En el debate estuvo Claudia Sheinbaum, quien se mantuvo en su papel; no cayó en provocaciones y no se salió del guión. También se dio a… conocer Jorge Álvarez Máynez; él tuvo algunos comentarios buenos y efectivos, pero su falsa sonrisa desentonó no pocas veces. Por último, constatamos la presencia de una ciudadana, Xóchitl Gálvez, quien a ratos genuinamente compartió lo que desea hacer. No obstante, si bien señaló los errores de la primera, en mi opinión no logró la contundencia que se requería.
Hay mucho por señalar al respecto del debate: que si fue un chapurreado con un formato no adecuado, que si hubo varios errores adjudicables al INE por cuanto a logística, que si los candidatos acertaron o se equivocaron…
Pero tal vez lo que más duele fue la forma en que Claudia anuló a las mujeres. Y en ese sentido, decir que ella es #LaDamaDeHielo no acaba de englobar el desprecio de la contendiente del oficialismo hacia las mexicanas (ellas; todas nosotras).
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El tema relativo de las mujeres fue menospreciado de diversas formas. De las más impactantes: que Claudia Sheinbaum dijera que ya se había discutido lo suficiente el tema luego de agotadas las respuestas a una primera pregunta en la materia… Sheinbaum prefirió hablar de la inflación y de las pensiones que de las mujeres vulneradas… (y mismo cuando lo hizo, fue con verdades a medias o abiertas falsedades). Dijo: “feminicidio que se comete, feminicidio que se castiga”. Eso es falso; absolutamente falso (sea que se haya referido a la CDMX o a todo el país). El feminicidio es de los delitos con mayor impunidad; solo el 25% de los feminicidios se investiga como tal. ¡México es la segunda nación en América Latina con más víctimas por razones de género!
Sostuvo también que el número de feminicidios es menor que en otros sexenios. No es así. Datos oficiales señalan que en este sexenio se acumulan casi 5,000 feminicidios. No dijo que al día desaparecen 11 mujeres en México. Once. Son asesinadas 10 diariamente y más de 200 son violadas cada día… (no solo eso, en un principio en el debate dijo que los feminicidios habían bajado un 40% durante el sexenio; luego habló de un 30%)…
Los feminicidios no han disminuido; justamente por ello es que casos de mujeres asesinadas violentamente NO son investigadas como feminicidios y se clasifican como homicidios… Un vil embuste.
Y hablando de engaños: decir que la fiscalía federal y la de la Ciudad de México son autónomas. Sí, tan “autónoma” la segunda que la primera inventó un delito inexistente y la segunda lo cumplimentó con tal de mantener presa a Alejandra Cuevas Morán (¿qué otras se encuentran hoy en día en esa injusta situación?).
Luego presumió de la Ley Vicaria, misma que su partido dejó en la congeladora en Veracruz. Presumió de un gabinete equitativo a nivel federal, mas prefirió hablar de otro tema que no fuera el de mujeres…
Vale mencionar aquí también a Máynez; habló de discursos misóginos ¡siendo él acusado de violencia de género por mujeres de su propio partido! Eso y no decir que MC ignoró la petición de una mujer por contender por la candidatura presidencial…
Pero vuelvo al desprecio y la soberbia de Claudia, la cual no termina con lo antes señalado; ella, por lo visto, también vive en el país de los otros datos. Todo va bien en nuestro país, de lujo incluso, mientras las preguntas enviadas por la ciudadanía expresan carencias, omisiones y preocupaciones. Nada más ilustrativo que, ante la foto del Metro derrumbado, ella se puso a enlistar los premios que ha recibido…). Le señalaron que Hugo López-Gatell es —así, abiertamente— un asesino y no dijo nada de nada. Nunca respondió a la pregunta que Xóchitl le formuló: porqué haber administrado ivermectina, medicina contra los piojos, a la población de la Ciudad de México como tratamiento contra el Covid. Tal vez por ello, la capital de la República es uno de los lugares donde la esperanza de vida cayó de forma más pronunciada…
Por todo lo anterior y más, si a mí me preguntan: ¿quién ganó el debate? Respondo: ganó la mentira (y perdieron las mujeres de este país). El cinismo de mentir sin ningún aspaviento; eso sí, sin enojarse y sin engancharse. Mintiendo en todo, pero sin contestar nada. El apodo que le puso Xóchitl —’la dama de hielo’— hizo honor a su actitud de mentir sin inmutarse.
Algunos dirán que ganó por ende Claudia, porque no importando lo que le preguntaran contestó con convincentes falsedades y nadie fue para corregirla; la oposición es lo demasiado tibia para que tantas muertes no le pasaran factura (otros dirán que ganó Xóchitl, porque se presentó cómo es, ciudadana y aunque no fue lo suficientemente impactante en su ataque, habló de lo que tenía que hablar).
El INE le endilgó de título al primer debate presidencial de esta temporada: “La sociedad que queremos”. Lástima que a lo presentado le falte mucho, mucho, para lograrlo.
Giros de la Perinola
• Cuando se dijo que se hablaría de los feminicidios, Máynez salió con su presentación con lenguaje de señas. Este asunto me recuerda lo de las palomitas de Salomón Chertorivski en el debate de la Ciudad de México. Se trata de payasadas.
• Guadalupe Taddei no tenía que haber estado en un lugar especial dentro del auditorio, tampoco hacer las “diferencias” con respecto a otros consejeros electorales. Ojalá su presencia hubiera hecho que el INE resolviera el problema de los relojes cronometrados…
• Después del debate, Cecilia Flores, madre buscadora de Sonora, reclamó al equipo de Morena los resultados para encontrar a las personas desaparecidas en México y tomó la palabra para exigir justicia por su caso y cientos más.
• Claudia Sheinbaum dijo que se investigaría y sancionaría a los hijos del actual presidente, por todos los escándalos de corrupción que los rodean, si hay pruebas. Le informo que sí hay pruebas, que ya se presentaron y que nada de nada a ocurrido.