Ayer en la mañana uno de los más autorizados intérpretes de la esencia de esto que llaman ‘4T’, Epigmenio Ibarra, resaltó entre los logros del actual gobierno que ya se hayan “acabado las masacres”.
Cómo, si hay matanzas casi a diario, le replicó Ciro Gómez Leyva en su programa de Radio Fórmula.
La respuesta de Epigmenio fue elocuente: pero ya no son cometidas por las Fuerzas Armadas (sino por los criminales).
En efecto, la retirada del Estado en la lucha contra el crimen organizado ha dado carta blanca a los grandes, medianos y pequeños cárteles para matar civiles a diestra y siniestra.
La inacción del gobierno de la ‘4T’ lo ha puesto como el sexenio con más muertes violentas en la historia.
Al Ejército lo mandaron a ejercer tareas empresariales que corresponden a la iniciativa privada y a las bandas criminales les entregaron lo que puedan tomar del territorio nacional, con todo y sus reglas.
Esta visión de la realidad que los voceros del gobierno de Morena nos pintan como un éxito no es compartida por la gran mayoría de los mexicanos. Tampoco en el exterior.
Las dos más influyentes publicaciones financieras del mundo, Financial Times y The Wall Street Journal, destacaron en sus páginas el crecimiento de los grupos de narcotraficantes durante el gobierno del presidente López Obrador, y que México va hacia un régimen de partido único, sin Estado de derecho.
(Por cierto, en el gobierno presumen la inversión extranjera directa en el primer semestre como “histórica”. Es reinversión de utilidades. Lo histórico es que se trata de la menor captación de inversión extranjera directa nueva para un primer trimestre).
Financial Times publicó un reportaje a plana completa, con el título Cómo los cárteles mexicanos de las drogas han prosperado bajo López Obrador, que se ilustra con una foto silueteada de nuestro Presidente con los brazos cruzados y un fondo rojo con paisaje árido.
Expone que “el Presidente saliente dijo que iba a combatir a las organizaciones criminales con abrazos y no balazos. Cinco años después, la violencia se ha deteriorado y se ha convertido en una amenaza para la seguridad y la economía del país”.
Con López Obrador, se menciona en el reportaje, “los dos principales cárteles de México dirigen ahora una red de actividades ilegales que se extiende por toda América del Sur y que desafía a los gobiernos y alarma a los ciudadanos”.
En el Financial Times se señala a los cárteles como amenaza para las elecciones de la próxima semana, en la que participan:
“Están interfiriendo de manera más descarada en las elecciones. La campaña de este año ha sido la más mortífera de la historia”, informa.
The Wall Street Journal publicó un editorial institucional que alerta de la pretensión del partido gobernante en México de instaurar un régimen de partido único.
Si Morena gana los dos tercios del Congreso mexicano, dice el editorial del WSJ, “despejaría el camino para enmendar la Constitución y revertir la apertura de los mercados energéticos, erosionaría la independencia de la Suprema Corte, de las autoridades electorales, y eliminaría a los reguladores independientes”.
Igual que observa el Financial Times, WSJ apunta que la violencia de los cárteles de las drogas y la extorsión “se han disparado con López Obrador”.
Señala al actual Presidente de México como “un aliado de Venezuela y Cuba, y alberga un gran número de inteligencia ruso”.
La ilegalidad con que se ha conducido el Presidente no es desconocida para el Consejo Editorial del Wall Street Journal: “El gobierno de AMLO ha utilizado investigaciones financieras y registros fiscales confidenciales contra adversarios políticos. Todo eso ha socavado el Estado de derecho”.
El Sol, se demuestra una vez más, no se puede tapar con un dedo ni con acusaciones fantasiosas.
Ni el Financial Times ni The Wall Street Journal son robots de conjuras domésticas.