Han sido tan largas y tan tediosas las campañas políticas por la presidencia -que ilegalmente duran ya más de año y medio-, que por momentos se habían vuelto aburridas y poco noticiosas. La estrategia de propaganda de Morena, de ordenar y pagar encuestas al por mayor y que repitan hasta el hartazgo que su candidata, lleva una ventaja tan amplia que ya casi ni tendría caso votar, provocaron un efecto somnífero en las campañas, que aunadas a los discursos sosos y desangelados de las abanderadas y al uso y abuso del acarreo en el nuevo partido de estado, nos habían dado hasta ahora un proceso electoral plano y sin demasiadas emociones.
Pero tratándose de la lucha por el poder, los tambores de guerra sonarán tarde o temprano y, al menos en el golpeteo, las filtraciones y los ataques entre abanderados y sus partidos políticos, empiezan a subir un poco de intensidad las abúlicas campañas presidenciales. Y es que en esta última semana a las dos candidatas y a sus respectivos partidos y alianzas les estallaron en la cara escándalos que rayan lo mismo en la ilegalidad y la violación de las leyes electorales, que en la vulgar ambición del poder que, lejos de defender causas y necesidades ciudadanas, está buscando “huesos”, posiciones y cargos públicos que son negociados y repartidos como si fueran un botín delincuencial.
El primer escándalo que sacudió a las campañas y cimbró al partido gobernante estalló el lunes pasado. Desde las entrañas mismas de la 4T, la exdirectora de Notimex, San Juana Martínez, reveló en una entrevista nada menos que al diario La Jornada, el favorito del presidente López Obrador, que la actual secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, y el secretario del Trabajo, Marath Bolaños, le pidieron un “moche” de 30 millones de pesos para la campaña de la candidata morenista Claudia Sheinbaum. La ilegal petición la realizaron los funcionarios del gabinete federal cuando se negociaba el monto económico de la liquidación que se daría a los trabajadores de la desaparecida agencia informativa del Estado, y tanto Luisa María como Marath pedían quitarle dinero que correspondía a los trabajadores para mandarlos de manera ilegal al proselitismo de la candidata oficial.
“Durante meses, Marath (Bolaños) y su equipo se negaron de manera reiterada a darnos información sobre nuestras liquidaciones, hasta que finalmente nos dijeron que de las mismas teníamos que entregar 20% para la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum. “Me negué en rotundo…y en clara señal de venganza nos dijeron: ´Sólo les podemos dar 15 millones. Es lo que autorizaron la secretaria Luisa María Alcalde y el secretario Marath Bolaños López’ expuso José Luis Sánchez Cuazitl”, relató San Juana a La Jornada, al precisar que el mensajero en esas negociaciones y peticiones de “moche” fue el director jurídico de la Secretaría del Trabajo, Sánchez Cuazitl. De todos esos señalamientos, la ex directora de Notimex dijo tener “audios y otros elementos” para probar sus acusaciones.
El fuerte obus lanzado por la periodista Martínez provocó que el presidente López Obrador, el mismo que apenas en el 2019 se refería a ella como “una periodista, honesta, ejemplar, que ha hecho un gran trabajo”, no sólo la desconociera sino la tachara de mentirosa y le exigiera probar sus graves afirmaciones. “Creo que no es cierto. Conozco muy bien al secretario del Trabajo, está aquí Marath, es un hombre con convicciones, con ideales, honesto; desde luego conozco a la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, una mujer con principios, con ideales, honesta, incorruptible. Y conozco a Claudia (Sheinbaum) pero ya no puedo hablar mucho. Yo respeto mucho lo que dice esta compañera, pero no comparto. No estoy yo limitando su libertad de expresión”.
-¿Le pedirá usted (a San Juana) que pruebe esos dichos?
-Sí, si tiene pruebas, respondió el presidente el miércoles en su conferencia mañanera desde Acapulco.
Siempre detrás del Presidente, porque nunca fija una posición propia sino hasta que lo hace su jefe político, Sheinbaum salió a secundar lo dicho por López Obrador y a cuestionar también la veracidad de los dichos de Sanjuana Martínez: “Es falso, no sé porque lo diga, pero ya hubo un comunicado de la Secretaría de Trabajo federal, hoy el Presidente habló de ello, es absolutamente falso”, dijo la candidata oficialista.
Pero Sanjuana Martínez, quien dijo ser leal al Presidente, no se arredró ni se quedó callada ante la embestida oficial: “Me pide el presidente López Obrador que muestre pruebas de las liquidaciones ilegales al extinto Sindicato de Trabajadores de Notimex, asesorado por Arturo Alcalde, padre de la secretaria Luisa Alcalde, y sobre las demás irregularidades. Con mucho gusto, las tienen mis abogados que preparan las denuncias”, escribió la periodista, en su cuenta de la red social X, antes Twitter, en donde también dijo que “los sobornos o los intentos de sobornos, como en este caso, no se firman bajo notario, ni tampoco se emite factura o documento alguno como prueba”.
Quienes conocen de cerca a Sanjuana afirman que la periodista no sólo está decepcionada y deprimida por la embestida presidencial y porque la tachen de mentirosa, sino que también está dispuesta a llevar hasta las últimas consecuencias sus acusaciones de petición de sobornos y a emprender acciones legales para demostrar sus afirmaciones. Es decir, que este asunto, que ya ha sido aprovechado por la oposición, con la demanda que presentó ante el INE, Xóchitl Gálvez, de la alianza Va Por México, pidiendo que se investigue a la campaña de Sheinbaum por “aportaciones ilegales”, amenaza con convertirse en una bomba de efectos expansivos para la candidata oficialista y para la 4T, una que hará bastante daño porque no fue lanzada desde los cuarteles “conservadores o fifís”, sino desde adentro mismo del movimiento lopezobradorista, por una excolaboradora que fue cercana al presidente y publicado en el diario más beneficiado con publicidad de este gobierno.
PERO NO CONTABAN CON LA ASTUCIA DE MARKITO CORTÉS
Y cuando la 4T y la campaña de Sheinbaum se veían claramente en un bache, por la falta de entusiasmo y de fuerza en el discurso y las propuestas de la candidata, además de la terrible ola de violencia con que arrancó el año en el país, que ha dejado más de un centenar de muertos y homicidios dolosos sólo en los primeros días del 2024, quien llegó a rescatar a Morena, al Presidente y a su candidato, fue nada menos que el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés.
En una clara muestra de la inmadurez política y la falta de talento que le atribuyen sus críticos dentro y fuera del panismo, Marko publicó en un mensaje de Twitter una copia del “Acuerdo Político de Coahuila 2023-2024”, un documento confidencial que firmaron tanto él como dirigente del PAN, como el líder priista Alejandro Moreno, el coordinador parlamentaro del PRI, Rubén Moreira, y el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez. A este último Cortés lo acusaba en su mensaje de “incumplir” los acuerdos que hicieron dentro de la Alianza Va por México en las pasadas elecciones locales coahuilenses, y en un berrinche con el que quería dañar y exhibir a sus propios aliados, el líder panista terminó disparándose él mismo en el pie y de paso provocó que expulsaran a su partido de la alianza en Coahuila.
Pero el daño del arranque infantil y torpe de Marko Cortés no quedó ahí. A las duras críticas que recibió en redes sociales y entre los medios y los analistas, el dirigente del PAN sumó el haberle regalado a Morena y a López Obrador el pretexto perfecto para diluir la explosión del obus de San Juana Martínez y haberle dado combustible al oficialismo en contra de la alianza opositora. El jueves pasado el Presidente le dedicó más de 20 minutos en su mañanera a exhibir y cuestionar “los pactos secretos y mafiosos” de sus opositores, y a mostar en las pantallas de Palacio Nacional, la copia del “acuerdo político” de Coahuila en el que el PAN pedía “6 notarías Públicas, 5 sistritos locales, 2 secretarías del gabinete estatal, de Infraestructura y Obra Pública, de Fiscalización, de Medio Ambiente, Turismo, Economía o Cultura; el Instituto de Transparencia, el subsistema de Educación, 20% de los registros civiles y oficinas de recaudación; 20% de las direcciones de escuelas y universidades, además de la ratificación del magistrado (judicial) Bernardo, y 14 alcaldías coahuilenses”.
“Le tenemos que agradecer (a Marko Cortés) porque todo esto ayuda, sino la gente no alcanza a entender cómo se dan estos enjuagues”, dijo el Presidente, quien calificó el documento que hizo público el lider panista “como un hecho histórico, un acuerdo descarado que se toda la gente debe conocer para evitar que se repita”.
Fue tanto el daño que causó el berrinche del líder del PAN, que hasta Xóchitl Gálvez, que andaba demandando a Morena y a Sheinbaum ante el INE, tuvo que salir a deslindarse de la torpeza del dirigente de su partido: “Entiendo que puedas negociar carteras… yo le hice sentir lo que pensaba (a Marko) tal como te lo estoy diciendo, con esa misma claridad que me caracteriza y pues sí me encabroné con lo que pasó”, dijo Xóchitl en una entrevista a Joaquín López Doriga, donde también dijo que le apenaba ese acuerdo y que ella era “candidato de los ciudadanos, no de los partidos”.
¿Será que ahora Marko Cortés se pasó al bando de la 4T o será más bien que el principal partido de la oposición en México, el PAN, tiene un presidente que no está a la altura de las circunstancias y le urge un cambio de timón antes de que termine de hundir no solo al panismo sino también a la alianza opositora?
Y MC VA A LA GUERRA CON UN NOVATO
Para fortuna de la 4T y de López Obrador, no sólo la alianza opositora se autosabotea por la pequeñez de sus dirigentes, sino también Movimiento Ciudadano -que cada vez se confirma más como un partido comparsa de Morena- decide lanzar a la elección más competida y grande de la historia a un abanderado presidencial novato en las grandes ligas de la política. Sin cuestionarlo por su juventud ni poner en duda su capacidad política, la postulación de Jorge Álvarez Maynes sólo vino a ratificar que MC no quiere competir realmente por la presidencia, que su decisión de no sumarse a la alianza opositora tenía razones inconfesables y que, aún con su fallido candidato Samuel García, nunca quiso amenazar la preminencia de Morena y del lopezobradorismo en la actual contienda por la Presidencia.
Si a todo se suma el rompimiento del gobernador Enrique Alfaro, que descalificó no sólo al candidato presidencial naranja, sino también la forma en que Samuel García lo destapó “con todo y cervezas”, lo que ya queda muy claro en el ahora autonombrado movimiento “fosfo fosfo” es que su líder Dante Delgado ha jugado un doble juego y ha engañado con dos caras a los mexicanos: por un lado decía estar distanciado del presidente López Obrador, al que apoyó en sus dos primeras campañas, y lo criticaba duramente en cartas públicas, pero por el otro, tras bambalinas, siempre evitó ponerle algún obstáculo o amenaza a la continuidad de Morena y de la 4T en el poder.
Así que, con golpeteos y obuses de fuego amigo y con candidatas que no logran entusiasmar ni convencer del todo en ya casi dos meses de precampaña, sumados a más de un año en el que realizaron proselitismo disfrazado de “reuniones partidistas o procesos internos”, los mexicanos empiezan a voltear a ver apenas al proceso presidencial, no necesariamente por los llamativos discursos o las atractivas propuestas de solución a los problemas; más bien es el morbo y el gusto por la sangre en la arena política, lo que empieza a calentar las gélidas y desangeladas campañas en las que, por más que se insista, aún no hay nada decidido y falta saber el veredicto final e impredecible de los electores.
Los dados cierran semana con Escalera Doble. Se va poniendo intenso el nuevo año.