El Partido Acción Nacional (PAN), históricamente identificado con la derecha en México, parece haber modificado su orientación ideológica hacia el centro, colaborando estrechamente con partidos de izquierda como el PRI y el PRD. Esta transición ha creado un vacío que podría ser llenado por la formación de un nuevo partido político que represente de manera más fidedigna a la derecha mexicana, según explica Javier Tejado en su reciente columna.
La candidata presidencial del PAN, Xóchitl Gálvez, ha adoptado posturas que divergen de los principios tradicionales del partido, como el apoyo al asistencialismo social, la legalización del aborto y la ampliación de derechos para la comunidad LGBT+. Esta reorientación ha generado desconcierto entre los militantes más conservadores del partido y ha impulsado la organización de varios grupos interesados en constituir un nuevo ente político que reivindique estos valores.
Esta teoría, lanzada por el columnista de El Universal, Javier Tejado, menciona que entre los interesados en formar un nuevo partido de derecha destacan la iglesia evangélica, que previamente intentó lanzar a Eduardo Verástegui como candidato presidencial independiente; la “marea rosa”, liderada por Claudio X. González, y el empresario Ricardo Salinas Pliego, quien a través de iniciativas como la Universidad de la Libertad y su activismo en medios de comunicación, busca promover una ideología similar a la de figuras internacionales como Silvio Berlusconi, Javier Milei y Donald Trump.
La dirección actual del PAN, consciente de estos movimientos, parece estar buscando reforzar sus lazos con sectores conservadores, como quedó evidenciado en la reciente reunión del presidente del PAN, Marko Cortés, con organizaciones provida y Jorge Romero, quien podría ser su sucesor.
La consolidación de un nuevo partido de derecha en México requiere la recolección de 250 mil firmas distribuidas en 20 entidades, un proceso que dura aproximadamente año y medio y que solo puede iniciarse cada seis años, tras las elecciones presidenciales. Los esfuerzos actuales podrían verse reflejados en las elecciones legislativas de 2027, marcando una posible reconfiguración significativa en el espectro político mexicano.