¡Milagro! Esta semana López Obrador no ha estado en plan de víctima eterna. Al revés, anda envalentonado; muy crecidito y contento. El desmán que él provocó con Ecuador tiene muchas y variadas consecuencias. Le dio gasolina y capital político. El principal ha sido el muy lógico apoyo nacional e internacional que se le ha dado a México y a su gobierno. Lo realizado por el gobierno ecuatoriano en contra de nuestra embajada se debe condenar sin tapujos.
Que López Obrador “ayudó” a que aquello sucediera se cuece aparte. Pero a lo que voy: ahora, con los vientos a favor, nuestro primer mandatario agarró nuevo bríos esta semana.
Se mete en todo; viola la ley electoral sin pudor alguno, hace trizas las relaciones exteriores, nuevamente coquetea con ser el candidato eterno y hasta suspiró —en plan de regaño a su heredera— que no le fue mal a Claudia en el debate… Ya lo han dicho (Salvador García Soto, el primero, en su columna de ayer en El Universal), el presidente se molestó de que la candidata oficial no “defendiera” lo suficiente a sus hijos y a su gobierno federal en el primer debate presidencial.
Valdría la pena preguntarse lo siguiente: ¿será capaz de aplicarle una jugarreta a Claudia tipo la que Salinas le propinó a Colosio? Y, ¿hasta dónde debe ella “defender” a la prole López Beltrán y a sus amigos y hasta dónde debe intentar ganar la contienda para luego gobernar sin mayor mácula?
Si López Obrador contestara a esa interrogante, diría que la culpa radica en los neoliberales y que todo su régimen está limpio. Eso a pesar de que sus integrantes provienen del mismo PRIAN que tanto denuesta; y es que, una vez envueltos en el obradorismo, la “amnesia” hace estragos…
En resumidas cuentas, el inquilino de Palacio lanzó su proclama: “A México se le respeta”, si bien aún no especifica qué significa esto y qué hará al respecto. Porque algo es cierto: a Ecuador, él NO lo respeta; ¡pero a México tampoco! ¿O la situación en la que tiene sumergido al sector salud (tasas de vacunación y descenso en la expectativa de vida incluidos) habla de respeto al pueblo mexicano?
Las cosas como son: para López Obrador lo de Glas fue pretexto para continuar con su proselitismo electoral y también para que nosotros nos convenzamos de que México es asilo de delincuentes acusados, entre otros menesteres, de tener lazos con el narco.
Estamos viviendo tiempos inéditos. Nunca nos imaginamos el ataque del régimen de Noboa a nuestra embajada en Quito, Ecuador. Aunque tampoco el ataque verbal de López Obrador contra el mandatario ecuatoriano, acusándolo —entre otras cosas— de instigar y estar detrás del asesinato de un candidato presidencial…
Como que ya va siendo momento de tener una agencia nacional (con monitoreo ciudadano apartidista) que verifique la veracidad de las afirmaciones que presidente y candidatos —al menos los aspirantes a la Presidencia y gubernaturas— profieren todos los días. Por lo pronto, falso de toda falsedad lo que AMLO dijo de Noboa. Tan falso que la misma hija del finado salió a solicitarle a nuestro titular del Ejecutivo federal que no metiera a su padre en estos sucios menesteres de la grilla política y que no se inmiscuya en la política ecuatoriana.
Ante los ataques de López Obrador y su actitud prepotente y muy “salsita” en contra de Daniel Noboa, este último le contestó: “La justicia no se negocia… nos estamos jugando el país”.
Por cierto, en un discurso diametralmente opuesto al “abrazos y no balazos”, Noboa tenía diversas alternativas cuando México por fin le otorgó el asilo político a Glas (no se olvide que desde diciembre estaba escondido en nuestra embajada y México no le había concedido “estatus” al ex funcionario). En el abanico de opciones que contemplaba, no podía darse el lujo de que Glas escapara. Por lo cual, el violentar nuestro territorio, para él se trató de mandar un mensaje…
Este año, tanto en México como en Estados Unidos y en Ecuador, habrá elecciones. Y en Ecuador, en dos semanas, una consulta popular…
Recordar, asimismo, que Glas estaba preso, condenado por diversos delitos y que la razón por la cual salió de prisión es por la presión que hizo el narco sobre una juez…
López Obrador tiene a su favor a todos los que condenamos la irrupción que hizo el gobierno ecuatoriano. Pero sobre todo tiene claridad por cuanto a sus propósitos electorales en México. El muy salsita aprovecha, entonces, para vapulear a Denise Maerker y a Manuel López San Martín por las preguntas que se plantearon en el pasado debate presidencial…
El subconsciente lo traiciona. Actúa como si él fuese candidato a la Presidencia y viola la ley electoral. AMLO no está guardando silencio en esta temporada electoral, prudencia vital para garantizar la equidad comicial. Se envalentona y se vuelca a violentarla.
El peleón del barrio (latinoamericano) acumula pleitos con Panamá, Ecuador, Bolivia, Perú, Argentina (bienvenidos al club de la pelea) y hasta con España. Y todo bajo la máxima —mentada pero no acatada— de la soberanía de los pueblos y la NO intromisión en sus asuntos. Ajá…
López Obrador anda envalentonado, muy salsita. ¿Esto hasta cuándo le durará?
Giros de la Perinola
– El IECM (Instituto Electoral de la Ciudad de México) impuso medidas cautelares a Martí Batres por inmiscuirse en las campañas electorales; emitió comentarios en contra de Santiago Taboada después del primer debate local en la contienda por la jefatura de gobierno de la capital. Queda claro que, a este señor, jugar de manera justa, atendiendo las reglas, le es claramente imposible.
– El exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas fue internado en el hospital por una sobredosis de medicamentos. Ya regresó a la cárcel, pero ¿a quien le conviene que guarde silencio? Ciertamente no al gobierno ecuatoriano. ¿Quién le dio una sobredosis de medicinas en la cárcel?
– Ha trascendido que López Obrador ha estado mandando medicamentos oncológicos a Ecuador. Por supuesto, no ha dado cuenta de lo anterior al ‘pueblo bueno y sabio’ de México. Aquí, en territorio nacional, medicinas y tratamientos siguen escaseando, y los niños mexicanos con cáncer siguen muriendo. Y, no, no lucro con la desgracia al escribir sobre ello.