La amistad entre Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Salinas Pliego era tal que fue el empresario quien le propuso integrar un Consejo Asesor Empresarial de la Presidencia. Fue el mismo día de la elección, el 1 de junio del 2018, cuando al calor de la celebración, copa en mano, el dueño de Grupo Salinas se lo deslizó y AMLO aceptó. En la casa de campaña del candidato de Morena estaban también el resto de los empresarios que terminaron por ser parte de aquel consejo que nunca funcionó.
Los primeros años de la autodenominada 4T fueron, si no miel sobre hojuelas, muy llevaderos para Salinas Pliego. López Obrador integró a funcionarios cercanos al magnate en su gabinete, además de que le pidió que lo apoyara con la dispersión de los recursos de programas sociales a través de su red sucursales de Banco Azteca y con bajar las comisiones que cobran sus empresas a los paisanos que envían remesas al país. La respuesta de Salinas Pliego siempre fue sí.
Todavía a finales del 2020, Salinas Pliego cabildeó con el entonces coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, una iniciativa para que el Banco de México pudiera adquirir los dólares que las instituciones financieras en México no pueden cambiar en Estados Unidos, la cual fue polémica y no logró pasar, en parte porque el exsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, y otros intermediarios financieros se opusieron.
Fue a partir de el 2021 cuando Salinas Pliego comenzó a subirle el tono a sus publicaciones en redes sociales, particularmente en X –antes Twitter–, donde no solo critica a sus detractores y clientes insatisfechos, sino a los políticos, sobre todo de la 4T, a quienes llama “gobernícolas”. Ese año, la entonces jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Raquel Buenrostro, acusó al empresario de adeudar 40 mil millones de pesos al fisco. Fue hasta octubre del 2022, días después de la salida de la funcionaria del SAT, cuando Salinas Pliego pagó 2,800 millones de pesos.
Lo que vino después fue un uso intensivo de redes sociales para defenderse. En una estrategia de comunicación que ha resultado eficaz por su alcance y resonancia, el dueño de TV Azteca, Elektra y Banco Azteca se ha posicionado en contra de varios funcionarios de Morena, como su secretaria general Citlalli Hernández; del gabinete presidencial, como el titular del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Jenaro Villamil; el vocero presidencial, Jesús Ramírez; la tesorera de la Federación, Elvira Concheiro, su hermano el subsecretario de Educación Superior de la SEP, Luciano Concheiro, y el director de Materiales Educativos de esa dependencia, Marx Arriaga, entre otros. También tiene pleito con ideólogos y propagandistas de la 4T, como el productor de series de TV, Epigmenio Ibarra.
El presidente López Obrador dijo que si bien tienen diferencias ideológicas, Salinas Pliego no es su enemigo.
Ese era el estado de las cosas hasta que en diciembre pasado, el empresario fue recibido en Palacio Nacional por el presidente López Obrador, como se reveló el 22 de febrero en esta columna.
La reunión fue para intentar limar las asperezas muy marcadas que surgieron hacía meses entre el magnate y el gobierno de la 4T, incluido el mandatario.
Entre varios temas, se habló de la “persecución” contra las empresas de Salinas Pliego; la campaña de redes sociales en su contra, orquestada por el vocero Jesús Ramírez y otros personajes del ala dura y radical de Morena; el recorte prácticamente a cero de la publicidad gubernamental a TV Azteca; la recuperación de una concesión de un campo de golf en Huatulco; la negativa para autorizar una concesión minera en Baja California a una de sus empresas y el adeudo fiscal que le reclama el gobierno.
El empresario llevaba anotados todos los temas por los que se sentía agredido, perseguido y “traicionado” por el Presidente, a quien respaldó desde sus tiempos como jefe de Gobierno de la capital y hasta su llegada a la Presidencia, con la apertura de sus espacios informativos.
López Obrador escuchó uno a uno los puntos de Salinas Pliego y en resumidas cuentas le aseguró que no había nada personal contra él y que el mandatario no tenía que ver en las decisiones de sus funcionarios; que simplemente eran políticas de su gobierno, pero que no se preocupara, porque no continuaría lo que el empresario considera una “persecución”, y que buscaría una manera para que pagara lo “justo” en el tema fiscal.
No pasaron más que unos días para que en redes sociales se desatara una nueva campaña en contra del Banco Azteca, propiedad de Salinas Pliego, y luego la negativa para renovarle la concesión del campo de golf Tangolunda hasta 2027.
El Presidente dijo que en aquella reunión le planteó a Salinas Pliego una reducción de 8 mil millones de pesos a los cerca de 23 mil millones de pesos que supuestamente adeuda al SAT, a lo que el empresario se negó.
Como sea, la relación entre ambos parece rota y sin intención de recuperarse. Salinas Piego más bien tiene los ojos puestos en el siguiente sexenio y ha tendido puentes institucionales con la candidata Claudia Sheinbaum, quien está en un dilema, pues de ganar la Presidencia baraja regresar a Raquel Buenrostro al SAT o designarla como secretaria de Hacienda, lo que sería una afrenta para el empresario. Se dice que la “doctora” no tiene intención de seguir la persecución, a menos que sea “muy necesario”, lo que eso signifique, según algunos de sus cercanos.
Posdata 1
Sobre el litigio fiscal contra Salinas Pliego, el presidente López Obrador se ha pronunciado porque la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo resuelva. El caso está en manos del ministro Luis María Aguilar, quien termina su gestión en diciembre de este año. A la nueva Presidenta le tocará proponer al nuevo ministro o ministra, con el que, si se mantiene el bloque pro 4T de Lenia Batres, Loretta Ortíz y Yasmín Esquivel, podrían evitar que se declaren inconstitucionales reformas legales o decretos promovidos por el Ejecutivo y aprobados por mayoría simple en el Congreso de la Unión. Por eso es tan relevante el futuro de la relación de Salinas Pliego y otros empresarios con la nueva presidenta, sobre todo si es Claudia Sheinbaum. Todo esto en el supuesto de que no se apruebe una reforma al Poder Judicial de la Federación.
Posdata 2
Este jueves se llevó a cabo la Reunión Plenaria de Citibanamex, la número 32, a la que asistió la plana mayor del banco y todos los consejeros regionales. Estuvieron invitadas las dos candidatas y el candidato presidencial. Solo Sheinbaum se disculpó, porque tenía una gira fuera de la ciudad; sin embargo, eso no evitó que fuera abucheada por los invitados.
El presidente del consejo de Citibanamex, Enrique Castillo Sánchez Mejorada, expuso que ofrecieron alternativas a la candidata de Morena; sin embargo, solo estuvo dispuesta a enviar a algún representante.
Xóchitl Gálvez aprovechó para hablar sobre el nearshoring, la inversión y las energías limpias, mientras que Jorge Álvarez Máynez criticó las propuestas “populistas” de las candidatas sobre reducir la edad de retiro y mejorar las pensiones de los trabajadores.
La CEO de Citi, Jane Fraser, se despidió de Banamex, asegurando que México tiene un futuro brillante debido a las oportunidades que ha abierto el fenómeno del nearshoring. La separación de Citi y Banamex ocurrirá en la segunda mitad del 2024.
Posdata 3
Y hablando de mujeres en el sector financiero, en la Reunión Plenaria de Banamex, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, comentó que apenas 62% de las mujeres tienen algún producto financiero, lo que representa una brecha de 12 puntos porcentuales con los hombres.
Uno de los desafíos del sistema financiero, dijo, es la brecha de género. Históricamente las mujeres han enfrentado mayores barreras en el acceso a productos y servicios financieros.
Ante esto, explicó que se han impulsado estrategias, como la creación, en conjunto con la iniciativa privada, del Comité de Igualdad de Género en el Sistema Financiero.
En este tenor, la calificadora Moody’s publicó un reporte en el que expone que las empresas con mayor presencia de mujeres en sus consejos directivos y de administración tienen mejores calificaciones crediticias.
En su informe sobre diversidad e igualdad de género, por el Día Internacional de la Mujer, Moody’s expuso que las mujeres tienen una representación de 29% en los directorios de las empresas con grado de inversión a nivel mundial.
Este porcentaje resulta mayor en un punto porcentual al que se registró el año pasado, lo que confirma las tendencias internacionales, pues las mujeres entraron de lleno al mercado laboral tras la pandemia del Covid-19.
Por el contrario, las empresas con grado especulativo, es decir las que tienen bajas calificaciones crediticias, reflejan una participación femenina en los directorios de 24%.
No obstante, en América Latina la situación es diferente, ya que los promedios de participación en cargos directivos son menores a 20%. Hay mucho que hacer todavía en términos de inclusión en México.