Ni en salud estamos como Dinamarca, ni el peso es fuerte por el crecimiento de la economía. De hecho, los precriterios generales para 2025 elaborados por la Secretaría de Hacienda esbozan un próximo año complicado en materia económica. Entre otros aspectos, señalan una desaceleración acompañada de una inflación de al menos 3.3%.
Además, el superpeso dejaría de serlo, cerrando 2025 con un valor de 18 pesos por dólar. Repito, son los datos de Hacienda (dependencia que omite señalar que una de las causas de la apreciación del peso radica en la diferencia de tasas de interés entre nuestro país y Estados Unidos).
Se suma que dicha apreciación afecta de manera directa las exportaciones, pues las vuelve más caras. Impacta también a los verdaderos receptores de remesas, pues reciben cada vez menos pesos por cada dólar que les envían sus familiares en el exterior.
Los precriterios reconocen la presión fiscal que tienen las finanzas públicas el año en curso. Muestra de ello es el elevado porcentaje que se tiene de deuda. ¿La propuesta del oficialismo? Disminuir el gasto público en más de 8%. No importando quién resulte electa como próxima Presidenta de la nación, esta tendrá que lidiar con una situación “delicada”.
Se requerirá una reforma fiscal, la cual, también es cierto, debía haberse implementado al menos hace 20 años. Nadie lo ha hecho por el costo político que eso conlleva. ¿Se atreverá ahora cualquiera de las dos candidatas? ¿O Claudia Sheinbaum recurrirá a la única forma en que se podría obviar por un sexenio más la reforma fiscal? Adelanto que sería una pésima receta —y peor solución—, pero no puede descartarse que esté contemplando apostar a las narco remesas.
Llama la atención que las remesas han vuelto a batir récord; más de cuatro mil 500 millones de dólares tan sólo en febrero… Y sin embargo, ¡la tasa de desempleo de la población hispana en Estados Unidos ha aumentado, así como la inflación allá también! Entonces, ¿cómo es que nuestros connacionales están mandando más dinero?
Algunos dirán que en este sexenio tres millones más de mexicanos han tenido que migrar a Estados Unidos… ¿Estarán ellos compensando las tasas de desempleo y de inflación como para romper récord de envío de remesas? La duda cabe.
El gobierno estadounidense ya lo ha alertado: un porcentaje importante de las remesas NO parece estar proviniendo de migrantes y sí de la venta de estupefacientes en nuestro vecino país del norte por parte del crimen organizado. El dinero de las narco remesas que ingresa a México no es para que el gobierno “cuatroteísta” se vanaglorie… se estaría lavando.
Ante ello, el problema sería tan obvio como descomunal: ¿las autoridades financieras entregando al narco no solo el territorio, la Guardia Nacional, las elecciones y las obras insignia del gobierno; ahora también toda la economía nacional y su estabilidad? ¿Qué pasaría si se frenaran estas narco remesas? El “efecto tequila” del 94 sería un juego de niños junto a la cruda realidad que esto significaría.
El alto déficit presupuestario por parte de la federación y la apreciación del peso NO sustentada en fundamentos económicos hacen que el régimen apueste por mantener y acrecentar las narco remesas. Pero lo que es más grave: el apostar por las narco remesas / apoyarse estructural y económicamente en ellas hace que nos preguntemos si no habrá algo más; algo así como un amplio y estructural acuerdo de la 4t con el narco.