Un dato del fin de semana que no pasa desapercibido para nadie en el círculo rojo hoy lunes, cuando se conocieron imágenes sensibles respecto a las relaciones de la familia presidencial, es que ningún gobernador de la 4T acompañó a Américo Villarreal en su Informe de Gobierno en Tamaulipas. Solo hubo representantes de los gobernadores y la Federación envió al secretario de Energía, Miguel Ángel Maciel.
Villarreal y su circulo tenían nexos directos con Sergio Carmona, empresario ejecutado en San Pedro Garza García y supuestamente ligado al negocio ilegal del huachicol del cual se habrían financiado ciertas campañas morenistas.
Por cierto: en el ámbito de la política tamaulipeca cada vez crece más la tesis de que hay algún tipo de conexión entre el caso Carmona y una presunta injerencia electoral de Washington. El nexo coordinante de esa historia sería el exgobernador Francisco Cabeza de Vaca, cuyo asesor financiero fue asesinado la semana pasada en el Hotel Safi, también en San Pedro Garza García.
Esa estela de sospecha acompaña a Villarreal y de ahí el vacío político que vivió en su Informe como también su necesidad de acomodarse cuánto antes en un eventual gabinete de Claudia Sheinbaum para atravesar el sexenio sin mayores inquietudes. En Tamaulipas dicen que Villarreal quiere ser el próximo secretario de Salud.
En toda esta trama encaja también la presencia del hijo del gobernador, conocido localmente como «Ameriquito», en las listas de plurinominales de la 4T.
La primer candidata de Villarreal para el Senado es además Olga Sosa, que también tendría vinculaciones con el caso Carmona.