Durante el año 2023, el Cártel de Sinaloa recibió dos duros golpes en su organigrama delictivo, tras los arrestos de Ovidio Guzmán López, hijo de ‘El Chapo’, así como Néstor Isidro Pérez Salas, mejor conocido como ‘El Nini’, exjefe de seguridad de ‘Los Chapitos’, pero estas acciones pudieron concretarse gracias al aporte testigos protegidos, colaboradores, informantes.
A cambio de condenas reducidas, es que muchos exintegrantes del grupo criminal del Pacífico deciden colaborar con las autoridades de Estados Unidos, sin dejar de a agentes que logran infiltrarse como empleados y obtener información sobre sus operaciones, así como sus constantes ubicaciones.
Ovidio Guzmán López, José Guadalupe Tapia Quintero, Rafael Caro Quintero, y más recientemente Néstor Isidro Pérez Salas, son algunos de los capos del Cártel de Sinaloa que han sido detectados gracias al aporte de testigos protegidos y colaboradores, quienes proporcionaron datos, fotos, videos.
Néstor Isidro Pérez Salas solía compartir imágenes en redes sociales para presumir sus lujosos bienes.
Ya teniendo el material suficiente, lo que sigue es liberar la orden de aprehensión, posteriormente tienen dos horas para aterrizar el operativo, que en ocasiones llega a ser hasta con varios meses de anterioridad, ya con toda la seguridad proceden en ir por él.
“Son operativos que se hacen a veces hasta en una hora, porque nosotros como autoridad recibimos la información y la consultamos en lo inmediato con un superior nuestro, y ya que nos dan luz verde, es cuestión de minutos para pedir a los equipos de fuerzas especiales para que preparen todo, y salir”, dijo un general del estado mayor presidencial.
A través de sus agencias, es que ambos Gobiernos reciben información de inteligencia, con el fin de que la DEA, el FBI, y la CIA puedan actuar, para ello a los informantes o colaboradores les pagan fuertes cantidades de dinero con la promesa de inmunidad o bien penas no tan severas.
Esta es la descripción de la celda donde está Ovidio Guzmán
“Ya no es necesario, porque ahora ya los agentes no se tienen que meter dentro de las organizaciones criminales, porque son gente que están dentro de los mismos cárteles quienes informan dónde están sus jefes, dónde se mueven, por dónde, qué tipo de vehículos usan, y los testigos protegidos, esos van revelando los narcos que están creciendo, cómo operan, qué tipo de droga mueven, etcétera”, dijo Mike Vigil, exagente encubierto de la DEA.
De los años 70 hasta los 90, agentes como Mike Vigil, George Gavito, Joe Bon y Mike Davis, se hacían pasar como compradores de enervantes con el fin de ingresar a las filas de las organizaciones criminales y obtener información importante.
El director de la serie documental Narco Circus, Romain Bolzinger exhibió en HBO Max a algunos testigos protegidos con quienes se entrevistó para realizar su investigación, en su mensaje indican que es difícil localizar a los testigos y la única forma es a través de los mismos agentes con los cuales comienzan las negociaciones.
La clave de Rafael Caro Quintero
Datos de agentes de la DEA y el FBI, indican que su trabajo es localizar ha empleado de bajo nivel, tales como punteros, sicarios, mulas, a quienes les piden información sobre sus jefes de células o lugartenientes de más alto nivel, a quienes van rastreando a través de conversaciones telefónicas, y analizando con quien hablan, de qué hablan.
“Una vez que los tienen bien ubicados, les presentan cargos. Y van tras ellos, entonces se les dice qué van a pasar el resto de sus días en la cárcel, a menos que cooperen, lo que les significaría una sentencia mucho menor por haber cooperado con Estados Unidos”, explicó Mike Davis.