Nos estamos convirtiendo, cada vez más, en un país esquizofrénico. El presidente López Obrador asegura que “no pasa nada”, que “la gente está feliz” y que los índices de inseguridad van a la baja, mientras ya hemos superado los 180 mil asesinatos y los 50 mil desparecidos en el sexenio, según el Índice Global de Crimen Organizado que se dio a conocer el martes, tenemos el primer lugar mundial en todas las variables: mercados criminales en sí, trata de personas, tráfico de personas, extorsión, tráfico de armas, comercio de productos falsificados y comercio ilícito de bienes de consumo sujetos a impuestos especiales. Ningún país tiene tal penetración del crimen organizado y tan poca resiliencia institucional ante el mismo.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación adoptó la histórica resolución de declarar inconstitucional la reforma energética impulsada por el gobierno. Desde que se había aprobado, el gobierno de Estados Unidos había presentado una controversia en el marco del Tratado de Libre Comercio, que implicaba sanciones en forma de aranceles por miles de millones de dólares contra México. Apenas ayer la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, festejó que, con la declaración de inconstitucionalidad de la reforma energética, se pusiera fin a la controversia que sobre el tema tenían los gobiernos de Canadá y de Estados Unidos contra México. Es una buena noticia, nos ahorramos, como país, una durísima sanción por violar uno de los principales capítulos del T-MEC.
Pero, al mismo tiempo, legisladores de Morena impusieron una demanda de juicio político contra el ministro de la Corte, Alberto Pérez Dayán, por haber votado esa acción de inconstitucionalidad, que, además de ser absolutamente legal, le ahorró al país, como reconoció Buenrostro, una sanción millonaria.
Pero como con el tema energético, la ideología avasalla a este gobierno, para lograr que CFE tenga más del 51% de la generación compran, como decíamos ayer, en 6 mil 200 millones de dólares 13 plantas a la española Iberdrola. Éstas, que la compañía ya las tenía amortizadas y que estaban funcionando, generarán, si bien nos va, la misma cantidad de energía, pero ahora en CFE. Traducido al español, pagamos 6 mil 200 millones de dólares sólo para que el Presidente pudiera decir que había cumplido con su compromiso de convertir a CFE en proveedor mayoritario de energía.
También queremos hacer lo mismo con Pemex, pero las cuentas son cada día peores. En la paraestatal festejan que tuvieron 110 mil millones de pesos de utilidades… olvidan decir que, para alcanzar ese número, el gobierno federal les regaló 160 mil millones de pesos, o sea, que salimos perdiendo, sólo en este rubro, unos 50 mil millones. No hablemos de los subsidios a la gasolina, de lo que cuesta refinar en México un barril de crudo o del despilfarro en Dos Bocas. El gobierno federal se jacta de la libertad de prensa, pero nunca ha habido tantos periodistas asesinados como en este sexenio. El martes, Carlos Loret de Mola tuvo que estar ocho horas sentado declarando ante un juez porque fue acusado por el hermano del presidente, Pío López Obrador, que reclama 200 millones de pesos por daño moral. Es absurdo, el delito lo cometió Pío: fue grabado recibiendo dinero, en una ocasión, 400 mil pesos, en otra, un millón, que, como él mismo reconoció, fue para “apoyar el movimiento”. En lugar de estar bajo investigación por varios delitos electorales y fiscales, se convierte en denunciante y el propio Presidente en la mañanera, en lugar de criticar a su hermano por esos actos de corrupción, volvió a la carga contra Loret, que “cometió el delito” de difundir la corrupción de Pío… que partió del juzgado en un Mercedes-Benz de lujo.
El mismo día, sospechosamente, se sube un tuit atribuido a la periodista Anabel Hernández en el que dice que sufrió un atentado. Unas pocas horas después, Anabel desmiente esa información y asegura que ni siquiera tiene cuenta en X (antes Twitter). En la mañanera de ayer, el Presidente la acusa de ser parte de una campaña de difamación en su contra, ignorando el desmentido.
Al mismo tiempo que son asesinados, con diferencia de horas, los precandidatos de Morena y del PAN para el municipio de Maravatío, Michoacán. En la mañanera se dice que no hay violencia en el ámbito electoral, que no pasa nada. Iban ya 14 candidatos o aspirantes asesinados y todavía no empieza la campaña. Ayer atentaron contra otro aspirante, éste de Morena, en San Fernando, Chiapas, donde esta misma semana fueron asesinados tres mandos policiales, a los que un grupo del crimen organizado acusó de estar coludidos con sus rivales, que tienen posiciones en la Fiscalía y en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno del estado.
El presidente López Obrador asegura que irá a la próxima cumbre con los mandatarios de Estados Unidos y Canadá sólo si es tratado “con respeto”, como si Joe Biden o Justin Trudeau le hubieran faltado alguna vez al respeto a López Obrador. Pero, al mismo tiempo, el Presidente se metía en asuntos internos de Estados Unidos, pedía que no se extraditara a Julian Assange (a quien Estados Unidos considera no un hacker, sino un colaborador de los servicios de inteligencia rusos), decía que en la Unión Americana ya no se respetaba la libertad y que había que trasladar la Estatua de la Libertad a México.
Dicen que la esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas (y sectores sociales, agreguemos nosotros) interpretan la realidad de manera anormal… puede provocar una combinación de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento, que afecta el funcionamiento diario y puede ser incapacitante. Es verdad.