedores, la cual rebasa los 160 mil millones de pesos. En el estado en que se encuentra Pemex, aseguran, ya es imposible rescatarla incluso con participación privada, pues el aprovechamiento de esos capitales sería a muy largo plazo.
En el caso del Sistema Eléctrico Nacional, el equipo de Sheinbaum ha llegado abiertamente a hablar de fomento a la inversión privada, con prioridad en el desarrollo de infraestructura de generación a través de tecnologías limpias. El modelo que proyectan es parecido al que se instituyó con la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto, con la permanencia del mercado eléctrico mayorista, pero con contraprestaciones mayores para el Estado en cuanto al uso de las líneas de transmisión, a fin de garantizar por lo menos esos 15 mil millones de pesos que se requieren anualmente para el mantenimiento que elimine las mermas.
El plan se ajusta a los objetivos de López Obrador de mantener la rectoría del Estado en el sector energético, pero con las variables suficientes para apoyarse en los capitales de los privados a fin de evitar una catástrofe financiera o, en el peor de los casos, de disponibilidad de energía eléctrica que afecte el llamado estado de bienestar. En este contexto Claudia Sheinbaum también recurrirá a símbolos para implantar su modelo energético frente a un ultranacionalista López Obrador, por lo que está por designar a Lázaro Cárdenas Batel, nieto del general artífice de la expropiación petrolera, como su secretario de Energía.
Posdata 1
Los diferentes grupos de la 4T ponen en juego sus estrategias para ser considerados en el gabinete de trabajo de la primera presidente del país, Claudia Sheinbaum. En las redes sociales y en los servicios de mensajería instantánea han circulado varias listas con nombres de posibles integrantes del futuro gabinete. Por ejemplo, el fin de semana corrió como pólvora una lista con nombres de posibles nombramientos, incluidas oficinas tan importantes como el SAT, donde se intenta candidatear a cuadros muy cercanos funcionarios del actual gabinete, como la titular de la Secretaría de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, y del mismo López Obrador. Sin embargo, cercanos al equipo de la futura mandataria comentan que en esas listas hay nombramientos que son improbables, como la incorporación de Manuel Velasco y del exgobernador de Puebla, Sergio Salomón, al equipo de trabajo de la Secretaría de Gobernación. Es decir que la lista que circuló este fin de semana y las que han circulado en ocasiones anteriores son falsas. Según los integrantes del equipo de transición, éstas tienen el objetivo de perfilar a cargos trascendentes a personas de la 4T o de los partidos aliados.
Posdata 2
A propósito del sector energético, los tabasqueños que controlan y mal dirigieron a Pemex en todo el sexenio, Octavio Romero y Marcos Herrería, podrían ser sometidos no solo al juicio de la historia, sino al de los tribunales, pues muchas de sus decisiones al frente de la empresa petrolera pueden entrar en la categoría de daño patrimonial, lo cual bien podría llevarse a juicio por parte de la nueva administración, tras una auditoría.
Hasta ahora, los nombre de Octavio Romero, y mucho menos el de Marcos Herrería, no han sonado para ocupar ningún cargo en el próximo gobierno; tampoco tendrán un lugar en el Congreso. A diferencia de Rocío Nahle, que logró la gubernatura de Veracruz, estos tabasqueños quedarían desamparados y expuestos a que las autoridades los hagan rendir cuentas por el pésimo manejo de Pemex.
Posdata 3
Sobre el llamado “Plan C” de reformas constitucionales, las cúpulas empresariales ya comienzan a levantar la voz, con mensajes al nuevo gobierno.
La Coparmex, que preside José Medina Mora, expuso que la mayoría que alcanzó la presidenta electa Claudia Sheinbaum no puede verse como que los mexicanos le dieron un “cheque en blanco” ni como justificante para “avasallar” a las minorías.
Para la Coparmex, “la reforma planteada al Poder Judicial y la celeridad con la que pretende discutirse, puede minar de forma irreparable la confianza para invertir en México, pues se advierte como una iniciativa que restaría independencia a ese poder y debilitaría al Estado de derecho”. Esta advertencia es la que tiene contra las cuerdas al peso mexicano y es también lo que más preocupa a los empresarios.
Por eso va ser muy importante cómo van a renovarse los liderazgos de las cámaras y organizaciones de la iniciativa privada. Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), termina su periodo en marzo del 2025. Sin duda es el líder de la IP que más cercanía tiene con la 4T, y si bien está descartado para integrarse al gabinete de Sheinbaum, sí podría ser uno de los principales enlaces del nuevo gobierno con el sector empresarial. También se dice que estaría sobre la mesa la modificación de los estatutos del CCE para que se mantenga por un periodo adicional al frente del organismo.