¿Qué tan dividida está la oposición?
Lo ignoramos, pero el que sí sabe es el presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que adelantó los tiempos para enviar su iniciativa de ley sobre la Reforma Judicial.
Y si lo hizo es porque el bloque opositor estaría fragmentado. La magnitud de este desmembramiento no lo sabemos pero sí existe. De otra forma AMLO habría esperado sus tiempos de tener mayoría en ambas cámaras del Congreso de la Unión.
Esto significaría que los líderes de la oposición mienten cuando hablan de una unidad intacta. La defensa legislativa de la oposición fue penetrada y no tardan en aparecer los goles.
AMLO inició el año con fuerza. Dijo que una de sus prioridades es impulsar la reforma del Poder Judicial.
Ante la pregunta de cuándo enviaría la iniciativa de ley, el presidente respondió: “Lo antes posible”.
Se estima que este movimiento sería en febrero, cuando inicia el último período ordinario de sesiones de la legislatura saliente y antes que arranquen las campañas electorales, el primero de marzo.
Los preparativos deben estar en marcha. La presidenta del Senado, Ana Lilia Rivera, declaró a la prensa que entre los temas prioritarios a discutir en el próximo período de sesiones está la reforma del Poder Judicial.
Y es que desde el año pasado AMLO anunció que entre el paquete de iniciativas está la reforma del Poder Judicial, la reforma electoral y un nuevo proyecto sobre la Guardia Nacional.
Al respecto debemos recordar que el proyecto en un principio consistía en arrasar en las próximas elecciones de junio de 2024, lo que popularmente se conoció como “Plan C”. Los cálculos electorales arrojaban una mayoría calificada en ambas cámaras, con lo que se cambiaría la Constitución de acuerdo a las necesidades presidenciales.
Sin embargo, los planes se adelantaron. La razón sería que una parte del bloque opositor ya estaría negociando la rendición antes de que termine el mandato de AMLO. ¿En cuánto venderían su conciencia?
Es la gran pregunta.
Ya sabemos del gran cariño del presidente hacia magistrados de la Suprema Corte y la mayoría de jueces, al acusarlos de actuar “bajo consigna de intereses delictivos”.
Obviamente esto se traduciría en que el juego ya está decidido en el ámbito legislativo antes de las elecciones. Tocaría a la sociedad apartidista salvar el honor con su voto y dar una lección a los políticos que se venden al mejor postor.
Genuflexión sería la palabra de moda en el llamado Poder Legislativo.