La relación del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador con Europa termina con turbulencias. A la ya habitual tensión con España y su monarquía, se agregan en los últimos días diversos focos de conflicto que dejan en una posición difícil a la canciller Alicia Bárcena.
Y es que, según pudo conocer LPO, la secretaria de Economía Raquel Buenrostro está en contra del capitulo de energía del Tratado de Libre Comercio México-Unión Europea. Esto era conocido en la Cancillería, el problema para Bárcena es que en su última incursión a Bruselas dijo que ella iba a resolver cualquier desavenencia con Andrés Manuel López Obrador.
Ayer lunes el periódico El Universal expuso que la canciller casi no tiene trato con el presidente y que son pocas sus chances de retener el cargo, algo que ya había anticipado esta redacción.
En Bruselas comienza a ganar peso la tesis de que la firma del acuerdo quedaría para el próximo sexenio a pesar de López Obrador le dijo en junio del año pasado a la presidente de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, que él quería firmar el tratado.
A estos se suman otros inconvenientes de forma, como el desastre de la visita de los reyes de Suecia, que le habían dicho a López Obrador que viajarían en el Tren Maya pero luego suspendieron ese trayecto porque hubo una movilización de ambientalistas frente a la embajada del país escandinavo en CDMX. También se mencionó en Palacio Nacional que suspendieron porque la estructura del tren no le pareció segura a los coordinadores de la gira.
La semana pasada, en tanto, el primer ministro de Portugal Antonio Costa sufrió un revés electoral. Bárcena apoyó mucho a Costa, así quedó retratado en redes sociales, fundamentalmente porque desde su staff existe una relación casi familiar con el entorno del político luso, ahora sospechado por casos de corrupción.