Es temporada electoral. Con sus tradiciones. Una de ellas, el retorno a la palestra –lugar donde se discute– de personajes que deben explicaciones, o que, puestos a pedir el voto, al menos deberían enfrentar preguntas por sus otras vidas, sobre todo por las no expiadas.
El de Ernesto de Lucas es uno de esos retornos. Los políticos ni nacen ni se extinguen, sólo se reciclan. Este sonorense expriista, al que llaman Pato, ahora se dice emecista. Nada prueba más el talante de MC versus la vieja política que ir al baúl de ésta por “nuevos” cuadros. Sea.
De Lucas tiene el derecho de rehacer su vida luego de ser un soldado de Enrique Peña Nieto. Y al caerse en 2022 del caballo encontró que su camino de Damasco era naranja. En su natal Sonora es diputado local por Movimiento Ciudadano, y ahora éste le daría una candidatura al Senado.
Todo bien. Pero quizá allá en Sonora no les importara tanto que en el sexenio pasado le hayan entregado más de mil millones de pesos a Juntos Podemos, una organización que amadrinaba Josefina Vázquez Mota. 1,400 millones para redondear. Muchos de ellos sin pública rendición de cuentas.
Eso pasó hace mucho, dirán unos. Escándalo que no hizo mella en su momento, déjalo correr, dirán otros.
Sin embargo, hay quien cree que las campañas son de las poquitas y raras ocasiones en que los políticos mexicanos pueden ser bajados al nivel del ciudadano de a pie para cuestionarlos. Para al menos intentar ejercer el derecho a conocer la verdad, a saber por qué hicieron lo que hicieron.
Por qué, por ejemplo, Ernesto de Lucas participó, como representante de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en la mesa que acordó el esquema en que se darían cosa de 70 millones de dólares a Juntos Podemos, una organización que era fachada de otras en Estados Unidos.
Eso fue a partir de 2014. Quien quiera pensar que de esa forma ayudaban a Vázquez Mota a rehacer su carrera luego de quedar en tercer lugar en la elección que ganó Peña Nieto, pues que piense lo que quiera. Si quieren pensar que era una buena idea dar eso para ayuda filantrópica, también.
Y quien tenga duda de cómo malfuncionaba el esquema de esa dispersión de fondos que utilizaron en la Unión Americana sin acogerse a la ley mexicana para reportar lo que hicieron con tanto dinero de los contribuyentes nacionales, que lea este reporte: Perdón el autobombo.
Quien no quiera leer, resumo: Vázquez Mota era una ciudadana (del PAN, pero ciudadana) que se prestó para que el gobierno de la República entregara sin licitación, ni concurso, ni convocatoria, seis veces más dinero del que acusan a Emilio Lozoya de haber recibido de Odebrecht.
Y De Lucas, como director del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, fue un instrumento de esas entregas.
Ahora que Pato es candidato de MC al Senado de la República. Ahora que alegremente denuesta a sus excompañeros del PRI, como lo vimos el martes en un nuevo francachelavideonaranja, el pasado se vuelve presente en forma de pregunta.
Candidato De Lucas. Qué bueno que quiere regresar a la política nacional. Usted dice que se va a poner buena la competencia en Sonora por la senaduría. Que gane la mejor opción. Pero si su propósito es presentarse como alguien renovado, qué le parece iniciar explicando Juntos Podemos.
Por cierto, el caso llegó a la mañanera en 2020. Ahí se expuso. Pero las explicaciones de los protagonistas siguen escasas. La campaña resultará muy oportuna al respecto.