Los liderazgos de los partidos de oposición, Alito Moreno, del PRI, y Marko Cortés, del PAN, quienes suelen pactar en lo “oscurito” candidaturas y demás cargos, han puesto un ultimátum a la candidata Xóchitl Gálvez: o muestra sus cartas credenciales, su arrojo y lanza su resto en el segundo debate presidencial o van a enfocar los esfuerzos y recursos financieros a una apuesta que, si bien no consideran segura, tiene una mayor probabilidad de victoria: la candidatura de Santiago Taboada para gobernar la CDMX.
La fecha límite para que Xóchitl Gálvez demuestre a sus patrocinadores que tiene posibilidades de triunfo en el proceso electoral es el próximo domingo 28 de abril, cuando se vuelva a enfrentar a la morenista Claudia Sheinbaum en el debate a celebrarse en los estudios Churubusco de la Ciudad de México.
Dentro de la oposición hay quienes aseguran que el apoyo a la hidalguense se tendría que haber acabado desde el pasado encuentro realizado en la sede del INE, pero los evidentes errores de formato y de producción abrieron la puerta a que la candidata ganara algunas semanas de gracia, al no existir elementos contundentes para hacer una evaluación de su desempeño.
De esta manera, en el siguiente debate Xóchitl Gálvez saldrá a jugarse principalmente muchos millones de pesos para su campaña, administrados por el panista Santiago Creel y por el líder del PRI, Alito Moreno, y provenientes algunos de estos de empresarios involucrados con el Consejo Mexicano de Negocios, que preside Rolando Vega Sáenz. Si bien los empresarios no ven con malos ojos a la candidata puntera, Claudia Sheinbaum, tampoco están dispuestos a poner todas sus “fichas” en ella, pues buscan los equilibrios democráticos, es decir que, si gana Morena la Presidencia de la República, no logre una mayoría amplia en el Congreso federal.
Moreno y Creel se adueñaron de las aspiraciones presidenciales de Xóchitl Gálvez desde que ésta decidió renunciar al plan de competir por la Ciudad de México ―donde al igual que Taboada tenía amplias posibilidades de victoria― para apostar por la Presidencia. En el PAN le endulzaron los oídos a conveniencia para permitir que el grupo del exalcalde de Benito Juárez y actual coordinador de los diputados del PAN, Jorge Romero, pusiera a su candidato Santiago Taboada, y por lo tanto le prometieron apoyo incondicional, mientras que Alito Moreno asumió la actitud pendenciera de siempre, que es su fortaleza y a su vez su punto más débil, por todos los cadáveres en el clóset que acumula.
Hay versiones confirmadas de que en la primera reunión que Xóchitl sostuvo con Alito Moreno como precandidata presidencial de la oposición, el campechano fue muy claro en las condiciones que la hidalguense tendría que cumplir para contar con el apoyo de la estructura del PRI: “Yo no te necesito para lo que quiero, pero tú si me necesitas a mí”, le soltó, y desde entonces la candidata quedó secuestrada.
Así confirmó el priista su candidatura al Senado de la República y muchos otros espacios para su partido o su grupo político en un eventual gobierno de coalición. El caso Coahuila confirmó el tipo de acuerdos que hacen los liderazgos de oposición, en los que se reparten hasta espacios de recaudación tributaria.
Con un estilo de mucho menos rudeza, pero similares objetivos, los líderes nacionales del PAN y del PRD, Marko Cortés y Jesús Zambrano, respectivamente, se sirvieron con la cuchara grande. Se colocaron en posiciones políticas privilegiadas y poco han hecho para contribuir con la candidatura de Xóchitl.
Todos estos nombres que hemos mencionado se preparan para hacer el “switch” en los primeros días de mayo, y para meter el acelerador a fondo en la campaña de Santiago Taboada, con el objetivo de consolidarse en la CDMX e intentar vencer a Clara Brugada, una candidata que, consideran, no es la mejor carta que pudo haber lanzado Morena.
La última palabra al final de cuentas la tiene Xóchitl Gálvez; cuesta arriba, pero tiene en sus manos la oportunidad de retener sus apoyos, sobre todo porque entre las temáticas del siguiente debate está incluida la problemática de seguridad, algo en lo que este gobierno ha tenido los peores resultados de la historia.
Hablando de debates, en el primero, que se llevó a cabo el 7 de abril, algunas cosas pasaron desapercibidas, pero quienes lo presenciaron las traen muy frescas en la mente.
Una de estas fueron los gritos que pegaba de tiempo en tiempo el coordinador nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, aludiendo a presuntos “fraudes” y “robos” en cuanto al tiempo de participación de su candidato, Jorge Álvarez Máynez.
Quienes se llevan con el también senador veracruzano no le conocían esas formas tan desproporcionadas y fuera de lugar para intentar incidir en un debate presidencial. Menos mal que ninguno de sus gritos se escuchó en las transmisiones en vivo.
Muy desesperado se nota al líder moral de MC, a quien se asegura le secuestraron el partido sus pupilos de la llamada “nueva política”: Samuel García, Mariana Rodríguez y el mismo Álvarez Máynez, quienes bailan, cantan, sonríen y se vuelven “pegajosos” en las redes sociales, pero de gobierno y de política saben nada o muy poco.
Y quien ha sido maltratado en dichos eventos es Ricardo Monreal. El senador por Morena no tuvo un buen lugar en el debate presidencial y mucho menos en el reciente encuentro que la candidata del oficialismo Claudia Sheinbaum celebró el lunes con empresarios, líderes de cámaras y agrupaciones del sector privado.
A Monreal lo mandaron, como se dice en el teatro, a gayola, a donde lo fue a rescatar su colega senador Manuel Velasco. El propio Monreal se siente desplazado del grupo cercano a Sheinbaum y lo ha transmitido a varios morenistas.
Quién sabe qué intenciones o cuánto juego vaya a darle a Monreal la ahora candidata del oficialismo si se convierte en presidenta, pero las señales que le ha mandado no son los mejores.
Luego del evento, eso sí, Monreal se fue con Velasco y Marcelo Ebrard a cenar para hablar, entre muchas otras cosas, de la elección en la alcaldía Cuauhtémoc que busca su hija Caty Monreal.
El pasado 10 de abril, la firma internacional GE-HITACHI Nuclear Energy se adjudicó el contrato CFE-0001-ADAAT-0003-2024 de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para suministrar los instrumentos de monitoreo de carga y los niveles de radiación en el área de la central eléctrica de Laguna Verde.
El monto erogado por la empresa que encabeza Manuel Bartlett fue apenas superior a los 15 millones de pesos, cuando las comunidades veracruzanas que rodean la zona exigen una inversión superior para asegurar la inocuidad del complejo energético con más de 30 años de operaciones.