Un nuevo jugador entra al esquema. Otro señalado de ser prestanombres de Andrés López Beltrán, el hijo del presidente López Obrador. De todos sus amigos, a este lo presume como el más humilde, el más modesto, el verdaderamente cercano. Él trae la película completa de viajes, itinerarios y secretos. Es alguien que nunca había tenido éxito en la vida laboral y que incluso batallaba para llegar a final de mes, hasta que entró al juego. Su nombre es Ricardo Pacheco, originario de Tabasco.
Este Ricardo Pacheco también es amigo de Amílcar Olán Aparicio y su esposa. Asistió a la boda. Hay fotografías de los tres juntos. Este Ricardo Pacheco también es amigo de Alejandro Calderón Alipi, actual titular del IMSS Bienestar y que antes estuvo en el Insabi. Hay decenas de fotografías juntos. En fiestas, en restaurantes, en una alberca. Es más, los cuatro fueron a un concierto de Luis Miguel.
Con el avance de esta administración, Pacheco poco a poco se convirtió en un “coyote” o gestor de contratos para temas de salud, al amparo de Andy. Dos personajes olieron la oportunidad de hacer negocio y se dedicaron a apapacharlo con lujos: el empresario Javier Díaz, dueño de antros en la Ciudad de México, y su colega Jorge Ruiz Figueroa, alias “El encantador de serpientes”, acusado de haber defraudado a Tv Azteca.
Quienes conocen de cerca todo este entramado cuentan una anécdota extraordinaria. Se acercaba el cumpleaños de Alejandro Calderón Alipi y Ricardo Pacheco quería hacerle un buen regalo a su amigo, pero no tenía con qué. Para solucionarlo, comenzó a pedirle dinero prestado a personajes como Amílcar y a los contratistas amigos beneficiados por el IMSS. Fue sincero. Uno a uno les dijo que era para obsequiarle una cartera. Todos accedieron. Y sí, Pacheco hizo el regalo de la marca Louis Vuitton, pero no correspondía al total de lo que había juntado en la colecta. Varios levantaron la ceja y ese gesto los hizo desconfiar. El video de la entrega del regalo, acompañado de un abrazo efusivo, está adjunto a esta columna. No hay que olvidar que el código de ética de la propia Secretaría de la Función Pública elaborado en esta administración prohibe a todo funcionario recibir abrazos, besos y regalos.
La sorpresa de los amigos incrementó cuando de la noche a la mañana, el humilde Pacheco comenzó a visitar Cancún con mucha frecuencia. A la par, según los relatos, presumía estar relacionado con contratos dentro del propio IMSS Bienestar por servicios de digitalización y con montos entre los 600 y los 900 millones de pesos.
La historia empeoró cuando el propio Pacheco reveló que le dijo a los contratistas que el hijo del Presidente quería como recompensa una propiedad en Cancún, pero que sería escriturada a su nombre y que ya la tenían elegida: un penthouse de 298 metros cuadrados, con valor aproximado de 22 millones de pesos, en el complejo Riva, de la exclusiva zona de Puerto Cancún. Consiste en 36 departamentos, más amenidades como alberca en el rooftop, jacuzzi con asoleadero, ludoteca, gimnasio y muelle que conecta a un canal de navegación.
A los pocos días, Andy apareció por la propiedad y comenzó a utilizarla, pero también a ofrecerla a varios de sus amigos que le tomaron la palabra y han pasado por ahí.
La historia remata con un secreto que tal vez Andy no conoce sobre su más cercano: Pacheco, junto con Amílcar, se colgaron de su nombre para presionar vía Adán Augusto López para que le dieran la candidatura de la alcaldía de Benito Juárez, donde está Cancún, a Ana Paty Peralta quien finalmente terminó ganando la elección. Pacheco lo hizo porque es amigo y socio del esposo, Lucio Galileo Lastra Abreu, en una maderería. Andy detesta a la pareja, específicamente a él porque tiene linaje del otro grupo de poder de su estado Tabasco.
Stent:
Varios de los empresarios más influyentes del país están citados mañana lunes en el centro de operaciones de uno de ellos, en Reforma, en las Lomas de Chapultepec. A la 1 de la tarde tienen un encuentro con una candidata a la presidencia y dos horas después llegará la otra.