Guerrero arde y hay responsables. Autoridades de este sexenio, no de los de hace 18 años.
También hay un grupo de estudiantes que vuelven a ser utilizados. Ya no son 43, ahora suman 44, y el obradorismo se ha burlado de los familiares de todos ellos desde que sucedió la tragedia.
¡Cómo han cambiado los papeles! López Obrador les prometió justicia, ahora ni siquiera les recibe. A los normalistas los usó de bandera y hoy hasta los criminaliza; para ello señala un tirachinas y unos balines. Es en serio.
Ante el asesinato del estudiante número 44, este ocurrido a últimas fechas, los gobiernos emanados de Morena primero culparon al normalista, para luego —ante la presión de la madre y sus compañeros de escuela— detener a un policía, al cual se le permitió darse a la fuga.
Pero ahí no paró la mofa. Para que la burla calara hondo, la secretaría de Gobernación federal, Luisa María Alcalde, le reconoció —sí, prácticamente congratuló— a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, por haber aceptado la renuncia del secretario de Gobierno estatal, Ludwig Marcial Reynoso, y el de Seguridad Pública, Rolando Solano Rivera, así como la petición de remoción de la fiscal Sandra Luz Valdovinos Salmerón. El colmo; ya solo falta que a la gobernadora la reconozcan porque respira.
La Torita tiene al estado de Guerrero incendiado. Entre la violencia que campea por un Acapulco olvidado a su suerte, el asesinato del normalista Yanqui Kothan Gómez Peralta, y el senador de la República Felix Salgado Macedonio bailando, la titular del ejecutivo local recibe un reconocimiento porque aceptó dos renuncias. ¡Vergonzoso!
¡Miserables! Empezando por la gobernadora que nunca debió haber sido electa. La “juanita” de su padre, este acusado de delincuencia organizada, además de violación. El mismo que ahora busca la reelección para seguir “gobernando” a través de su hija y a la vez no perder las canonjías y fuero que le ofrece el Senado.
Nestora Salgado, senadora morenista y excomandante de la Policía Comunitaria de Olinalá, lamenta cómo ha empeorado la situación en Guerrero; “lo estamos viendo, la violencia es grave, está fuerte, ha empeorado”. Evelyn Salgado ni siquiera le toma la llamada. Si eso hace con morenistas, ¿qué pueden esperar el resto de los guerrerenses?
“¿Qué hacemos?, ¿cómo resolvemos?”, se pregunta la legisladora. Ni Evelyn ni su padre resuelven; no les interesa resolver nada. Hace mucho que ellos dejaron de representar a los guerrerenses.
Tienen razón todo aquel que demande el cese de estos funcionarios buenos para nada. Pero no solo el mencionado par de secretarios, también debe hacerlo la gobernadora.
En Guerrero se sostiene a una incompetente y a un narco gobierno; se ha superado los límites de los absurdo. No le demos más vueltas: aunque López Obrador diga que todo se magnifica, estamos ante una crisis rubricada por gobiernos morenistas.
Encima, los militares —como bien señala Carlos Loret de Mola— controlan la Fiscalía del Estado y esta también se encuentra en jaque.
¿Cuál es la lógica detrás del viraje que hizo López Obrador opositor a presidente? Una sola: optó por los militares, decidió proteger a su gran socio. A quienes lo secundarán cuando intente asirse al poder tras el 2 de junio. Punto final.