A partir de este fin de semana hay campañas electorales en las nueve entidades federativas que cambiarán gobierno este año. Los estados que faltaban, Chiapas, Morelos, Puebla y Veracruz arrancaron con un rezago legal por lo que los candidatos sólo tendrán 60 días para que los ciudadanos conozcan sus perfiles y plataformas de gobierno –en lugar de 90 días como los otros cinco estados–, algo irónico porque se trata de las cuatro plazas en las que se requieren los cambios más profundos por sus problemáticas de gobernabilidad. Una herencia ‘maldita’ de los gobiernos salientes.
Chiapas es un desastre. El gobernador Rutilio Escandón perdió desde hace un par de años las riendas del gobierno y se las entregó a las bandas del crimen organizado, quienes se desplazan por los caminos de la entidad haciendo alarde de su poder de fuego, incluso despertando los vítores de la comunidad. Como retrato de lo que sucede en ese estado está la manera en que estos grupos secuestraron el año pasado a trabajadores de la Secretaría de Seguridad local para exigir la destitución de mandos de esa misma dependencia.
En la Secretaría de Gobernación, donde despachaba el cuñado de Rutilio Escandón, el actual candidato a senador Adán Augusto López, siempre estuvieron conscientes de esas problemáticas, incluso se pensó en relevar al mandatario chiapaneco para poner en su lugar a un mando militar. La estrategia fue desechada por su elevado costo político y se decidió mantener a Chiapas en el olvido y esperar a que otro gobierno de Morena trate de poner orden en el estado. Todo indica que tocará esa tarea titánica a Eduardo Ramírez Aguilar.
En Morelos se cierne una crisis aún más profunda, cuyo principal responsable, Cuauhtémoc Blanco, apenas dejó su cargo para ir a buscar una curul y protección en la Cámara de Diputados federal. Tan enraizada está la violencia y las mafias en ese estado que quien impulsó a Blanco, Hugo Éric Flores, del Partido Encuentro Social, tuvo que pedir perdón a los ciudadanos, básicamente porque los condenó a soportar al mandatario peor evaluado de todo el país, quien ha sido fotografiado con liderazgos del crimen organizado y sobre el que pesan investigaciones y acusaciones relacionadas con múltiples delitos por operaciones con recursos de procedencia ilícita.
En esa entidad parece que ganará aquella alternativa que prometa llevar ante los tribunales al exfutbolista. Lo entendió bien la exmorenista Lucy Meza y se enroló como candidata de la alianza PRI, PAN y PRD, bajo la promesa de que hará pagar a Blanco. Del lado de Morena compite Margarita González Saravia, quien ha sufrido en las últimas semanas con sus propios compañeros de partido para encontrar elementos que confirmen su arraigo en el estado.
En Puebla, Morena parece llevar la delantera, aunque las cosas no serán sencillas para el candidato Alejandro Armenta en un estado que votará por su noveno gobernador en 10 años. Después de eventos como renuncias, periodos cortos de gobierno y decesos trágicos, el morenista quiere convencer a los poblanos de que él representará finalmente la estabilidad; sin embargo, se sabe que el fallecido mandatario Miguel Barbosa tenía planeado que su relevo fuera el actual candidato del PAN, el expresidente municipal de la ciudad de Puebla, Eduardo Rivera. Las tendencias todavía se pueden cerrar.
Y en Veracruz Rocío Nahle dará la batalla por Morena, aunque cada vez con peores cartas de presentación por el presunto enriquecimiento de ella y de su familia, así como por su desempeño como secretaría de Energía y encargada de la refinería de Dos Bocas, ante un electorado que empieza a extrañar el apellido Yunes, por trágico que esto suene. Del resultado de la elección dependerá el futuro de Cuitláhuac García, quien está en las mismas condiciones de riesgo judicial que Cuauhtémoc Blanco, los dos peores gobernantes que en nada hacen honor a los últimos dos tlatoanis mexicas que gobernaron Tenochtitlán.
Posdata 1
Mientras su compadre, el gobernador y fallido candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, Samuel García, evita hablar de la inseguridad y la violencia que azotan a Nuevo León, lo mismo que su esposa, Mariana Rodríguez, quien este domingo fue a su primer evento de campaña en busca de la alcaldía de Monterrey, el abanderado del partido para la Presidencia de la República, Jorge Álvarez Máynez, parece que anda desaparecido o de plano desinteresado porque su campaña no prende y se perfila a ser un rotundo fracaso.
Casi una semana fuera de los reflectores, en eventos privados y de descanso con su familia, Álvarez Máynez al parecer ya tiró la toalla y todavía faltan dos meses para la elección del 2 de junio. Por lo menos eso es lo que piensan algunos integrantes de Movimiento Ciudadano consultados para esta columna, quienes ven muchos errores en la campaña del joven zacatecano, quien, dicen, se volvió –o lo volvieron– inexpugnable para quienes no forman parte del círculo “fosfo-fosfo”, es decir Samuel García, Mariana Rodríguez y su oscuro operador Mike Flores.
Muy relegados de la estrategia de campaña de Álvarez Máynez quedaron Dante Delgado y los dos principales representantes del Grupo Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro y el senador Clemente Castañeda, quienes decidieron pintar su raya con el candidato y sus dos consejeros, quienes a su vez sólo obedecen a sus estrategas de redes sociales: los creadores de la productora audiovisual Badabun Network, la cual inició en 2014 como un canal de YouTube con formatos callejeros para supuestamente descubrir a parejas infieles.
En la CDMX, donde se va dar la madre de todas las batallas entre el oficialismo y la oposición, arrancaron este fin de semana las campañas para la renovación de las 16 alcaldías, luego de que Morena perdiera casi la mitad de estas en las elecciones intermedias de 2021.
La candidata de Morena a la jefatura de Gobierno, Clara Brugada, arropó a las y los candidatos del partido, acompañada por la secretaria general, Citlali Hernández. Uno de los eventos más esperados fue el de Caty Monreal, quien se apresta a regresar formalmente el liderazgo de ese apellido a la alcaldía Cuauhtémoc, pues aunque su padre, el exalcalde, exgobernador y legislador de Morena nunca se fue de esa demarcación y mantuvo a sus operadores durante el gobierno de la entonces perredista Sandra Cuevas, esta última lo desconoció tan pronto tomó el cargo.
Quizá por esto último fue que Caty Monreal se lanzó contra la ahora candidata a senadora por Movimiento Ciudadano al decir que “es momento de poner fin a esta página oscura en la historia de Cuauhtémoc”.
“Desde octubre del 2021 en Cuauhtémoc hemos vivido la negligencia de los partidos de la derecha. En unidad y orientados con nuestros principios vamos a recuperar y transformar Cuauhtémoc”, dijo la hija de Ricardo Monreal.
Otros asistentes al evento de Morena fueron Aleida Alavez quien va por Iztapalapa; Fernando Mercado por Magdalena Contreras; Leticia Varela por Benito Juárez; Jeancarlo Lozano por Gustavo A. Madero; Nancy Núñez por Azcapotzalco y Gabriela Osorio por Tlalpan.
Del lado de la oposición, también las y los alcaldes arrancaron sus campañas para buscar ser reelectos, entre quienes se encuentran Lía Limón por Álvaro Obregón; Alfa González por Tlalpan; Margarita Saldaña por Azcapotzalco; Luis Gerardo Quijano por Magdalena Contreras; Mauricio Tabe por Miguel Hidalgo y Giovani Gutiérrez por Coyoacán.
La verdadera prueba de fuego para Acapulco llegó con la Semana Santa, luego del paso del huracán Otis y los problemas de inseguridad que se han presentado en el estado en las últimas semanas.
Pese a todo, el resultado fue positivo. El periodo vacacional de Semana Santa dejó en los destinos turísticos de Guerrero una derrama económica de más de mil 159 millones de pesos y una afluencia de 162 mil visitantes en Acapulco, Ixtapa y Taxco, este último donde recientemente ocurrió una crisis desatada a raíz del secuestro y asesinato de una menor de ocho años. Esta ciudad registró una ocupación hotelera de 96%.
En total, el puerto fue visitado por más de 94 mil personas, con una ocupación hotelera promedio de 80%, aunque en zonas como la Costera Miguel Alemán y Diamante aumentó a más de 90%, según la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco, y se generó una derrama económica de más de 593 millones de pesos.
En cinco meses Acapulco logró contar con la infraestructura que destrozó el huracán Otis, resultado del trabajo coordinado del gobierno estatal con el federal, además de la iniciativa privada.
@MarioMal