El reloj marcaba las 14:00 horas, hora del Pacífico, cuando Ovidio Guzmán López llegó a su casa en el Fraccionamiento Tres Ríos de Culiacán, Sinaloa, aquel 17 de octubre de 2019. Media hora después, el Ejército y la Guardia Nacional ya tenían rodeado el domicilio.
Lo que se conoce en la historia reciente del país como ‘Culiacanazo’ fue uno de los sucesos más violentos que se hayan registrado. Ante la presencia de las fuerzas federales y el posible arresto de Ovidio, sus hermanos movilizaron a sus tropas en la capital sinaloense.
Una reconstrucción de cómo se vivió esa tarde dentro de las filas de Los Chapitos fue retomada por la periodista Anabel Hernández en su más reciente libro La historia secreta. AMLO y el Cártel de Sinaloa.
En una entrevista, Guillermo Michel Hernández, alias ‘El Lagartijo’ —jefe de sicarios que trabajó para ‘El Chapo’ Guzmán en Chihuahua y después de estar preso se movilizó a Culiacán— recordó las instrucciones que recibió aquel día.
La línea de radios de Los Chapitos comunicó una orden clara: alistarse para el combate. Iván Archivaldo Guzmán le exigió a sus huestes que se trasladaran de inmediato al fraccionamiento Tres Ríos.
“No pudimos porque ya estaba cerrado todo, ya estaban los enfrentamientos muy duros y no pudimos”, recuerda ‘El Lagartijo’. Según los informes oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), las hostilidades comenzaron a las 14:50 horas (tiempo del Pacífico).
Ante la imposibilidad de acudir a la vivienda de ‘El Ratón’ para rescatarlo, los jefes de sicarios giraron una nueva instrucción a sus sicarios. “¡Levanten a todos los guachitos que tengan ubicados! ¡A toda la familia de los guachitos!”, dijo Néstor Isidro Pérez Salas, alias ‘El Nini’, quien era en aquel entonces uno de los principales encargados de la seguridad de Los Chapitos.
‘Guacho’ es una forma coloquial ampliamente utilizada por grupos criminales para referirse a los soldados. Su objetivo ya no era atacar a los elementos castrenses que habían rodeado a Ovidio, sino a las familias residentes de la Unidad Habitacional Militar de Culiacán.
“¡Fierro, plebada! Jálense a la unidad habitacional de los soldados en la veintiuno! ¡Levanten las familias de soldados!”, gritó ‘El Nini’ por radio.
En su conversación con Anabel Hernández, ‘El Lagartijo’ destacó su desacuerdo con dicha orden. “A mí no me gusta eso de meterse con la familia, eso no”. Sin embargo, al ser un mandamiento directo de ‘El Nini’, tuvo que acatarlo.
Al llegar a la unidad habitacional, ‘El Lagartijo’ se percató de que ya había varios sicarios en el lugar, pero no se acercaban por temor a la reacción de los castrenses. De pronto, hubo una pausa en la línea de radios y se escuchó la voz de Ovidio.
“¡No, plebada! ¡Relájense! Ya me entregué y ya valió madre”, dijo ‘El Ratón’. Iván Archivaldo insistió en mantener la ofensiva, pero su medio hermano pidió no lo hicieran: “Les estoy diciendo que no, ya paren esto por favor”.
Los informes militares refieren que fueron 375 sicarios de Los Chapitos los que se esparcieron por toda la ciudad y participaron en nueve episodios de violencia distintos. A las 18:49 hrs, el Gabinete de Seguridad Federal “ordenó dar fin a la operación, cesando los desmanes, mientras las Fuerzas Operativas se replegaban”, reconoció el Ejército.