En un intento por evitar su extradición a Estados Unidos, Rafael Caro Quintero consiguió un amparo para evitar que sea enviado a una Corte de California donde tiene cargos pendientes por el secuestro, tortura y asesinado del exagente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena.
A sus 71 años, podríamos pensar que el poder del también llamado “Narco de narcos” está disminuido por su estadía en la cárcel y por encontrarse en la etapa final de su vida; sin embargo, la DEA lo reconoce como el fundador del Cártel de Caborca y uno de los líderes de las cuatro facciones del Cártel de Sinaloa; mientras que las otras tres están dirigidas por Ismael Zambada García, Los Chapitos y Aureliano Guzmán Loera.
El nombre de Rafael Cao Quintero saltó a la ‘fama’ a inicios de 1985, cuando junto a los otros dos líderes del Cártel de Guadalajara (Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo) ordenaron secuestrar a Camarena; ‘El Narco de narcos’ fue capturado en abril del mismo año en Costa Rica y condenado a 40 años de prisión.
La vida en la cárcel de Caro Quintero mermó el poder del capo pero no lo agotó, pues en el año 2013 -según revelaciones de Dámaso López Serrano, alias el ‘Mini Lic’, a la periodista Anabel Hernández- logró sobornar a magistrados, fiscales y al propio gobierno de Enrique Peña Nieto para recuperar su libertad.
Según López Serrano, la familia de Caro Quintero entregó 30 millones de dólares para la campaña presidencial del expresidente; los frutos de ese acuerdo se habrían cosechado en agosto de 2013, cuando “El Narco de narcos” abandonó la cárcel.
El Mini Lic dijo a la periodista Anabel Hernández que un compadre suyo, integrante del Cártel de SInaloa, entregó 30 mdd a la campaña del expresidente en 2012.
Ya libre, “El Narco de narcos” tardó cuatro años en volver a fundar una nueva organización criminal. En 2017 nació el Cártel de Caborca para disputarle a Los Chapitos el control de la ruta de las drogas que conduce a los puentes fronterizos entre Sonora y Arizona.
La relación de amistad y respeto entre Rafael Caro Quintero y Joaquín El Chapo Guzmán no se trasladó a los hijos de este último, por lo que entre 2019 y 2020 inició la guerra por el dominio de Sonora: Los Chapitos buscaban expandir sus dominios hasta Tijuana y Chihuahua, mientras que Quintero quería recuperar terreno y volver a ser uno de los hombres más ricos de México.
El liderazgo de Los Chapitos recae en los Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López.
Aunque la guerra con Los Chapitos inició en 2019, la familia de Caro Quintero y él mismo contribuyeron a dos pasajes violentos que tuvieron como protagonistas a la familia del Chapo Guzmán.
La mañana del 11 de junio de 2016, Alfredo Beltrán Guzmán (”El Mochomito”) atacó La Tuna Badiraguato y desató una balacera en la casa de Consuelo Loera, la mamá de El Chapo; el ataque duró más de una semana y se presumió que el hijo de Alfredo Beltrán Leyva contaba con el apoyo de Rafael Caro Quintero para atacar a los Guzmán.
Dos meses después (agosto de 2016) Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar fueron secuestrado en el bar La Leche de Puerto Vallarta Jalisco. De acuerdo con Dámaso Serrano, la intención era asesinar a Los Chapitos y la orden vino de parte de los Beltrán (”El Mochomito”) y de los Quintero (Rafael Caro) que “pidieron el favor” al Cártel Jalisco Nueva Generación.
Para la DEA, la vida criminal de Cario Quintero no está cerrada y desde el año pasado -tras su recaptura en 2022- ha buscado su extradición a Estados Unidos; empero un juez determinó que la FGR “se abstengan de ejecutar contra el quejoso la petición de extradición que existe en su contra”, según información del Juzgado Octavo de Distrito en Materia de Amparos y Juicios Federales citado por El Universal.