Ayer el Centro Nacional de Inteligencia y otras dependencias de seguridad fallaron en advertir la irrupción de normalistas de Ayotzinapa a Palacio Nacional mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador ofrecía su conferencia de prensa mañanera. Nos detallan que aunque este organismo tuvo como antecedentes las fuertes protestas de días anteriores cuando los jóvenes, que exigen una reunión de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos con el Presidente, lanzaron cohetones a las sedes de las secretarías de Gobernación y Relaciones Exteriores, así como en el Senado y en instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) en la colonia Doctores, en donde incluso utilizaron como ariete una camioneta para derribar uno de los portones. Además, sabían que desde hace días había un plantón frente a Palacio Nacional. Sin embargo, cuando ayer los manifestantes utilizaron como ariete una camioneta para derribar la puerta de Palacio Nacional ubicada en la calle de Moneda e irrumpieron, al interior de la sede principal empezó la corredera de policías militares y otras fuerzas para impedir que los manifestantes y algunos de los padres de los normalistas llegaran hasta el salón Tesorería en donde se encontraba el Presidente, situación que, al final, no se dio pues los manifestantes lograron ser replegados. ¿Será que hoy en la reunión del gabinete de seguridad alguien recibirá un jalón de orejas por no haber evitado esta irrupción?
Nos recuerdan que en la Cámara de Diputados decidieron desempolvar varias reformas en materia de género y aprobarlas por unanimidad, casualmente, dos días antes del 8M. Lo raro, nos dicen, es que en la legislatura de la paridad siguen pendientes reformas importantes como la del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, que finalmente está siendo regulado por el Poder Judicial en los estados. Tampoco se han avalado temas como la maternidad subrogada, entre otros. Tal parece que, en la víspera del Día Internacional de la Mujer, se acordaron de algunos temas, pero los de fondo, aún no tienen para cuándo. Feminismo de ocasión, o feminismo de efeméride, en San Lázaro, nos hacen ver.
Luego de que el Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó las candidaturas al Congreso, nos advierten que vienen las impugnaciones de los partidos políticos. Aunque el órgano electoral ya revisó que las candidaturas cumplan con los requisitos para buscar un lugar en la Cámara de Diputados o el Senado, se pronostican varias impugnaciones ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para ver si confirma las candidaturas, o les da marcha atrás. En el caso de Morena, su principal queja es contra el exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, mientras que el PRI impugnó la candidatura por Morena del exgobernador panista, de Chihuahua, Javier Corral.
Ayer, el presidente López Obrador reaccionó a la nota publicada por EL UNIVERSAL con el título “Megaopacidad, lo más surtido en la Megafarmacia”, que muestra, con datos oficiales, que la Presidencia y la Secretaría de Salud carecen de la información sobre la compra de medicamentos para abastecer la autollamada “farmacia más grande del mundo”. Descalificó la nota y dijo que se trata de un ataque a su administración, pero no desmintió los datos ni presentó pruebas de la compra de medicamentos y del abasto real de la Farmacia del Bienestar. Es más, dio a entender que la Megafarmacia no debería estar llena de fármacos, y que para eso están las farmacias de los hospitales. Entonces, ¿para que se adquirió y publicitó con bombo y platillo una bodega con un costo de más de 3 mil 600 millones de pesos en la que estarían físicamente “todos los medicamentos del mundo”, si su principal objetivo es enlazar a los centros de salud para buscar cuál de ellos tiene algún medicamento faltante en otro, y servir como una oficina de enlace telefónico?