Ex empleados de TikTok han descrito un escenario que desafía las afirmaciones públicas de la compañía sobre su independencia de China. En una serie de entrevistas con Fortune, once antiguos trabajadores, algunos de los cuales ocuparon sus puestos el año pasado, señalan que las operaciones de TikTok se entrelazaban con su empresa matriz, ByteDance, más allá de lo puramente cosmético. Estos testimonios sugieren una discrepancia significativa entre la narrativa de la dirección y las prácticas internas.
El CEO de TikTok, Shou Zi Chew, ha defendido consistentemente la independencia operativa de la plataforma ante los legisladores estadounidenses, sobre todo en lo que respecta a la seguridad de los datos y la privacidad. Sin embargo, estas nuevas alegaciones, que emergen en medio de un contexto de escrutinio y cuestionamientos sobre la relación entre TikTok y ByteDance, podrían intensificar las preocupaciones sobre la influencia de China en la popular app.
Evan Turner, ex científico de datos senior de TikTok, ha declarado que su labor incluía reportar a un ejecutivo de ByteDance en Beijing y que, a pesar de una reasignación nominal a un gerente estadounidense, la cadena de mando real no se alteró. Además, Turner afirma que, durante 2022, transmitió regularmente datos de usuarios estadounidenses a Beijing, incluyendo nombres y direcciones IP, lo que aparentemente contradice las iniciativas de la empresa por almacenar y gestionar estos datos exclusivamente en Estados Unidos.
El «Proyecto Texas», una iniciativa de TikTok que pretende segregar los datos de los usuarios estadounidenses para protegerlos de accesos extranjeros no autorizados, parece estar en entredicho a la luz de estos testimonios. Mientras que la plataforma ha movido datos a centros de datos en EE.UU. y ha creado un equipo especializado en seguridad, los relatos de los ex empleados sugieren que en la práctica, los datos aún podrían ser accesibles desde China.
Además, dos servicios internos clave, Lark y Seal, presuntamente mantenidos y supervisados por ByteDance, podrían haber permitido el acceso a las discusiones y datos de TikTok, aumentando la preocupación sobre la posible vigilancia de los empleados de TikTok por parte de China. A pesar de estas acusaciones, hay quienes, como Jacob Wallach, exgerente de soluciones comerciales globales de TikTok, restan importancia a las implicaciones de seguridad, considerando que son problemas comunes en las grandes corporaciones.
Las consecuencias de estos informes son significativas, ya que TikTok ya se encuentra bajo el punto de mira legislativo en EE.UU. En marzo, la Cámara de Representantes votó para prohibir la aplicación a menos que ByteDance desinvierta su participación en ella. Mientras tanto, la FTC está llevando a cabo su propia investigación sobre las prácticas de privacidad de datos de TikTok.
Las reacciones a esta situación varían entre la alarma y la incredulidad. Anton Dahbura de Johns Hopkins encuentra los vínculos «muy preocupantes», mientras que Jon Lindsay de Georgia Tech ve la transferencia de datos más como resultado de inercia burocrática que de una conspiración. TikTok, por su parte, ha calificado las afirmaciones de «infundadas», atribuyéndolas a ex empleados descontentos.
Con información de The New York Times.