La noche del 2 de junio, en presencia de todo el cuarto de guerra en el piso 42 de un hotel de la Ciudad de México, la entonces candidata Xóchitl Gálvez y el dirigente panista Marko Cortés se gritonearon porque la hidalguense había felicitado a la morenista.
Ahora, ex Gobernadores del blanquiazul lanzan un ultimátum a su líder: ‘Cambias o te vas’.
Pasadas las seis de la tarde del domingo 2 de junio, en el piso 42 del hotel Presidente Intercontinental, Xóchitl Gálvez fue enterada por los presidentes del PAN, PRI y PRD, Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano que la coalición Fuerza y Corazón por México había ganado en Ciudad de México, Morelos y Yucatán.
Vía telefónica, los dirigentes cruzaron datos con Santiago Taboada, el candidato al Gobierno capitalino, se entusiasmaron con las alentadoras señales de las “colas y colas” que a esa hora todavía había en las casillas y, más o menos convencidos, decidieron trasladarse al World Trade Center para levantarle la mano al panista.
Con buenas sensaciones, los dirigentes regresaron de inmediato al hotel de Polanco. Otro era el escenario para la elección presidencial. En el cuarto de guerra instalado en el piso 42 había desconcierto: “Estábamos sorprendidos todos porque el porcentaje de rechazo de nuestras encuestas de salida era de entre 50 y 80 por ciento”, detalló una fuente consultada.
Marko, “Alito” y Chucho Zambrano se encontraron con que la candidata presidencial estaba reticente a cantar una victoria incierta.
“Xóchitl no estaba convencida“, contó un testigo de la escena. “Yo así no: si no tengo los datos, prefiero no salir”, comunicó la hidalguense. A regañadientes, a la mera hora dio su brazo a torcer y, al filo de las siete de la noche, con un numeroso séquito, compareció ante la prensa para cantar su victoria, aunque sin que pudiera proyectar mucho convencimiento.
“Por la energía y el entusiasmo de la gente. Por la información de los triunfos de Santiago Taboada en la Ciudad de México; de Pepe Yunes en Veracruz; de Libia Dennise en Guanajuato; de Lucy Meza en Morelos; de Renán Barrera en Yucatán; y de Lalo Rivera en Puebla; y por los resultados de muchas elecciones para Alcalde y el Poder Legislativo, por esos resultados está claro que ¡ya ganamos!”, cantó Xóchitl.
Motivados, la candidata, los dirigentes y sus estrategas subieron de nuevo al piso 42, aunque luego afloraran la incertidumbre y el desconcierto. Una fuente fidedigna aseguró que, desde el INE, Guadalupe Taddei había emplazado “a filtrarle a medio mundo los resultados del conteo rápido”.
La incertidumbre impregnaba el ambiente en ese penthouse. En esas horas, Xóchitl sugirió a su jefe de campaña, Santiago Creel, y a los dirigentes partidistas que bajaran con la prensa para que pidieran a las grandes cadenas de televisión se abstuvieran de cantar victorias anticipadas.
Entre tanto, Gálvez había decidido esperar los resultados del “conteo rápido“. Después del mensaje que dieron a la prensa, los dirigentes se encerraron en sendos salones del piso superior al vestíbulo y, una hora después, fueron a “echar taco” a El Califa de Polanco.
Para entonces, llegó al piso 42 el rumor de que Juan Pablo, el hijo de la candidata, había sido secuestrado. Pero Juan Pablo y su hermana estaban a esa hora con su mamá en un privado.
Poco después de que la consejera Guadalupe Taddei leyera los datos que había arrojado el conteo rápido, un allegado a Xóchitl buscó a “Alito”, Chucho y Marko para pedirles que subieran de inmediato al penthouse.
Cuando entraron a la habitación, se enteraron de que la candidata ya tenía listo “un pronunciamiento” que, se dieron cuenta, no había sido consultado con ellos. Luego vino la aparición en televisión de Claudia Sheinbaum y su revelación de que Xóchitl le había llamado para felicitarla.
Xóchitl le había pedido al responsable de comunicación, Max Cortázar, que le comunicara a la gente de Sheinbaum. Le acercaron al teléfono y, en una llamada de no más de dos minutos, Gálvez le reconocía el triunfo a la científica.
–¿Ya hablaste con Claudia? ¿La felicitaste? –protestó furioso Marko Cortés
–Sí, ya le llamé para felicitar –dijo, todavía ecuánime, Xóchitl Gálvez.
–Yo no estoy de acuerdo en que se felicite a quien hizo una elección Estado. ¿Por qué no nos pediste autorización para hacerlo?, gritaba el dirigente.
–Yo así lo siento y a mí ningún hombre me manda, reviró Gálvez.
En presencia de todo el cuarto de guerra, la candidata y el dirigente panista se gritonearon. En el clímax del enfrentamiento, Xóchitl mandó a “chingar a su madre” al de Michoacán.
Con la derrota a cuestas, la coalición Fuerza y Corazón por México se resquebrajaba sin remedio: el dirigente de la principal fuerza opositora se enfrascaba en una estridente bronca con la candidata presidencial.
Marko Cortés seguía protestando hasta que Juan Pardinas se interpuso entre él y Xóchitl. “Ya lo dijiste: pues si no estás conforme, pues ya…”, soltó.
En el curso de la precampaña, de hecho, Xóchitl y Marko ya habían protagonizado otra bronca después de que Gálvez le reclamara por el acuerdo político con el que el PAN se repartía cargos y posiciones en Coahuila.
Hubo más tarde otro jaloneo: a los dirigentes no les convencía parte del texto que Xóchitl iba a leer al filo de la una de la mañana. Les incomodaba mucho que la candidata felicitara de nueva cuenta a Sheinbaum.
–Eso no: retíralo, por favor, pidió uno de los dirigentes.
–Quítenle eso, aceptó a la postre Xóchitl.
Al filo de la una de la mañana, acompañada por todo su séquito, Xóchitl se dirigía al público para reconocer la victoria de Sheinbaum.
“Contarán conmigo como una guerrera que nunca dejará de luchar por un México en el que se respete la vida, la verdad y la libertad”, prometió.
LA REBELIÓN PANISTA
Ex Gobernadores del PAN exigieron al dirigente albiazul, Marko Cortés, un cambio en las estrategias del partido y una renovación para afrontar la nueva realidad política.
En su pronunciamiento, 13 ex Mandatarios panistas admitieron que la ciudadanía no los consideró opción para la Presidencia ni para la mayoría de los cargos federales y locales que se disputaron el 2 de junio.
“La votación que obtuvimos muestra una franca tendencia declinante y constante a la baja. El mensaje de nuestro pueblo es contundente y claro. Al PAN nos gritó fuerte: cambias o te vas.
“El PAN debe cambiar y actualizar su proyecto político a las realidades del Siglo XXI que vivimos, priorizando la seguridad, la superación de la pobreza y el logro de la equidad social”, señala el mensaje.
Entre los firmantes están Ernesto Ruffo, ex Gobernador de Baja California y primer Mandatario de Oposición al PRI en 1989; los ex Mandatarios de Guanajuato, Carlos Medina; de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña y Alberto Cárdenas; de Chihuahua, Francisco Barrio; de Nuevo León, Fernando Canales, y de Morelos, Marco Adame.
Convocaron a Marko Cortés a no adelantar la renovación de la dirigencia del PAN en acuerdos con los “padroneros”, que son líderes estatales del PAN señalados de manipular los padrones de militantes para favorecer a candidatos.
El propio Cortés ha sido acusado de haberse beneficiado del actuar de estos líderes “padroneros”, quienes lo encumbraron en la presidencia albiazul desde noviembre de 2018.
“Exigimos no adelantar el proceso de sucesión a la presidencia del partido con acuerdos concertados con los ‘padroneros’ que tanto daño han hecho al partido. Nuestro presidente, Marko Cortés, debe dar testimonio que debemos manejar nuestra democracia interna como exigimos del Gobierno lo haga en toda la nación.
“Exigimos abrir al PAN a la ciudadanía que no milita en el partido, pero que nos apoya y quiere participar para que el PAN asuma correctamente el liderazgo contra la dictadura que Morena quiere para México”, indicaron los ex Mandatarios panistas.
En su mensaje, reconocieron la labor de su candidata presidencial Xóchitl Gálvez, a quien reconocieron como “una gran líder”.