Conocí a Manlio Fabio Beltrones a mediados de 1978, cuando a punto de cumplir 26 años, se desempeñaba como secretario particular de Fernando Gutiérrez Barrios (subsecretario de Gobernación) en el gobierno de José López Portillo. Fue enviado por su jefe a las instalaciones de la SEP a buscar interlocución con los maestros de la incipiente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que apenas se formaba con los maestros pertenecientes a las secciones sindicales 22 de Oaxaca y la 7 y 40 de Chiapas y estaban en plantón frente al sindicato.
En mi caso, —secretario auxiliar del Secretario— de 24 años, nos coordinábamos con él y Gobernación —por instrucciones directas del titular de educación Fernando Solana— para sumar esfuerzos conciliatorios en lo político y educativo y así darle salida a las protestas de los miembros de la CNTE, que en ese tiempo llegaron a controlar importantes secciones del sindicato.
Al mismo tiempo nos comunicábamos con la dirigencia nacional del SNTE vía Fernando Elías Calles director de delegaciones de la SEP.
Desde finales de 1978, Beltrones y quien esto escribe nos reuníamos con frecuencia con el diputado federal César Tapia Quijada, aspirante del PRI al gobierno de Sonora. Don César siempre fue de lo mejor. Un gran profesional con enorme prestigio que quizá llegó a la final en una carrera donde Samuel Ocaña salió victorioso en enero de 1979.
En 1982, Beltrones fue postulado candidato a diputado federal por el IV distrito, con cabecera en Navojoa. Desde el principio y coordinados por el siempre bien recordado Leonel Argüelles Méndez, iniciamos los trabajos de campaña en la propia casa de Argüelles con las dirigencias campesinas del Valle del Mayo. Beltrones ganó con facilidad la elección y pasó a formar parte de la LII Legislatura, donde coincidió con otros diputados activos, como Genaro Borrego, José Carreño Carlón y Rubén Castro Ojeda.
Yo fui ratificado —como secretario técnico de la SEP— en diciembre de 1982, por el titular Jesús Reyes Heroles. Al tiempo que Beltrones ejercía como diputado federal, Luis Donaldo Colosio había sido designado director general de Desarrollo Regional, por el titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari, en el gobierno del presidente Miguel de la Madrid.
A principios de enero de 1983, Colosio, Beltrones, Juan Manuel Verdugo y yo fuimos invitados a desayunar—vía Gustavo Félix Flores— con el ingeniero Rodolfo Félix Valdés, recién nombrado titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en el gabinete de Miguel de la Madrid.
En la primera reunión, don Rodolfo nos expresó a sus cuatro invitados la necesidad de estar en comunicación y muy pendientes de lo que sucediera políticamente en Sonora, ante la proximidad de la selección del candidato del PRI al gobierno estatal (quizá para finales de 1984, ya que su nombre había empezado a manejarse junto a los senadores Jorge Díaz Serrano —después Alejandro Sobarzo— y Fernando Mendoza Contreras, para sustituir al gobernador Samuel Ocaña
El compromiso, era reunirnos con el secretario de comunicaciones el primer lunes de cada mes para darle seguimiento a las noticias políticas de Sonora, y así se hizo hasta finales de noviembre de 1984, cuando fue postulado candidato del PRI al gobierno del Estado —después de una amplia consulta dirigida por el secretario de Gobernación Manuel Bartlett con los actores políticos y factores de poder de Sonora.
Los trabajos previos a la campaña iniciaron en enero de 1985. Beltrones tomó posesión del PRI estatal en sustitución de Benjamín Salazar, quien había relevado a Daniel Acosta Cázarez, invitado por el dirigente nacional Adolfo Lugo Verduzco a un cargo en el CEN del PRI.
Fui nombrado antes secretario general adjunto, y posteriormente propuesto candidato a diputado federal por el IV Distrito, con cabecera Navojoa. Juan Manuel Verdugo fue designado coordinador de logística de la campaña, y Colosio permaneció un tiempo en su cargo en la SPP para después ser postulado candidato a diputado federal por el distrito, con cabecera en Magdalena, en marzo de 1985.
Para septiembre de 1985 el gobernador Rodolfo Félix Valdez nombró a Beltrones secretario general de Gobierno, Colosio y yo nos habíamos integrado ya a la LIII Legislatura (él como presidente de la Comisión de Programación y yo como secretario de la Comisión de Seguridad Social) y Verdugo fue designado subsecretario de Asuntos Agrarios del Estado. (por eso dan risa aquellos que discriminan y deciden sobre quien fue—o no, fue amigo —del malogrado candidato presidencial)
A finales de 1986 y al cambiar la dirigencia nacional del PRI, Jorge de la Vega Domínguez invita a Beltrones como secretario de Promoción y Gestoría del CEN, y al dejar la Secretaría de Gobierno, don Rodolfo nombra en su lugar al dirigente estatal del PRI Francisco Aldana.
A su vez, a finales de enero de 1987, Jorge de la Vega firma mi nombramiento como dirigente del PRI estatal. Tiempos de espera de la selección del candidato presidencial, candidatos a senadores y diputados federales y, en lo local, seleccionar a 69 candidatos a presidentes municipales y 18 a diputados locales de mayoría. Resuelta la sucesión presidencial a favor de Carlos Salinas de Gortari, en octubre de ese año, nombró a Colosio oficial mayor del CEN del PRI y coordinador de su campaña.
En 1988 la fórmula del Senado para Sonora estuvo integrada por Luis Donaldo Colosio y Manlio Fabio Beltrones. Juan Manuel Verdugo logra la candidatura a diputado federal con cabecera en Navojoa. Como suplentes de senadores: Armando Hopkins Durazo y quien esto escribe. Gana la presidencia Carlos Salinas de Gortari.
En diciembre, Colosio es elegido dirigente nacional del PRI y Beltrones es designado subsecretario de Gobernación del titular Fernando Gutiérrez Barrios, quien dejó la gubernatura de Veracruz en manos de Dante Delgado. Ese mismo mes me toca asumir la senaduría por Sonora que dejaba Beltrones para irse a Gobernación, después de una destacada actuación de casi cuatro meses.
La historia reciente destaca la vertiginosa carrera de Colosio desde el momento de lograr la candidatura a la Presidencia de la República hasta la tragedia de 1994.
Beltrones sería gobernador de Sonora de 1991 a 1997, siempre en comunicación y en contacto sin filtros ni intermediarios. Sería después dirigente nacional de la CNOP y diputado federal en 2003. Al asumir el cargo de senador para el período 2006-2012, ayudaría con un gesto republicano al lograr la asunción de Felipe Calderón como presidente de México para el período 2006-2012.
Tomando como referente esa crisis, Manlio promovió entre muchas otras, tres reformas constitucionales importantes que contribuyeron a oxigenar el funcionamiento del sistema político y jurídico de México:
La del artículo 84, que establece la sustitución presidencial en caso de la falta absoluta del presidente que no estaba definida para el primer minuto —que ahora le toca como interino al secretario de gobernación en un término no mayor a 60 días—; la del 87, acerca de la toma de posesión que, a partir de la reforma, ya puede ser ante la Comisión Permanente, las mesas directivas de las Cámaras del Congreso de la Unión, o ante el presidente de la Suprema Corte; y la de la fracción XVII del artículo 89, sobre la facultad presidencial para optar por gobiernos de coalición. Beltrones volvería a ser diputado federal del 2012 al 2015 y presidente del CEN del PRI (tercer sonorense en la historia) en el 2016.
Al igual que Rodolfo Elías Calles, exgobernador que regresaría a la política como alcalde de Cajeme en 1952, Carlos Armando Biébrich que sería diputado federal plurinominal y Samuel Ocaña, que fue en un par de ocasiones alcalde de Arivechi, Beltrones ha regresado como candidato a senador de mayoría para el período 2024-2030.
Su candidatura —que no la esperaban— le movió el tablero político a la “Cuarta” (sic) transformación estatal y federal. Quizá por eso se sacaron de la manga la teoría del tercer senador, o plan “C”, para combatirlo directamente y apostar por 12 senadores más, sin importar sacrificar las alianzas con el PT y el Verde. Su campaña política ha motivado a políticos adormilados que ya se hacían en el retiro, a muchos jóvenes y mujeres que siguen su discurso y ha generado expectativas entre liderazgos marginados y excluidos (empresarios, productores agrícolas, ganaderos, ,pescadores, autoridades educativas) por la 4T que a través de él buscan al interlocutor —tabla de salvación— con los poderes que no han tenido en estos años para gestionar y encauzar sus demandas.
Como exgobernador y exlegislador, Beltrones tiene gestiones y obras que destacar y se las recuerdan con frecuencia en sus recorridos.
Eso le ha dado ventaja ante sus competidores porque estos solo suelen recitar las gastadas fórmulas del oficialismo y no le dicen nada a la gente, ya desesperada por la falta de respuestas a los problemas prioritarios de Sonora y de México. Dice Kaplan que “la historia aconseja prudencia. Y eso significa que el carácter personal lo es todo para el liderazgo y la toma de decisiones”. “Como no somos ángeles, también es útil la ambición”. Votaré por Xóchitl y toda la fórmula de la alianza Fuerza y Corazón por México que representan un camino diferente al actual. Beltrones será senador, no me cabe la menor duda, y seguramente con él en el Congreso de la Unión y los que ganen en lo local, se abrirá a partir de septiembre otra página de la historia política en la entidad.
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