El método científico de Alfonso Durazo está rindiendo frutos en su gabinete: Su gobierno no es gris, simplemente su equipo está conformado por adultos que se quedaron jugando con sus cubos, como buenos niños Montessori. Y así serán sus candidatos. La duda es si serán tratados por sus adversarios como adultos o niños.
Así que debemos prepararnos para echarle la mano al gobernador y convertir en área de juegos la arena electoral.
Claro, siempre respetando los derechos de niñas y niños.
Los adultos, que no abusen.
Hay que respetar.
Y, claro, respetar los principios básicos del método Montessori:
Pensamiento y movimiento: el pensamiento y el movimiento están estrechamente ligados. El movimiento potencia el pensamiento y el aprendizaje. Libre elección: el aprendizaje y el bienestar mejoran cuando las personas sienten que tienen control sobre sus vidas.
Que empiece el recreo.
Obviamente sin repetir los errores actuales.
Precampañas aburridas, intercampañas idem. A este paso para las campañas la gente, ya hastiada, no prestará atención a la oferta electoral. ¿Para qué tanta exposición sin sustancia? Si la estrategia es cansar al respetable, ni hablar, ahí la llevan.
Mejor tomar las cosas en tono festivo, no con la seriedad que implica la cruda realidad que amenaza a nuestras elecciones: La violencia.
Sí, resulta que el crimen y la violencia son la mayor preocupación del 55 % de los mexicanos en este año electoral.
¿Inflación, pobreza y desigualdad?
¡Bah!, peccata minuta.