Ocupados como estamos en la elección y el proceso postelectoral, el crimen organizado ha demostrado en los días posteriores a los comicios que la inseguridad y la violencia no se frenará sólo con votos. Al contrario, se sienten empoderados y tratan, en este periodo de transición, de fortalecer sus posiciones de cara al amplísimo cambio de autoridades que comenzará en el ámbito federal, estatal y municipal en las próximas semanas.
Pero hay fenómenos mucho más amplios. El Observatorio Europeo de las Drogas informó esta semana que Europa está, literalmente, inundada de cocaína proveniente de Sudamérica, tanto que los decomisos de esa droga en la Unión Europea son mayores que los que se logran en Estados Unidos. Ayer se informó de una gran operación de decomiso de toneladas de cocaína y la desarticulación de una red de la llamada mafia albanesa, con fuertes nexos, por cierto, en el sureste de nuestro país.
Fuentes de la Policía Nacional de Colombia hablaban en estos días de plantíos de coca que estaban tratando de establecer cárteles mexicanos en Michoacán, Chiapas y Oaxaca. Puede ser, pero la coca se da en condiciones ideales en la región andina de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Pruebas para ver si se da la coca en México ha habido desde, por lo menos, 1994, y nunca han tenido verdadero éxito, entre otras razones porque las condiciones no son las idóneas, pero también porque en los países andinos se cuenta con toda la infraestructura para sembrarla, transformar la pasta de coca en cocaína y producirla en cantidades millonarias.
Tampoco los cárteles mexicanos necesitan desarrollarla en México porque desde hace años intervienen ampliamente en Colombia, Ecuador y Perú, tienen socios, son propietarios de sectores completos del proceso y son actores centrales en un tráfico que, en muchos casos, ya no necesita pasar necesariamente por México (aunque lo sigue haciendo y en cantidades industriales). En Colombia, el presidente Gustavo Petro, durante casi dos años, no combatió el cultivo y la producción de cocaína, lo que dio a los grupos criminales la posibilidad de hacerse de un stock enorme que ahora están colocando en buena parte del mundo. En Ecuador, el conflicto que vive el gobierno de Daniel Noboa pasa en buena medida por la decisión que tomó de tratar de cerrarle la puerta a esos grupos, mientras que gozan de mucho espacio para operar tanto en Bolivia como en Venezuela, con una fuerte complicidad de las autoridades.
La presencia de los grupos mexicanos, con sus socios locales, se extiende por varias naciones de Centro y Sudamérica. Tienen fuerte presencia en Brasil y Argentina, y crecen en Chile y Paraguay. Desde estas naciones, la cocaína se envía a Europa, pasando en muchas ocasiones por naciones africanas, donde también se han asentado con socios locales y gracias a la amplia corrupción de las autoridades.
Y llega a Europa en cantidades cada vez mayores por España, por los Países Bajos, por distintos puertos de entrada: hay mafias gallegas, musulmanas, holandesas, rusas, serbias, las tradicionales mafias italianas y de otros países, aunque las autoridades europeas insisten en que la más poderosa y diversificada es la albanesa, y es la que mayores nexos parece tener con los grupos criminales latinoamericanos, incluyendo los mexicanos.
Es que, además, hay razones estructurales para esa diversificación y apertura de nuevos mercados con la cocaína. De nuestro país hacia Estados Unido sigue entrando la misma cantidad de cocaína de siempre, pero el gran negocio del crimen organizado en México ya no está en la coca (que sigue siendo un negocio altamente redituable), sino en las drogas sintéticas y, sobre todo, en el fentanilo, que deja ganancias geométricas respecto a sus bajísimos costos de producción. Por eso, cada vez más, las drogas sintéticas y la cocaína que llega a la Unión Americana va mezclada con fentanilo. La cocaína, de la que hay una enorme producción, sobre todo en Colombia, entonces dirige sus extras hacia Europa y Asia (además de los países latinoamericanos, donde el consumo ya es altísimo, sobre todo en Argentina y Brasil).
Todo este escenario sirve para exhibir la trama complejísima que existe tras el crimen organizado mexicano, la forma en que han utilizado estos años de empoderamiento para extenderse no sólo en el país, sino también a nivel global, y el enorme desafío que le espera a la próxima administración si quiere recuperar la seguridad.
LA TREGUA JUDICIAL
Ayer, Claudia Sheinbaum reiteró que la elección de jueces se dará por votación popular. Este lunes se darán a conocer los resultados de la encuesta “imparcial” que hará Morena, mientras que en algún momento se hará la consulta anunciada. Todo en medio de acusaciones y golpes. Insistamos en lo que dijimos ayer: ¿no deberíamos tener una tregua judicial mientras se define qué pasará?, ¿quién puede garantizar, en medio de tantas presiones, que los jueces, magistrados y ministros no se doblen en uno u otro sentido en casos clave en medio de tantas presiones, cuando está en juego su futuro?
EDOMEX Y SEGURIDAD
Habrá cambios de fondo en la seguridad pública del Estado de México. Deja el cargo Andrés Andrade, un hombre muy cercano al general Audomaro Martínez y que tenía fuertes diferencias con el secretario de Gobierno, Horacio Duarte, y llega en su lugar un experimentado especialista que fue durante varios años secretario de Seguridad en Sinaloa, el teniente coronel Cristóbal Castañeda, lo hace con todo el apoyo de la gobernadora Delfina Gómez y de sus mandos militares.