Aunque es el partido en el Gobierno, Morena se guardó 155.9 millones de pesos de los impuestos de sus empleados en los últimos ocho años.
La legislación establece que todos los partidos, tanto nacionales como locales, deberán “retener y enterar” a las autoridades fiscales el ISR de los sueldos, salarios, honorarios y cualquier otra retribución que realicen a sus dirigentes, trabajadores y prestadores de algún servicio.
Deben entregar al Servicio de Administración Tributaria (SAT) el dinero retenido a más tardar el día 17 del mes siguiente a aquel en que se haga la retención.
Pese a las advertencias de sanciones que recibieron en los últimos años, los institutos políticos, principalmente Morena, desobedecieron a la autoridad electoral.
El año pasado el partido guinda debía en impuestos, desde el 2015, casi 232 millones de pesos.
Sin embargo, en los últimos meses pagó 114 millones, pero 38 millones eran pagos de recargos al SAT, así que únicamente redujo su deuda en 76 millones.
Este partido es el que más financiamiento público recibe al año, más de mil 600 millones de pesos.
Tampoco ha cumplido en los últimos dos años con su promesa de devolver el 50 por ciento de sus prerrogativas a la Tesorería de la Federación.
En total, seis de los siete partidos nacionales dejaron de pagar, entre el 2015 y 2022, 207.8 millones de pesos, pero los morenistas representan el 74 por ciento.
“Los impuestos retenidos y no remitidos a la autoridad tributaria representan un ingreso indebido de los partidos políticos y configura una fuente adicional de financiamiento”.
“Esa cantidad que indebidamente han reservado para sí tiene que ser sancionada al constituir un ingreso no reportado y por lo tanto un beneficio ilícito”, dijo el consejero Jaime Rivera, integrante de la Comisión de Fiscalización.