Dos candidatos más fueron asesinados brutalmente en las últimas 36 horas en lo que ya son, según las estadísticas reales, las elecciones más violentas en el México contemporáneo.
Una es Lucero López, candidata del Partido Popular Chiapaneco a presidenta municipal de Concordia. En el ataque, la noche del jueves, murieron cinco personas más, entre ellas una menor.
No fue un enfrentamiento entre bandas del crimen, como sostuvo AMLO en la mañanera, sino una emboscada que se registró en un crucero de esa localidad, cuando regresaba después de hacer campaña, según el corresponsal de la revista Proceso, Isaín Mandujano.
El otro asesinado es Aníbal Zúñiga, candidato del PRI a regidor de Coyuca de Benítez, Guerrero. Lo mataron junto con su esposa. Ambos cuerpos aparecieron desmembrados en Acapulco.
Pero dice López Obrador que hay menos agresiones que en las otras elecciones y que está “fildeando” a quienes pudieran sostener que Chiapas está en llamas.
*Empiezo a creer que López Obrador ya delira, como diagnostica reiteradamente José Newman, doctor psiquiatra. Imagina —y lo ha dicho— que preside un país pacífico, en el que vive gente “feliz, feliz, feliz”.
Desde que arrancó el proceso electoral, en septiembre del año pasado, hasta el corte de ayer, Integralia Consultores tiene registradas las siguientes cifras: 214 homicidios, 17 secuestros, 21 desapariciones, 128 atentados con armas de fuego, 217 amenazas y 78 “otras”.
De los 33 candidatos que ya han sido asesinados, según la consultora, 88% aspiraba a un cargo de elección municipal.
Luis Carlos Ugalde, director de Integralia, era consejero presidente del IFE durante las muy complicadas elecciones de 2006, cuyo resultado sigue sin reconocer el tabasqueño.
Sobre el proceso electoral dice:
“Ésta es la elección más violeta de la historia de México. Allí están los números. Y es también la elección más inequitativa. La interferencia del Presidente en las campañas es diaria. AMLO 2006 pediría la anulación de la elección 2024”.
El Presidente atribuye al “sensacionalismo” de los medios la percepción de que hay violencia en México. “Es muy lamentable, pero se lucra bastante con los asesinatos y con el dolor humano. Es temporada de zopilotes”, dijo.
*Va la buena. Cayó en Ecatepec el hombre que baleó a Alessandra Rojo de la Vega, candidata de la coalición PAN-PRI-PRD a la alcaldía Cuauhtémoc, cuando circulaba en calles de Peralvillo la noche del sábado pasado.
Se trata de Juan David Rojas. Dice que un sujeto al que le dicen El Parka le habría pagado 60 mil pesos para “darle un susto” a Alessandra.
La mala: se registró una campaña en medios y redes que puso en duda la autenticidad del ataque. No faltó quién hablara de “montaje”.
La candidata agredida le exige a Pablo Vázquez, secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX, que aclare que ella puso el tuit donde informa sobre la agresión después de ésta, como lo muestra su celular, y no antes, como pretenden hacer creer.
*Otra que de plano perdió la razón es Guadalupe Taddei, presidenta del INE. Pide a Xóchitl Gálvez y a la Marea Rosa que no usen ese color, porque es el que distingue al INE.
“Este uso del rosa por otras organizaciones, hoy en apoyo político abierto a una candidatura, me parece que no abona al respeto que ambas instituciones nos hemos manifestado siempre”, dijo.
Según ella, el Consejo General debe analizar si mantienen ese color o transitan a otro. ¡Hágame el favor!
¿Qué puede esperarse de una presidenta del instituto que salió de una tómbola? Es pregunta.
*Una más del Presidente. Sobre la polémica de mantener o no izada la bandera nacional en el Zócalo durante la manifestación de la Marea Rosa del domingo, aparecio “Andrés el magnánimo”.
Dijo ayer: “Los del bloque conservador, que están dale, dale y dale, que les quitamos la bandera. No, no, no, la bandera es de todos, hasta de los traidores a la patria”.
Y volvió a mentir: “Antes, cuando nosotros estábamos en la oposición, no nos permitían ni siquiera usar el Zócalo”.
Xóchitl chutó el balón que le puso el magnánimo:
“Él será el traidor a la patria, porque el que traicionó a la patria es él. Él traicionó a los mexicanos al entregar el país a la delincuencia.
“Es un Presidente que saludó a la mamá de El Chapo, que saludó a los delincuentes y es un Presidente que liberó a Ovidio. Si hablamos de traidores a la patria, él tendría que ponerse en primer lugar”.
Se vale sobar.