A ESTAS ALTURAS, la Presidenta electa Claudia Sheinbaum ya tiene muy adelantada la integración de lo que será su primer gabinete, el de la transición, fuertemente influenciado por Andrés Manuel López Obrador.
Tal y como impuso la aprobación del Plan C, tan pronto como inicie sesiones el nuevo Congreso en septiembre, el inquilino de Palacio Nacional recomendó perfiles que aseguren la consolidación de la 4T.
El primero, de todos conocidos ya, es el secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O, que repetirá por “tiempo indefinido”, ya sea para preparar el Paquete Económico 2025 o bajar el enorme déficit que hereda.
Dos carteras que si bien forman parte del gabinete ampliado, tienen un peso incluso mayor que otras secretarías: Pemex y la CFE, tendrían ya un destinatario final, cuyas personalidades ilustran el manejo que le darían.
En el caso de la petrolera el nombre que lleva la delantera es Raquel Buenrostro. ¿Por qué ella? Primero, por el aprecio que AMLO y Sheinbaum le tienen, y porque le reconocen la mano dura que se necesita.
Como Jefa del SAT, a Buenrostro no le tembló nada cuando sometió a los poderosos multimillonarios del país y a sus empresas a pagar impuestos; tampoco a las grandes multinacionales.
Pocos lo saben, pero desde 2014 fue asesora de PMI Comercio Internacional de Pemex, después gerente de Planeación y Desarrollo de Pemex-Cogeneración y Servicios, directora general y liquidadora.
Para la CFE el candidato más sólido, aunque también para una subsecretaría en Hacienda, es Jorge Mendoza, director general de Banobras, que pasada la veda electoral, hace un recuento de sus logros.
Este maestro en Administración de Empresas por la Universidad de Harvard ya fue en el sexenio pasado director corporativo de Finanzas en la CFE, lo que le da una amplia visión sobre sus retos y oportunidades.
En Economía el perfil más acabado para asumir el encargo, por su paso en la Cancillería y por la conducción de las relaciones con el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es Marcelo Ebrard.
Parece cantado ya su nombramiento, máxime porque Trump podría reelegirse tan pronto como en noviembre, y porque el año próximo el Tratado de Libre Comercio se sujetará a revisión y podría ajustarse.
Para Gobernación sin la menor duda y dígase lo que se diga, al menos ahora mismo, el mejor cuadro que tienen tanto López Obrador como la propia Sheinbaum, se llama Mario Delgado.
Desde su posición como presidente de Morena encabezó la paliza a la oposición que llevó al movimiento de la 4T a obtener 35.9 millones de votos y a sorprender con la mayoría calificada en el Congreso.
No se le puede regatear que es el individuo que mejor relación tiene en estos momentos con diputados, senadores, gobernadores, la interlocución con la oposición y con miembros del gabinete.
Juan Ramón de la Fuente, Omar García Harfuch, Rosa Icela Rodríguez, Julio Berdegué Sacristán, Andrés Lajous Loaeza, Ariadna Montiel, Luisa María Alcalde y Michelle Fridman serían otros que estarían en el gabinete.
TRES MUJERES QUE no debe perder de vista tampoco son la citada Luz Elena González, Maricarmen Bonilla y Michelle Fridman. La primera, le decíamos, llegó a la Secretaría de Administración y Finanzas del Gobierno de la CDMX junto con su jefa, Claudia Sheinbaum. Es de todas sus confianzas, pero al margen de ello, demostró ser una funcionaria de excelencia. Además de sonar para alguna de las subsecretarías de Hacienda, ya sea la del ramo en relevo de Gabriel Yorio o de Egresos en sustitución de Juan Pablo de Botton, también está siendo considerada para asumir el SAT en lugar de Antonio Martínez Dagnino. La segunda es la titular de la Unidad de Crédito Público y Asuntos Internacionales de la Secretaría de Hacienda.
Muy en el ánimo de Sheinbaum y cercana al secretario Rogelio Ramírez de la O. Puede tomar la posición de Yorio o bien, por su nivel de contactos y porque desde su posición conoce la problemática, asumir la dirección de Finanzas de Pemex, lugar ocupado hoy por Carlos Cortez. La tercera es actualmente secretaria de Turismo del estado de Yucatán, que gobierna Mauricio Vila. Otra profesional en su ámbito, experta en comunicación turística y desarrolladora de estrategias de promoción para unos 30 destinos nacionales e internacionales. Su nombre está en la mesa de candidatas y candidatos para relevar a un desgastado Miguel Torruco.
¿QUÉ HACER CON el ministro en retiro, Arturo Zaldívar? Quiere ser Fiscal General de la República o secretario de Gobernación, pero legalmente no le alcanza para ninguna de las dos. En el primer caso, aún si Alejandro Gertz Manero decidiera renunciar para dejarle vía libre a la Presidenta electa, lo que se ve difícil porque atrás sigue estando Andrés Manuel López Obrador y él ha dicho que su lealtad está con él, el que se perfilaría eventualmente a esa posición sería Omar García Harfuch. Zaldívar está con AMLO y con Sheinbaum, pero es una incógnita cómo el gobierno de la 4T pagará en este nuevo sexenio sus servicios. Elaboró la controvertida Reforma al Poder Judicial del actual inquilino de Palacio Nacional, ésa que se va a votar en septiembre, que tanto ruido está haciendo en los mercados financieros y que ahora supuestamente se va debatir en un parlamento abierto. Pero también está trabajando una reforma para Sheinbaum, que está siendo éticamente cuestionada por los asesores legales de la doctora, que ven al ex presidente de la Corte como un auténtico oportunista: crea el problema y ahora se vende para solucionarlo. Aún así, Zaldívar podría terminar cerca de la Presidenta electa, como un Jefe de la Oficina o Coordinador de Asesores, por ejemplo, durante un año para de ahí saltar a otra posición preponderante.
TAL CUAL LE reportamos aquí el 16 de mayo pasado, se cumplió. Le adelantamos que las fibras que quisieran adquirir a Terrafina, que dirige Alberto Chretin, bajo la fórmula de una adquisición que implicara el desliste de la emisora en el mercado de valores, traería consigo un altísimo costo fiscal. Anticipamos que en esa tesitura se encontraban Prologis, de Héctor Ibarzabal; Fibra Monterrey, de Jorge Ávalos, y Macquarie, de Simón Hanna. Pues bien, ayer esta última informó que los tenedores de sus certificados desaprobaron en asamblea el lunes pasado el mecanismo, precisamente por su impacto fiscal. Así que tendrán que buscar otra ruta.
PUES PARECE QUE Codere, que preside Gonzaga Higuero, no está resultando el negocio que esperaban los fondos que terminaron rescatándola de la quiebra el año pasado, léase PGIM, Davidson Kempner y Jupiter, de ahí que aceleren su salida. En México, la empresa dueña del Hipódromo de Las Américas y de diversas casas de apuestas tampoco las trae todas consigo. La firma ha venido perdiendo varias demandas con proveedores de servicios, lo cual no ha informado al mercado, máxime cuanto los montos rebasan los 500 millones de pesos y ameritarían un evento relevante en la Bolsa de Madrid.