El 1 de diciembre de 2018 arrancó este gobierno con un discurso lapidario contra la falta de crecimiento a causa de la “política económica aplicada durante el periodo neoliberal, la más ineficiente en la historia moderna de México”.
Ahora el gobierno va a terminar y las cifras nos dicen que ha sido el segundo peor sexenio desde 1935.
Hicieron historia.
El crecimiento del PIB acumulado en cinco años de gobierno de la cuatroté suma únicamente 3.3 por ciento, de acuerdo con el Análisis del Ejercicio Presupuestal del Gobierno Federal y de la Evolución de la Deuda, elaborado por el doctor Francisco Barnés de Castro.
Durante todo el actual gobierno se creció menos que el promedio anual del sexenio de Ernesto Zedillo (3.4 por ciento).
En el gobierno del presidente Carlos Salinas México creció 4 por ciento de promedio, es decir cada año.
Señala el exrector de la UNAM, con base en el Informe de Finanzas Públicas y Deuda Pública de la Secretaría de Hacienda, que durante el presente sexenio el costo total del servicio de la deuda creció 47.8 por ciento.
Primero de diciembre de 2018: “Este es nuestro compromiso: no gastaremos más de lo que ingrese a la hacienda pública”.
Apunta el doctor Barnés:
El déficit presupuestal del gobierno federal en estos cinco años se ha incrementado en 95 por ciento.
Se recibió, el 1 de diciembre de 2018, un déficit presupuestal de 626 mil millones de pesos, y en diciembre de 2023 era de un billón 200 mil millones de pesos.
Los que se comprometieron a no gastar más de lo que se ingresa cerrarán el presente año con un déficit de un billón 700 mil millones de pesos.
Es decir, 170 por ciento mayor al que recibieron.
Para cubrir el déficit acumulado en esos cinco años (5.1 billones de pesos), el doctor Barnés indica que se incrementó la deuda interna en 2 billones 800 mil millones de pesos, y los recursos faltantes salieron de los fondos y fideicomisos que les dejó el gobierno anterior.
El porcentaje de ingresos del gobierno federal que se destinó al servicio de la deuda pasó de 12.1 por ciento en 2018, al 18.6 por ciento de los ingresos esperados para este año.
Si se quiere entender, en pesos y centavos, la política de abrazos con la delincuencia organizada, que ha costado más de 170 mil vidas en el presente sexenio, sugiero ver las gráficas que presenta el exrector de nuestra máxima casa de estudios:
Entre 2018-2023 el presupuesto ejercido en Seguridad Nacional (Fuerzas Armadas), se incrementó en 15 por ciento.
Y el presupuesto ejercido en Orden Público y Seguridad Interior se ha contraído en 30 por ciento.
De acuerdo con la OCDE, México es uno de los países que menos recursos destinan a la atención a la salud: 2.9 por ciento del PIB. Por debajo de Perú (4.3 por ciento), de Brasil (4.5 por ciento), de Chile (5.6), de Colombia (6.1), de Argentina (6.6 por ciento) y, desde luego, que España, que destina 10.4 por ciento de su PIB.
También es de los que menos presupuesto asigna a la educación primaria y secundaria: 2.8 por ciento del PIB. Chile destina 31.1; Brasil, 3.6; Colombia, 4.1, y Costa Rica, el equivalente a 4.4 por ciento de su PIB.
Indica el estudio que las aportaciones del gobierno federal al IMSS y al ISSSTE, fundamentalmente para el pago de pensiones, crecen más rápido que los ingresos. Lo mismo sucede con el servicio de la deuda.
Tan sólo esos dos rubros comprometerán, para este año, 40 por ciento de los ingresos totales del gobierno federal.
Otro punto es el gasto en infraestructura física, que en el actual sexenio está por debajo de los niveles históricos de los gobiernos anteriores.
Más de 50 por ciento de la inversión en infraestructura, señala el doctor Barnés, se ha concentrado en los tres grandes proyectos de esta administración (el Tren Maya, la refinería en Dos Bocas y el AIFA).
El presupuesto ejercido por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes se ha reducido 60 por ciento respecto de 2018.
Así, el pasado día 15 de este mes, Hacienda informó que “por causas de fuerza mayor” el programa de mantenimiento y conservación de carreteras federales se cancela por este año.
El presupuesto autorizado por el Congreso para ese fin (11 mil millones de pesos) se destinará a otros fines.
¿Cuáles son esos otros fines?
Piense mal y es posible que acierte.
Son las cuentas de un fracaso.
Histórico, como lo querían.