Estos últimos días, López Obrador ha estado construyendo la excusa perfecta para quedarse al frente; está retando a la realidad, a la vida, a la misma Claudia. ¿Quién permite la locura de anunciar que las radicales reformas solicitadas por López Obrador pasarán en septiembre? El propio Andrés Manuel.
Martes, miércoles y jueves, en lugar de dedicarlo a celebrar el arrollador triunfo en las urnas, tanto Claudia como Ramírez de la O (futuro chivo expiatorio) se la pasaron teniendo que frenar la incertidumbre de los mercados.
El presidente es quien, a pesar de que inversionistas, grupos financieros y actores varios que tienen peso en la economía mexicana piden certezas jurídicas, ha decidido ocasionarle un importante contratiempo a Claudia, mismo antes de que ella siquiera haya iniciado su mandato. AMLO contra Claudia; López Obrador el principal opositor de la virtual presidenta.
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Urge saber si los legisladores de la 4t le están poniendo “precio” a sus decisiones o si obedecen y acatan las instrucciones del aún inquilino de Palacio de a gratis. De forma cronometrada estos le han ayudado al presidente a jugar al gato y al ratón con Sheinbaum y lo que será la viabilidad, ya no solo de su gobierno, si no de que llegue a sentarse o no en la silla presidencial. Y así, después de decir que las reformas de López Obrador estarían todas aprobadas en septiembre, sin más reculan.
Tenemos a Ignacio Mier —hoy diputado federal de Morena, senador a partir de septiembre— saliendo a decir un “ustedes disculpen, siempre no”. Que apenas estudiarán dichas reformas y que si acaso las aprobarán en octubre y con cambios.
La bancada morenista en la Cámara de Diputados, además de hacerle el juego a López Obrador, le está encareciendo a Claudia sus decisiones. Y sí, ¡cómo se nota que la mayor parte de los legisladores electos de la 4t NO son gente de Claudia!
Insistir en que la reforma al Poder Judicial en estos momentos equivale a atarla de manos. Es poner una de las peores losas en su relación con la comunidad internacional y con la realidad, esa que habita más allá de los otros datos del primer mandatario.
El único interesado en ocasionar un tsunami político/jurídico/económico/social es el macuspano; crear las condiciones para quedarse a tener que enderezar el barco. El señor se quiere quedar donde está; esa es la única razón de hacerle todo esto a Claudia.
¿Quién dijo que estas elecciones eran un plebiscito a su gestión? López Obrador. Y ahora que conoce los apabullantes resultados de votación por ÉL, y no tanto por ella, sabe también cuántos aplaudirían que él se mantuviera en el poder más allá de su periodo constitucional.
Da rabia pensar que hace menos de una semana hice aquí un ejercicio de política ficción señalando que Andrés Manuel hará todo por quedarse en la Silla del Águila y ahora resulta que eso es lo que el caudillo está intentando hacer. López Obrador no quiere irse a su rancho, pretende quedarse a controlar los destinos de una nación, incluso si eso significa traicionar a su sucesora electa.
Qué rápido se le echó a la yugular; para ser un hombre no envidioso, cómo envidia —y a la vez se aprovecha— los cinco millones de votos que Claudia Sheinbaum obtuvo más que él en las urnas. ¿O no la está haciendo trabajar horas extras en estos momentos?
Así, después de la vorágine desatada por los legisladores, la incertidumbre política y económica en México alcanzó nuevas cotas que solo pudo disminuir —y no del todo y hasta nuevo aviso— cuando Claudia conversó con la quien está a la cabeza del Fondo Monetario Internacional y poniendo a Juan Ramón de la Fuente a su vera. Sin olvidar, claro está, su reunión con Black Rock donde volvió a cacarear que Ramírez de la O está en su equipo de trabajo… y a un Ricardo Monreal haciéndola de conciliador…
Con todo lo anterior, la Bolsa Mexicana de Valores se recuperó y el peso volvió a tener una posición fuerte… ¿Durará la magia?
¿Cuántas veces el mismo juego de aquí a octubre? ¿Cuántas personas tendrán que intervenir en favor de Claudia para que todo vuelva a los límites “normales”? Cuidado: de tanto estirar la liga, esta se rompe. Con la posibilidad de que se rompa cuando ella ni siquiera ha comenzado su gestión…
¿Para qué hacerla trabajar de más?, ¿por qué sabotear su gobierno aun antes de iniciado? ¿Por qué estos desafortunados anuncios?
Vaya que el señor hace todo y de todo para recordarle quién manda; quién dicta la agenda del país.
El mayor opositor a la virtual presidenta es López Obrador, y la razón es de lo más sencilla: como los caudillos de la más rancia era antes del PRI, procurar mantenerse.