La chiquillada senatorial de la 4T quiere hacer campaña a costillas de Manlio Fabio Beltrones. Pobres, se ve que carecen de ideas y proyecto. La única propuesta, por lo pronto, es ingenua. Exponen: La misión es derrotar a Beltrones. Y adjudican esa estrategia a la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum. Lo único que exhiben es el miedo al político de Villa Juárez.
Obviamente Beltrones los ignora y nunca caerá en el jueguito, simplemente porque desarrollará su propia campaña con propuestas de alcance estatal y nacional. A esa chiquillada, sin necesidad de ser aprendiz de oráculo o jugar al advino, les puedo adelantar que Beltrones responderá al verdadero adversario de su talla, el gobernador Alfonso Durazo, el jefe de campaña de todos los morenistas.
Y no, no somos defensores de Beltrones. Simplemente exponemos los hechos.
Hasta el momento esos hechos, para la 4T, son pobres, ridículos.
Se nota que les falta un equipo de campaña creativo.
¿Por qué los morenistas temen a Beltrones?
Pudiera ser porque el priista busca reagrupar a las dispersas fuerzas de la oposición y recuperar el control de la política sonorense, que hasta hace poco tenía.
Claro, deben asimilar que el único enemigo no es Beltrones. El más fuerte es la decepción de los ciudadanos que confiaron en las promesas del presidente López Obrador.
Y, claro, Lilly Téllez, Ernesto Gándara, encabezando a los candidatos opositores que centrarán su estrategia en críticas al actual régimen, estatal y federal.
Pero el duelo real será Durazo vs Beltrones.
Se cazan apuestas.
¿A quién le va?