¡Qué bárbaros! Ya no saben qué inventar. Decir que el Tren Maya, Mexicana de Aviación y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles aportarán el 25 por ciento de sus utilidades para subsidiar el Fondo de Pensiones para el Bienestar —ese que propone el presidente López Obrador para México en caso de que resulte victoriosa Claudia Sheinbaum en la contienda presidencial— es de risa loca.
¿Cuánto es el 100 por ciento de cero? Cero. Pues así con estos negocios, que no son negocios salvo para unos cuantos que los edificaron y/o intervinieron en su adquisición, ya que aportarán el 25% de nada. Al momento no tienen utilidades y no se ve que vayan a tenerlas ni en un futuro próximo ni nunca. Lo que, es más, esas y otras empresas ideadas por la 4T “operan” con pérdidas, y todas las estimaciones serias en cada una de las industrias en las que se ubican indican que sus modelos de negocio no son adecuados (si acaso lo tienen).
Lo que a mí más me preocupa es que en una de esas termine siendo al revés: que, de aprobarse y ponerse en marcha el esquema de pensiones sugerido, sean estas las que terminen subsidiando a los elefantes blancos del régimen. ¡Qué grave!
Fue Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación, quien presentó la peregrina idea formulada por el primer mandatario. Hoy se sabe, conforme a corridas financieras derivadas de los resultados que ya arrojan estos “negocios”, que continuarán teniendo pérdidas al menos durante los próximos 10 años (en el caso del Tren Maya llevaría más de 50 años tan solo recuperar la inversión; y no estamos calculando el valor de las afectaciones al medio ambiente, clima, flora y fauna).
Si se toma en cuenta sólo el tema de las utilidades, valga un rápido recordatorio del altísimo costo que estas empresas nos cuestan y seguirán costando en subsidios.
Para el Tren Maya se solicitaron 6 mil millones de pesos de subsidio para el 2024. Extra a los 120 mil millones de pesos necesarios para proseguir la obra. La empresa que controlará 12 aeropuertos requirió 15 mil millones de subsidio… El AIFA que no logra despegar después de casi dos años de operaciones —ni los aviones que él están— solicitó subsidios por mil 500 millones de pesos, 79% más que de lo solicitado para el 2023. Mexicana también está siendo subsidiada con 119 millones de pesos, además de que le asignaron al menos 4 mil millones de pesos para contratar el arrendamiento de aviones. El Tren Maya triplicó su primer costo, algo parecido sucedió en Dos Bocas.
Absolutamente todas las compañías de participación estatal —o militar— en México no sólo no han registrado ganancias, sino que operan con altos costos para el presupuesto.
Por cierto, esa explicación que hizo la funcionaria federal deberían haberla formulado los titulares de Hacienda y de la CONSAR, encargados de esas carteras conforme a las distintas leyes y normatividades de la administración pública federal. ¿Será que ellos sí entienden los números y no quisieron proponer algo que saben no es sostenible, viable, conveniente, sensato y adecuado?
En caso de que la propuesta al respecto de las pensiones fuese aprobada, ¿cómo se llamaría ese adefesio? ¿Sería un nuevo fideicomiso de esos que AMLO insiste no debieran existir y que les ha robado a los trabajadores del Estado para hacer posible sus proyectos? ¿Fondo de Pensiones del Bienestar?, ¿Fondo de Pensiones Derivado de las Pensiones de los Miembros de las Fuerzas Armadas?
Lo pregunto seriamente porque lo último que supimos por parte de la autoridad fue que esos proyectos financiarían las pensiones de los militares; ahora resulta que, además, deberán generar un orden de magnitud de utilidad tal que alcance para todos los trabajadores de México…
A lo anterior, sumémosle el formular, establecer y operar cómo funcionaría y dónde se invertirían los —pocos— recursos generados; a quién le rendirán informes de los estados de cuenta, y si el fondo se manejaría en cuentas individuales como una afore o sería un fondo general discrecional. Se habla también de “tomar” las aportaciones de trabajadores del IMSS y del ISSSTE y de cuentas no reclamadas. Nada se ha especificado al respecto.
Pero ahora, en un alarde de burla a la población, el gobierno dice que el dinero de las pensiones para los mexicanos ¡vendrá de esas empresas! Por poner un ejemplo, ¿se imaginan decir que el dinero para el retiro de los trabajadores vendrá de las utilidades de Pemex?
La propuesta que hace el Ejecutivo Federal es una mentira sobre otra mentira.