Este domingo cerca de 100 millones de mexicanos tendrán la oportunidad de salir a votar por la próxima presidenta o presidente de México y por otras candidaturas. La elección histórica de este 2 de junio, por el número de cargos de elección popular, también podría ser recordada por una gran participación ciudadana cercana al 70%, lo cual sacudiría todas las tendencias que marcaron una distancia considerable entre las dos candidatas punteras y modificaría las proyecciones sobre la configuración del nuevo Congreso federal: la Cámara de Diputados y el Senado, muy importante para pasar reformas legales y constitucionales, así como para aprobar los Paquetes Económicos del próximo gobierno.
Los resultados de la elección serán contados por el INE y validados por el Tribunal Electoral. Y pese a que la violencia e inseguridad han marcado al actual proceso electoral, no se anticipan demasiadas impugnaciones o el desconocimiento de los resultados, salvo en elecciones que presagian un empate técnico, como la de la jefatura de Gobierno de la CDMX. Por esto, el fantasma del fraude, si bien invocado por el oficialismo, no se prevé que vaya a poner realmente en riesgo la elección.
Esta es la razón por la que los inversionistas han descontado una crisis poselectoral, y por lo tanto un sobresalto en los mercados cambiario y bursátil. Sin embargo, el resultado de la elección sí va a incidir en las proyecciones de mediano plazo de los inversionistas, sobre todo si en el Congreso no se logran los equilibrios democráticos deseados por el mercado.
Por lo pronto, la candidata del oficialismo ya se ha reunido con el gabinete hacendario del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, debido a que el tema económico es uno de los más preocupantes para la siguiente administración. El miércoles revelé que Claudia Sheinbaum sí ha sondeado la necesidad de una reforma fiscal estructural, aunque la proyecta para el segundo o tercer año de gobierno. Y también ha hecho una solicitud: que no le dejen el déficit fiscal en 5.4% del PIB. La petición puntual es que le den un margen de por lo menos un punto porcentual, es decir que en lugar de 5.4% lo bajen a 4.4%, lo que significa un recorte de unos 400 mil millones de pesos al gasto público de este año, recursos que podría utilizar ella en su primer año de gobierno.
En la Secretaría de Hacienda, el titular, Rogelio Ramírez de la O, y sus subsecretarios de Hacienda y de Egresos, Gabriel Yorio y Juan Pablo de Botton, ya comenzaron a arrastrar el lápiz. El dilema es qué van a sacrificar: alguno de los programas sociales o las obras prioritarias del presidente López Obrador. La respuesta apunta hacia lo segundo, porque en el primer semestre del año el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas y el Corredor del Istmo traen subejercicios de entre 40% y 50%. El plan es llevarlos así hasta el final de sexenio y ahorrar unos 150 mil millones de pesos. El resto de los recursos para lograr los 400 mil millones tendrían que venir de otro lado, quizá del sector energético o de otras carteras.
El plan económico de Sheinbaum estaría cimentado en tres grandes ejes: el primero, la disciplina fiscal, la austeridad y la reducción del endeudamiento público; el segundo, la reestructura de Pemex y la transición energética, con mucha más inversión privada en este sector; y tercero, un agresivo programa de vivienda que permita mantener activas zonas como el sureste donde ya no habrá la gran inversión pública de los proyectos de infraestructura, todo con recursos del Infonavit, así como un plan regional de incentivos para la atracción de inversiones vía el nearshoring.
La transición política, si bien es una incógnita por el desconocimiento de la ganadora de la elección, lo es también porque no se sabe cómo va a actuar el presidente López Obrador ya con una presidenta electa. En el caso de Sheinbaum, los morenistas están divididos; unos consideran que le va a dar su lugar y la posibilidad de comenzar a operar desde el 3 de junio, y otros dicen que no, que AMLO gobernará a tambor batiente los cuatro meses que le restan.
El 3 de junio, el día después, se verá por primera vez al AMLO expresidente. Se sabrá cómo va a ser no solo durante la transición, sino cuando se mude a su finca de Palenque, Chiapas. ¿Un buen expresidente?
Posdata 1
El plan económico de Xóchitl Gálvez tiene como eje principal la reapertura del sector energético a la inversión privada; los incentivos fiscales y económicos para la instalación de empresas extranjeras y nacionales en el país; retomar las compras consolidadas de medicamentos y duplicar el gasto infraestructura de salud; impulsar la economía regional y a las micro, pequeñas y medianas empresas con financiamiento y desregulación, entre otros que básicamente retoman proyectos que sí funcionaron en gobiernos anteriores, toda vez que sus asesores económicos son el exsecretario de Hacienda, José Ángel Gurría; el exsecretario de Economía, Ildefonso Guajardo; el exsecretario de Turismo, Enrique de la Madrid; el exsubsecretario de Hacienda, Fernando Galindo, y el exsecretario de Hacienda con AMLO, Carlos Urzúa, quien falleció en febrero pasado.
Posdata 2
La Confederación de Cámaras Industriales, que preside Alejandro Malagón, concretó esta semana un convenio de colaboración con la poderosa Asociación de Negocios de Texas (TAB, por sus siglas en inglés), que dirige Glenn Hamer. Con esto, la Concamin se convertirá en miembro del organismo de negocios con mayor influencia en Estados Unidos.
Con este acuerdo, impulsado por presidente de la Comisión de Enlace Legislativo de la agrupación mexicana, Carlos Garza Galán, Concamin adquiere los mismos derechos que las empresas miembro del TAB, lo que se espera sea la conexión que faltaba para capitalizar finalmente el fenómeno del nearshoring.
Posdata 3
Todos y todas a votar este domingo 2 de junio. Sin excusa, porque México y la democracia lo valen. ¡A votar!