Hugo López-Gatell fue nombrado por Andrés Manuel López Obrador como el máximo responsable para enfrentar la pandemia. Ufano por el nombramiento, el dos de marzo de 2020 el “científico” sentenció: “el COVID no representa una amenaza ni en términos sanitarios, ni sociales o económicos”.
Cuatro años después se sabe que su pésima gestión mató directa o indirectamente a más de 300 mil mexicanos. Las decisiones del galeno fueron erróneas y negligentes.
Prefirió ser zalamero con el presidente y volverse el poeta de Palacio que el médico vigilante y el responsable de velar por la salud de una nación.
El colmo del cinismo y de la banalidad, ninguna de las dos características tolerables en un médico, se manifestaron cuando López Gatell aceptó hace un año— así, sin más— que 30 mil capitalinos no votarían por él para candidato a jefe de gobierno de la CDMX: “No, porque están muertos”. Así, en una frase, nos volvió a recordar su impudicia y el nulo valor que les da a la vida. Esos muertos tienen familias y estas sí votan y tienen memoria.
El COVID representó en términos sanitarios más de 808,619 mexicanos muertos, ser el país con el mayor índice de decesos entre el personal de la salud (5,800 personas murieron cuidando/salvando a otros) y el reducir la esperanza de vida en México cuatro años, de 75 a 71 años (aunque a ello contribuyeron también otros factores igualmente imputables al gobierno de López Obrador).
Si hablamos en términos sociales, México resultó ser el país con mayor número de infantes huérfanos por el COVID; estamos hablando de 215,000 niños y niñas.
Mientras que, desde el punto de vista económico, el PIB nacional cayó en un 8.7%.
Los otros datos, los de verdad, terminaron por demostrar las falacias de López-Gatell, de la Secretaría de Salud y de todo el clan morenista. 300 mil personas que murieron porque un señor privilegió la genuflexión a la ciencia —y todo el régimen morenista así se lo exigió.
Un medico que en no educó al presidente y un presidente que promovió una estampita milagrosa. Toda una secretaría que le
siguió el juego. Un gobierno que no instruyó el uso forzoso y correcto del cubrebocas; que no acondicionó los hospitales ni protegió al personal médico.
Poniendo los números en perspectiva: México tiene el 1.6% de la población mundial, pero tuvo el 11% de los muertos por Covid-19 de todo el planeta. La cifra muestra la devastación provocada por la pésima gestión del gobierno de la transformación. Sus autoridades minimizaron la gravedad del problema, impulsaron la politiquería.
Apoyaron el monopolio de vacunas por parte del Estado y la utilización de vacunas “gansito” rusas y cubanas que no cumplían (siguen sin cumplir) los requisitos de sanidad. Permitieron la repartición de la Ivermectina en la Ciudad de México (¿dónde quedaron los conocimientos científicos y médicos de Hugo López-Gatell? Él sí le pudo haber dicho a Claudia Sheinbaum que eso era un error garrafal y prefirió guardar silencio).
Ya no hay margen para la interpretación: un grupo de expertos coordinados por el Dr. Jaime Sepúlveda revisaron las cifras oficiales que tuvieron que ver con la respuesta gubernamental a la pandemia y encontraron evidencias de la desfachatez del Dr. Muerte. ¡511,081 actas de defunción tenían como causa de muerte el COVID! Un 53% por arriba de lo declarado por el gobierno.
La confirmación de que la campaña “quédate en casa” condujo a que los enfermos llegaran al hospital cuando no había mucho más que hacer por ellos.
Un ‘delito de lesa humanidad’ se define como cualquier atrocidad o acto de carácter inhumano; como un ataque generalizado o sistemático contra una población civil cometido por aplicar políticas de Estado. La política de desprecio de la pandemia por parte de la 4t, con sus cientos de miles de muertes, se puede considerar como crimen de lesa humanidad.
Estamos a menos de un mes de depositar nuestro voto. Es menester recordar que la Cuarta Transformación es un movimiento criminal por muy diversas razones; una de las principales es lo que ha hecho del sector salud. Ni un voto por Morena; se lo debemos a los cientos de miles de muertos del obradorismo.
Tres en raya
Manifestaciones de doctores, enfermeras —la última en la CDMX— nos recuerdan al gobierno criminal que abandonó a su propio personal médico. A ellos les prometieron base sindical, no se las han dado y tampoco mejores sueldos. Se sabe, ‘el gobierno de la transformación’ prefiere velar por los médicos cubanos.