Alejandro Moreno Cárdenas ha convocado a un consejo del PRI para este jueves en el cual pretende, según pudo conocer LPO, fijar una fecha para convocar a la Asamblea del partido, compuesta por 18 mil militantes, en la cual la meta es que se mandato se extienda ante la situación “de excepción”, que el tricolor atraviesa después del desastre electoral del pasado domingo.
Algo de esto adelantó el dirigente en algunas conversaciones radiofónicas. En su entorno descartan que vaya a dejar a Pablo Angulo como dirigente.
Es una jugada a todo o nada porque hay múltiples actores en el entorno del dirigente que hablan de un fracaso electoral rotundo y que quieren desarmar la sociedad con el PAN para rediseñar la orientación del PRI. Alito querría que en esa instancia se genere un operativo clamor que extienda su dirigencia otros cuatro años. Y trabajará en esa dirección.
Una idea que circula con fuerza en ciertos grupos del tricolor es que México ha ingresado en una fase política similar a los años 80, cuando todavía no había mercado electoral y toda la política era dentro del partido que gobernaba el país. Bajo este esquema, el PRI debería abandonar su oposición frontal a la 4T e ingresar al esquema del oficialismo de modo de buscar acuerdos que permitan la reconstrucción.
El paralelismo con los años de Miguel De la Madrid va más allá de esta noción de hegemonía. El principal frente del entonces mandatario era la economía, igual que ahora, que Sheinbaum ha dedicado esfuerzos dirigidos a contener el nerviosismo de los mercados ante la reforma judicial que propone Andrés Manuel López Obrador.
De la Madrid, enfocado en la administración, había dejado el manejo político en manos de Manuel Bartlett, probablemente el último secretario de Gobernación con poder total sobre la política doméstica del país. Sheinbaum busca un inquilino para Bucareli con capacidades bastante similares.
Ante estos ecos es que en el PRI se habla de ir hacia una sociedad con la 4T. Un detalle: Alito no está cerrado a acordar con Claudia Sheinbaum pero todavía quiere ver hasta donde el futuro gobierno lo va a requerir como socio en las Cámaras. Por ejemplo, en el Senado, donde Morena no tendría mayoría calificada, los votos o las ausencias del PRI pueden adquirir un valor adicional.
Los nexos son variados. El dirigente del tricolor tiene buen trato con actores que serán centrales en el sexenio que viene, entre ellos Adán Augusto López Hernández, que coordinaría a los senadores morenistas. El ex gobernador de Tabasco ha dicho alguna vez, en privado, que el PRI tiene lugar para incluso estar dentro de la coalición oficialista, junto al Verde y al PT.
Pero de momento, el dirigente sostiene su retórica opositora y no habrá giros ni cambios de dirección hasta que tenga asegurada su continuidad.