‘PAN con lo mismo’, nunca mejor dicho. Aunque, en honor a la verdad, ningún partido se salva. Ni siquiera Morena o Movimiento Ciudadano. Vemos las mismas caras de siempre y las “nuevas” ya van cuando menos en su segunda vuelta; chapulines que lo único que buscan es seguir viviendo del presupuesto. Contadas excepciones.
Me dirán ustedes que, después de todo, el sistema electoral que tenemos es un esquema que debe partir y debe terminar en los partidos políticos. Es cierto. Mas la promesa de la oposición “Fuerza y Corazón por México”, que agrupa al PAN-PRD-PRI, era abrir espacios a los ciudadanos.
Y la del emecismo y la del lopezobradorismo era no ser igual a los otros (incluyendo el que impresentables políticos no usaran los puestos de elección popular solo para obtener fuero, como en Morena harán Ernestina Godoy y Hugo López-Gatell)…
Partiendo de ello, la actitud asumida por el Revolucionario Institucional y de Acción Nacional es particularmente riesgosa, pues hoy más que nunca se requiere a la ciudadanía y de propuestas no probadas antes. En un porcentaje importante, ciertamente.
Una de las razones por las cuales Xóchitl ha levantado expectativas es por su faceta ciudadana; porque no toda su vida se ha dedicado a la política. No son los partidos políticos quienes encabezaron las ‘mareas rosas’, son los que se unieron al reclamo ciudadano de que se dejara en paz al INE, al Instituto de antes…
Y también lo que será la marcha del 18 de febrero próximo; no la convocaron los partidos, surgió de iniciativas ciudadanas a las cuales se adosan los partidos de oposición. Entonces ¿por qué no integrar a quienes tienen esos liderazgos ciudadanos para que participen en las elecciones?
Ya dije antes, Morena no canta mal las rancheras. ¿Cuántos nuevos y viejos liderazgos sociales existen y tienen que canalizar su apoyo a los candidatos de siempre? ¡Algunas veces a figuras que antes pertenecían al PRI!, al Verde —cuando estaba aliado al PRI—, al PRD, etcétera. Hay un ejemplo del que se ha hablado mucho en redes (pero hay varios, varios otros).
Se trata de la dupla Verónica Camino Farjat (hoy morenista) – Carlos Ramírez Marín (hoy del PVEM), ambos candidatos al Senado por Yucatán, quienes han dejado fuera a militantes de la 4t, ya no se diga a destacadas figuras de la sociedad civil abiertamente impulsores de la 4t…
Creo que incluir caras nuevas, particularmente candidaturas “ciudadanas” era la forma en este momento de comenzar a gestar una reforma al sistema de partidos sin tener que pasar —al menos no como primer paso— por una reforma electoral de corte legislativo.
La figura de reelección es también parte de la trampa, ya que en nuestro país depende de que el partido que el legislador abandere les dé su VoBo. ¡Debiera ser la ciudadanía, sus representados, quienes decidieran si está bien que compitan por un segundo periodo o no!
A veces pienso que deberíamos hacer como en la antigua República Romana, la cual exigía que, después del tiempo para el que habían sido electos, los representantes debían volver a desempeñar sus actividades privadas, y solo después de cierto periodo de años, podían regresar a la vida pública. Obviamente estoy exagerando, pero creo que se entiende lo que argumento.
Los partidos debieran reformar sus estatutos pensando en la ciudadanía y PROHIBIR que sus directivos puedan lanzarse a buscar un puesto de elección popular. Algunos ejemplo: Roberto Madrazo (PRI, 2006), Ricardo Anaya (PAN, 2018), Andrés Manuel López Obrador (Morena, 2018)….
En fin, mientras no haya una verdadera reforma al sistema de partidos y/o se pongan en marcha algunas medidas que no requieran esa reforma como las que antes he descrito, estamos siendo testigos de una ‘rebatinga’ de candidaturas en todo el espectro partidista entre los mismos de siempre (sumémosle el efecto de que, en promedio, más del 50% de los actuales senadores de TODAS las fuerzas buscan reelegirse).
La partidocracia al Congreso que le quita potencia a la oposición, validez a los que se presentan como “transformación” y fuerza a la sociedad civil.