El tiempo ha llegado. El paracaidista que tomó Palacio Nacional como morada pagará por todos sus excesos y fechorías. Él lo intuye, por lo mismo —y con mayor razón— ha dejado de pisar en firme. Quien siempre encontraba la manera de burlarse de lo que no le gustaba, hoy está enojado. Se esfumó el aplauso del pueblo derivado de lo que él mismo ha ocasionado.
Es MENESTER, por tanto, que el trabajo de diversos reporteros, sociedades, organismos se traduzca en expedientes contra Andrés Manuel a partir de lo que han investigado y documentado sobre sus crímenes. No permitir que dichos elementos sean ninguneados de llegar Claudia Sheinbaum a la Presidencia u olvidados si resulta victoriosa Xóchitl Gálvez.
No, nada de borrón y cuenta nueva.
Ni los padres de los desaparecidos ni los huérfanos por el Covid ni los deudos de los muertos producto del crimen ni juristas ni periodistas ni la sociedad en su conjunto pueden conformarse con que termine el sexenio. Que el cambio de gobierno no sea un olvido sobre lo que sucedió en este.
Y que el intento que con seguridad hará AMLO de asirse al poder a partir del 2 de octubre se encarezca con la multiplicidad de expedientes y denuncias —nacionales y extranjeras— contra él.
Material para el más reciente expediente
La reportera Jésica Zermeño cuestionó respetuosamente a López Obrador en la mañanera de ayer sobre el porqué, siendo un delito, había difundido los datos personales de Natalie Kitroeff, corresponsal del New York Times en México. El rey de Palacio estalló: “lo volvería a hacer las veces necesarias si se siguen metiendo con mi familia e hijos”.
Lejos, muy lejos, queda aquello de que él solo respondería por Jesús Ernesto. Pero, más importante: en lugar de comprender la violación a la norma por él realizada, López Obrador opta por elevar la misma.
¿Los medios de comunicación “bordados a mano, como si vinieran de una casta divina, privilegiada, que puede calumniar impunemente”? ¿En el país más peligroso para ejercer el periodismo? No, AMLO se equivoca.
Ilógico llamar al New York Times “pasquín”; sería risible si no hubiese sido mencionado por el presidente de nuestra nación.
Sus pifias influenciadas por su enojo han hecho que hasta la Casa Blanca responda: “es importante que la prensa pueda informar libremente y de una manera en la que (periodistas) se sientan seguros y protegidos; no acosados o atacados. Esto es algo que obviamente rechazamos”. Sin olvidar que el INAI le señaló que los reporteros solo cumplen con su trabajo y el compartir así sus datos personales es solo ponerles en riesgo.
López Obrador no debe azuzar el odio contra los periodistas y la libre expresión. Punto.
Por encima de la ley, nada ni nadie
Ni siquiera el que siempre dice “con todo respeto” para, acto seguido, ofender y mandar a la chingada a la reportera y a la función del periodismo. Error el proclamarse como “autoridad moral” y reclamar respeto si él no ha sabido brindarlo.
Obrador nunca se tomó en serio eso de “cuidar la investidura presidencial”. Ningún pueblo, por muy bueno que sea, soporta que quien se erige como representante lo haga solo para sentarlo en el banquillo de los acusados junto con él.
El problema psicológico, además del moral, de AMLO
Cabe la pregunta ¿qué tanto de su arrebato se debe a que él se considera de una casta divina? ¿Se verá en el espejo y ello lo lleva a calumniar impunemente? Muy probablemente sí, puesto que es lo que ha hecho durante tantos años.
Pero ahora, el enojarse y perder los alamanes de esa manera, tiene una explicación adicional: la gente ya no cree en su “honestidad valiente” y ve cerca la posibilidad de ser procesado judicialmente.
El caso en cuestión. No hay pero sí hubo
¿Qué tal que a las cosas les llamemos por su nombre? Se ha perdido esa sana costumbre. Pues bien, separar lo que es un hecho de lo que es producto de la distorsión de AMLO. Sus más de 170 mil mentiras y sus “otros datos” dan una ligera idea de esas distorsiones. Llamemos al pan, pan y al atole, atole.
No puede hablar de “injerencia” si ni siquiera hay indagatorias. Y en todo caso, ¿de cuándo acá las investigaciones son injerencias? Injerencias son las que él hace a cada rato.
Otra cosa: las investigaciones sobre el dinero del narcotráfico en sus campañas no se cerraron porque no hubiera indicios, sino porque Washington no quería una disputa con México.
Le llegará la hora. Así como lo hubo, podría volver a haberlo
Aquí el asunto de fondo es que gane o no gane Claudia (él gobernando detrás de ella), Estados Unidos podrá hacer investigaciones durante años y asegurarse de tener todas las evidencias contra AMLO y allegados de diverso tipo.
Habrá quienes solicitarán sea juzgado y apuesto serán cada vez serán más y más personas e instancias quienes lo pidan. Tantas y tantas personas a quienes hirió con su indiferencia, con su burla. Son muchos los que no olvidan.
A López Obrador se le acabó el bono democrático y de muy fea manera.
“Se acabó el juguetito
Que tenías con mi amor
Ahora no puedes venir
A decir que eres la dueña
De mi amor, de mi pasión
Se acabó el juguetito
Que tenías con mi amor
Sin saber se te perdió
Y no sabes cómo fue
Que otro amor te lo robó.”
JULIO JARAMILLO
El presidente López Obrador y su familia estarán en graves, muy graves problemas. Posiblemente terminará siendo juzgado. Y eso es lo que está detrás de su comportamiento tan radical.
López Obrador ha decidido quemar todas sus naves con la legalidad, la civilidad y la cordura.
Dime quién te defiende y te diré quién eres
Evo Morales respaldó a López Obrador contra el reportaje del NYT. El mismo a quien se le ha documentado sus nexos con el narcotráfico en su país natal…
El que Marcelo Ebrard acuse a la DEA de querer castigar a AMLO por la liberación de Salvador Cienfuegos, habla más de Ebrard y de Cienfuegos que de la misma DEA. Lo que dice el excanciller es que la agencia norteamericana ‘se la está cobrando’ a Andrés Manuel. Y si eso es cierto, es una aceptación tácita de la acusación de la DEA sobre el militar general.
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A cada AMLO le llega su día. Decisiones erráticas, caprichos, obras exorbitantes e inútiles; un país sin medicamentos y sin un buen sistema de salud. Más de 170 mil muertos y más de 150 mil desaparecidos. Las cifras millonarias, la corrupción rampante y el nulo ataque a los delincuentes marcan el inicio de lo que se le viene. El tiempo del presidente que caminaba con el pueblo se acabó.
Giros de la Perinola
1.- López Obrador ya lleva más de un año que no viaja en líneas aéreas comerciales (¡y qué bueno!, deja de poner en riesgo a los demás pasajeros).
2.- La rechifla que le dieron ayer en Sinaloa, junto a la destinada al gobernador Rubén Rocha, no es la primera que recibe últimamente; el adiós no es el que él esperaba y solo se pondrá peor. Él se lo buscó.
3.- El repudio popular se tardó en llegar, pero es irreversible y completamente merecido.