Este jueves se conoció que la candidata del Frente Xóchitl Gálvez viajará a España para reunirse con empresarios y dirigentes políticos como parte de su agenda internacional que se inició en Washington y Nueva York.
La candidata viajará a Madrid este fin de semana y uno de los interrogantes que recorren el arco opositor es sobre si tendrá una foto con Felipe Calderón, que reside en dicha capital al igual que Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari.
Calderón se ha manifestado en redes a favor de Xóchitl aunque siempre ha aprovechado para cuestionar a Marko Cortés y Alejandro Moreno Cárdenas, por entender que le restan a la imagen de la candidata.
Por su parte, Peña Nieto ni bien se enteró de la noticia, según pudo conocer LPO, suspendió compromisos que tenía en Madrid la semana que viene para retirarse de la ciudad y evitar cualquier asociación a las actividades de la candidata en tierras ibéricas.
El expresidente disfruta una condición de privilegio respecto a otros exmandatarios: Andrés Manuel López Obrador no lo menciona ni mucho menos lo investiga en tribunales. Un mundo de distancia respecto al caso reciente de Ernesto Zedillo o al siempre presente Salinas de Gortari.
Peña Nieto, de hecho, opera en el Edomex en favor de la gobernadora morenista Delfina Gómez y a través de sus amigos Eruviel Ávila y Enrique Miranda Nava, con quienes se encontró semanas atrás en una ciudad del Caribe. Luego vendría la foto con Bill Clinton en República Dominicana.
El viaje también implica complicaciones para el gobierno de Pedro Sánchez. Hace dos semanas la vicepresidente de gobierno Yolanda Díaz evitó un encuentro con Xóchitl en CDMX a fin de congraciarse con Claudia Sheinbaum y comenzar a descongelar las relaciones entre la 4T y el Palacio de la Moncloa. Es fácil de predecir qué implicaría en el entorno de López Obrador si la candidata de la oposición es recibida por alguna figura de la coalición que encabeza el PSOE.
Una situación compleja si se considera además que Xóchitl lleva un discurso cargado con la tónica de que la elección presidencial mexicana está en una zona de riesgo por la violencia y la posible irrupción del crimen organizado en los comicios. Así viene de hacerlo en Estados Unidos.