La disputa entre Andrés Manuel López Obrador y el periódico estadounidense The New York Times, que inició la semana pasada a raíz de un reportaje sobre los presuntos vínculos del entorno del presidente con el crimen organizado, tiene sus coletazos con una nueva pelea, ahora con Youtube. La plataforma bajó el fin de semana el video donde el titular del Ejecutivo difundía el teléfono de una reportera de este diario porque “infringía las normas” de la comunidad. Luego lo volvió a subir, pero ya sin esa parte del video original. La decisión molestó al presidente que primero cargó contra Youtube a través de sus redes sociales, la tarde del domingo, y posteriormente lo hizo en su conferencia matutina. “A ver si no me van a suspender”, lanzó irónico López Obrador este lunes, después de volver a difundir la carta que le envió el periódico estadounidense.
El escenario político en México está en plena crispación. A medida que se acercan las elecciones presidenciales, el caos ha ido tomando más y más lugar. En las últimas semanas, al menos dos reportajes publicados en diferentes medios nacionales y extranjeros apuntan hacia los vínculos de familiares y amigos del mandatario con los carteles de la droga. Señalan, puntualmente, informaciones que investigaron dependencias del Gobierno de Estados Unidos acerca de dinero que ingresó a las campañas electorales de López Obrador supuestamente proveniente de la delincuencia organizada. Las publicaciones han echado combustible al discurso del presidente, que acabó la semana pasada difundiendo el teléfono personal de la reportera Natalie Kitroeff.
Tras la polémica generada por la exposición del sensible dato, el presidente se justificó y aseguró que “su autoridad moral” y su derecho a defenderse “están por encima de la ley”. Sin embargo, su actitud y la difusión del teléfono generó críticas a ambos lados de la frontera y alertas por semejante acto en uno de los países más peligrosos para ejercer la profesión. Mientras que los seguidores del presidente defendieron lo sucedido y protestaron contra el Times por el reportaje —algunos incluso lo hicieron frente a la sede del periódico estadounidense en Nueva York—.
La disputa escaló durante fin de semana, pero en este caso con Youtube. En las horas que la publicación no estuvo disponible, se podía leer el siguiente mensaje: “Este video se quitó debido a que infringe la política de YouTube sobre acoso y bullying”. Luego el video volvió a publicarse, pero con un salto temporal, que dejó fuera el momento en el que el presidente lee la carta que el periódico le envió con preguntas para buscar su versión, un requisito necesario antes publicar un reportaje que le involucra, y expone el número telefónico.
“Ya no hay que hablar de eso, porque si no ya hasta censuran. ¿Cómo se llama la plataforma? Youtube, me cepilló”, ha dicho López Obrador este lunes, entre risas. “Tengo información que a lo mejor no saben los dueños de Youtube, pero aprovecho para pedirles que investiguen, porque parece que la empresa aquí, como sucedía con Twitter, estaba tomada por conservadores vinculados a un partido conservador. Entonces ellos pues están metidos, son del mismo grupo, [el empresario] Claudio X. González, [el excanciller Jorge] Castañeda…”, ha agregado.
López Obrador en un usuario importante de Youtube. En julio de 2019, la plataforma le dio el botón de oro, una calificación que reciben solo quienes consiguen superar el millón de suscriptores. Su página personal tiene hoy más de 4,2 millones de suscriptores, y sus conferencias matutinas acumulan cientos de miles de visitas cada día. Pese a la disputa, el presidente ha asegurado que no dejará la plataforma. “Uno no se sale del desfile, lo sacan”, ha dicho en tono burlón.
El primer ataque de López Obrador por bajar su video llegó la tarde del domingo. El mandatario acusó a través de su cuenta personal de Facebook haber sufrido censura. “Es una actitud prepotente y autoritaria. Están en plena decadencia. La estatua de la libertad se ha convertido en un símbolo vacío”, se leía en la publicación, que ha retomado este lunes en la conferencia matutina. “Afortunadamente nosotros iniciamos la lucha por la transformación del país repartiendo volantes y no sólo sin el apoyo, sino en contra de los medios de manipulación de la oligarquía. Ni la mafia del poder ni el hampa del periodismo podrán silenciarnos”.
Un López Obrador desafiante volvió este lunes a difundir el cuestionario que le enviaron antes de la publicación del reportaje, pero esta vez lo hizo sin mostrar el teléfono de la reportera. Algunos presentes en la mañanera le advirtieron a gritos que le iban a volver a censurar en Youtube. El presidente aseguró que no le importaba. “Su teléfono [de Kitroeff] también es institucional, es público”, ha insistido. El dato personal de la reportera ya no puede encontrarse en Youtube. Sin embargo, persiste en la página oficial del Gobierno, donde quedó plasmado en la versión estenográfica de aquel día.