LAS CONDICIONES MACROECONÓMICAS, hoy, no son ni remotamente iguales a las de 1994, cuando México sufrió una de las crisis más profundas de su historia. Pero sí está transitando a un camino sin retorno.
La transición de Carlos Salinas a Ernesto Zedillo tiene un común denominador con el de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum: el patrón de riesgo está cambiando.
Así como hace 30 años el “error de diciembre” devaluó el peso más de 100%, erosionó las reservas internacionales, tiró 6.2% el PIB, quebró los bancos y dejó millones de desempleados, hoy el tema es la confianza.
El golpe de la devaluación hace tres décadas fue inmediato y virulento; el efecto de aprobar la Reforma Judicial será más lento, pero, al final, también un golpe que quebrará el crecimiento, como en 1994.
Citibanamex, que comanda Manuel Romo, ya lo ve venir, y en su más reciente reporte ajustó las estimaciones de las principales variables financieras, a partir de la pérdida de contrapesos que tendrá la 4T.
Prevé un menor crecimiento de la economía, una mayor depreciación cambiaria, mayor inflación y una tasa de interés muy elevada. Con ese entorno iniciará el gobierno de Sheinbaum, la históricamente más votada.
Si Zedillo inició su gobierno con una devaluación del peso y reservas vaciadas, el marco con el que arranca Sheinbaum es otro: con un régimen flexible para el tipo de cambio que absorbe los choques y con reservas.
Al 18 de junio las reservas sumaban 219 mil 273 millones de dólares y Banco de México, que gobierna Victoria Rodríguez Ceja, adelantó que está preparado para intervenir el mercado en caso de más volatilidad.
Es verdad, México no vive un escenario de emergencia como el de 1994, pero lo que empieza a preocupar a los analistas, pero más que el equipo de Sheinbaum no lo registre aún, es la subida de tasas de interés.
La tasa de interés a 10 años casi toca el nivel de 11%, un dato que preocupa por el impacto negativo sobre los fondos de pensiones y las finanzas de Pemex, que aún dirige Octavio Romero Oropeza.
El cambio en el patrón de riesgo deviene de la pérdida de confianza por la desaparición de los contrapesos frente al poder de la Presidencia y Morena, en buena medida por la aprobación de la Reforma Judicial.
En un escenario de incertidumbre jurídica, la aversión al riesgo pegará a la inversión nacional y extranjera, afectando el crecimiento económico, y más si las agencias calificadoras nos degradan.
CLAUDIA SHEINBAUM SE reunió ayer con los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Encuentro en el que la Presidenta electa tenía por objetivo precisamente infundir confianza respecto de las 18 iniciativas que presentó en febrero Andrés Manuel López Obrador, las cuales empezarán a procesarse en septiembre. En concreto, a los hombres del dinero les preocupa el futuro del andamiaje legal y jurídico que tendrá el país, tras el relevo de buena parte de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el proceso de selección que por voto popular se hará de los jueces y magistrados del país. Sheinbaum repitió lo que ha venido diciendo en los últimos días, respecto de que no debe pensarse que México perderá el Estado de Derecho y que al contrario, la reestructura del Poder Judicial dará más certidumbre a las inversiones. De hecho ayer mismo el presidente del CCE, Francisco Cervantes, anunció que el sector privado se reporta listo para invertir 42 mil millones de dólares tan solo este año. Entre las empresas que ya están empezando a liberar dinero fresco apunte a FEMSA, que preside José Antonio Fernández Carvajal, y Grupo México, de Germán Larrea, curiosamente los dos empresarios que más enfrentados estuvieron con el actual inquilino de Palacio Nacional. También considere a TransCanada, que preside Russ Girling; Iberdrola, que conduce José Ignacio Sánchez Galán; ENI, que lleva Claudio Descalzi; Enel, que capitanea Flavio Cattaneo, y Ternium al mando de Paolo Rocca. Por cierto que Juan Cortina, el presidente del Consejo Nacional Agropecuario, volvió a brillar por su ausencia.
COMO SE LO hemos venido informando, quedó confirmado: Pemex, mediante un Contrato de Servicios Integrales de Exploración y Extracción, acaba de adjudicar el proyecto del campo Lakach para extraer gas natural en aguas profundas a Operadora CICSA y a GSM Bronco, que pertenecen a Grupo Carso, de Carlos Slim Helú. El 14 de junio la Dirección Corporativa de la paraestatal que dirige Octavio Romero notificó, mediante oficio al concursante, que resultó ser el ganador del “Proceso de adjudicación directa electrónica internacional” PEP-AD-S-GCSEYP-085-103697-24-1. Este tipo de contratos no son nuevos. Permiten a la petrolera la posibilidad de trabajar con una empresa privada, bajo la premisa de que el Estado mantiene la propiedad total del activo, en este caso el yacimiento de gas natural, y el privado, con recursos propios, se compromete a desarrollar e implementar un plan de inversiones a lo largo de varios años. Y es que las licitaciones de las rondas petroleras que emprendió el gobierno de Enrique Peña Nieto, aunque legales, fueron profundamente incómodas para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y también lo serán para el de Claudia Sheinbaum. De ahí que este esquema contractual “re-masterizado”, que tiene horizontes de vida entre 15 y 25 años, abre una gran oportunidad para que Pemex, sin perder la propiedad de los activos, aumente la producción de petróleo crudo y gas natural en los siguientes años. Slim va a invertir alrededor de mil 600 millones de dólares. Es muy probable que el martes en Campeche se anuncie oficialmente.
AHORA TAMBIÉN PODEMOS adelantarle que, tras un concurso internacional que duró más de un año, 15 meses para ser precisos, el mismo Pemex que dirige el susodicho Octavio Romero Oropeza, le asignó a CME Oil & Gas el contrato de servicios integrales número 640854816 para el desarrollo y abandono de los campos marinos Bacab y Lum por los próximos 15 años. En este proyecto, Pemex mantendrá la propiedad del yacimiento y CME, que comanda Alfredo Miguel Bejos, correrá todos los riesgos, pues invertirá la friolera de mil 650 millones de dólares para incrementar la extracción de crudo en estos campos ubicados en la reserva de Ku–Maloob–Zaap, en aguas someras frente a las costas de Campeche. También es casi un hecho que Schlumberger, que dirige William Antonio, le entrará a Bacab–Lum en una alianza técnico estratégica con CME Oil and Gas y sus filiales Opex Perforadora y Akal I. Estos son los dos grandes últimos anuncios en materia petrolera que, le decía hace unos días, alista como despedida el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Cacab-Lum y Lakach.
DESPUÉS DE VARIOS meses de intensas negociaciones que aquí en este espacio estuvimos reseñando, finalmente la Secretaría de Hacienda, que comanda Rogelio Ramírez de la O estableció los términos del acuerdo del IMSS, que dirige Zoé Robledo, y el ISSSTE, que encabeza Bertha Alcalde, con Prodemex, de Olegario Vázquez Aldir. De las nueve Asociaciones Público Privadas (APP) hospitalarias que tiene el gobierno federal, tres son las primeras en llegar a un acuerdo para que ambos organismos tomen el control total. Nos referimos a dos del IMSS y una del ISSSTE. Dichos hospitales fueron construidas y operadas por la empresa de Vázquez Aldir, quien por cierto recibió un cálido reconocimiento por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien destacó su compromiso de apoyar la nueva visión del gobierno en materia de salud y por ser los primeros en cerrar las negociaciones y tener la sensibilidad de llegar a un acuerdo favorable para ambas partes.