Arturo Zaldívar, expresidente de la SCJN, se le fue con todo al Poder Judicial. Fue el último de los 35 oradores que participaron en primer el foro ¿Qué Poder Judicial tenemos? y ¿qué Poder Judicial queremos?, celebrado la tarde-noche de ayer en la Cámara de Diputados.
El ministro en retiro ahora es parte del equipo de la virtual Presidenta electa Claudia Sheinbaum. Un chairo más, pero con trayectoria.
Su postura, obvio, es a favor del voto popular para elegir a ministros, magistrados y jueces que propone AMLO, bajo pretexto de “democratizar” el Poder Judicial.
El hombre aprovechó el micrófono para denostar al Poder Judicial que le da una pensión y lo encumbró, al que sirvió y del que se sirvió. Dijo al respecto:
“Nunca ha estado en peor situación que ahora. Si preguntamos a la gente, que lo hicimos en los diálogos por la transformación, te dice que tenemos una justicia elitista, una justicia que privilegia a los que tienen frente a los que no tienen, que maltrata a las mujeres, que castiga la pobreza y o la delincuencia y que no tiene legitimación social”.
Su sucesora en la presidencia de la SCJN, Norma Piña, no quiso ser la primera oradora. Pidió hablar hasta que lo hicieran los demás. Sus palabras alertaron contra la aprobación fast track de la citada reforma.
“El paso veloz ante modificaciones estructurales sólo puede dar entrada a problemas mayores”, alertó.
Poco antes aseveró que la justicia en México no es un monopolio del Poder Judicial. “Seamos críticos de la justicia. La realidad no nos permite otra actitud, pero partiendo de la verdad, de los datos ciertos, de las cifras correctas valoradas en su contexto.
“Estamos abiertos a entablar un diálogo real, responsable. Pero para dialogar se requiere voluntad de reflexión. Resolvamos nuestras diferencias en el ancho camino del entendimiento, diluyendo así la idea de una decisión tomada”.
*El foro puso a ministros, magistrados y jueces de la Suprema Corte, apoyados por legisladores de oposición, frente a diputados y senadores de la mayoría oficialista, que en la próxima legislatura están llamados a ser verdugos de los juzgadores.
Sobra decir que los foros son un ejercicio inútil en lo que se refiere a los mecanismos para seleccionar a ministros, jueces y magistrados, punto neurálgico de la reforma.
La decisión de que los juzgadores sean electos por voto popular ya se tomó en otras instancias. “Es un irreductible” reconoció Ignacio Mier, coordinador de los diputados de Morena.
El ministro que habló primero fue Jorge Pardo Rebolledo. Propuso que la sustitución de los mil 600 juzgadores sea gradual y escalonada atendiendo a las vacantes que se van presentando. Yasmín Esquivel también se pronunció por el escalonamiento.
La mayoría de los juzgadores coinciden en que el Poder Judicial requiere de una reforma profunda, pero advierten sobre los riesgos de que la justicia se politice, vía la elección por voto de ministros, magistrados y jueces.
El ministro Alberto Pérez Dayán habló de las consecuencias de la reforma, si se aprueba en sus términos. Mencionó tres.
1.- Prohibir la suspensión de normas generales en acciones de constitucionalidad y controversias constitucionales, que muy excepcionalmente otorga la Suprema Corte, significa admitir también la posible violación a derechos humanos de modo irreversible, si esas normas resultan inconstitucionales.
2.- Suprimir efectos generales a determinadas sentencias de amparo implica desarticular la doctrina del interés legítimo que caracteriza al instrumento jurídico más avanzado de nuestra tradición jurídica.
3.- La carrera judicial implica un servicio civil de excelencia. La militancia y el sufragio la desvirtúan, la destruyen.
*A Noroña le pegó duro la declaración del presidente López Obrador en el sentido de que el acuerdo que repartía premios de consolación a los que perdieran la elección interna para elegir a la candidata (o) del oficialismo, firmado en 2023, es válido sólo para los que militaban en Morena.
El diputado del PT quedó en tercer lugar. Alega que le corresponde coordinar la bancada guinda en el Senado. Se siente burlado, desairado. Se fue duro contra El Peje.
“Lamento que desde la máxima responsabilidad pública del país se promueva el sectarismo. Lo considero un error”, dijo, antes de leer el documento que preparó:
“Escuché, no sin sorpresa, que el líder de nuestro movimiento que se asumió a sí mismo como garante de la unidad de nuestro movimiento y del cumplimiento de los acuerdos en el proceso interno que determinó la candidatura presidencial de la 4T se desdecía de su responsabilidad y de sus palabras.
“Es insostenible que sostenga que los acuerdos sobre las responsabilidades a asumir, dependiendo del lugar que se obtuviese en el proceso interno, era sólo para los de Morena… pone por encima del pueblo de México y de nuestro movimiento a la militancia de Morena”, puntualizó.