Una nueva cortina de humo. Siempre tan necesarias; más ahora. Ante la llegada de Ernesto Zedillo a México a participar en un evento privado, el inquilino de Palacio no perdió la oportunidad de usarle para no responder por los problemas que enfrentamos en México bajo la Cuarta Transformación.
¡Claro! Andrés Manuel siempre se va por lo fácil, que es más atractivo a pesar de no ser lo correcto. Y es más simple hacer preguntas ‘a toro pasado’ a un ex presidente que afrontar y dar la cara por las propias decisiones…
López Obrador formuló cuatro series de preguntas a Zedillo. Desconozco si este se las responda. Aunque, mismo si le contestase en términos de atole y tamales, las lumbreras de Palacio no darían para comprender.
Y si bien el Fobaproa fue un instrumento doloroso, pero necesario para rescatar el sistema de pagos de TODA una nación, no pretendo aquí contestar las interrogantes. Eso se lo dejo a los que saben (o, bien, a los que dicen que saben, pero no saben y que forman parte de Regeneración Nacional: Paty Armendáriz, hoy diputada federal de la 4t y Arturo Zaldívar, asesor de Claudia Sheinbaum).
Lo que sí quiero es manifestar mi enojo. ¿Cómo es posible que López Obrador sea tan descarado? Miren que preguntar sobre el Fobaproa… cuando, hablando de deudas y de enorme cuantía, en este año electoral el gobierno federal propone un endeudamiento de dos billones 306 mil millones de pesos. ¡El equivalente a dos veces la deuda generada por el Fobaproa! A los que hay que sumarle la deuda o colocación en bonos sostenibles, hace una semana, de dos mil millones de euros. Y la última semana de diciembre, en los mercados internacionales, la deuda por un valor de 7,500 millones de dólares. Todo ello logró, en menos de un mes, un incremento en la deuda pública por un valor de diez mil millones de dólares.
Otra vez no sabemos para qué serán usados, pero el país se está endeudando peor que como ocurría con… Zedillo.
Mas no es el único “Fobaproa” de la era 4t. La cancelación del aeropuerto de Texcoco tuvo costos que asemejan al Fobaproa y que seguiremos pagando…
A lo anterior falta cuantificar el dinero faltante de Segalmex, los sobrecostos del AIFA, del Tren Maya, de Dos Bocas y demás obras inauguradas… sin terminar.
Y hablando del tren, yo le tengo preguntas a nuestro mandatario: ¿por qué inauguró el Tren Maya sin que estuviera terminado? ¿Por qué lo mandó construir sin mediar estudios de ningún tipo? ¿Por qué, con menos de un mes de estar “en funcionamiento”, ha tenido tantas fallas y cancelaciones? ¿Por qué no esperó hasta contar con los permisos ambientales? ¿Por qué destruyeron ecosistemas tan frágiles como los cenotes y las grutas de piedra caliza, y la flora y la fauna de la zona? ¿Dónde está la madera resultante de más de 10 millones de árboles talados?
Hay más de trenes: ¿Usan diésel? Eso no es ecológico, aunque así lo venda Andrés Manuel. Y, al respecto del sobrecosto del Tren Maya, la neta, la neta, la neta, ¿quiénes están siendo beneficiados? Y me puedo seguir…
Cambiemos de tópico. Yo quisiera que AMLO respondiera a lo siguiente: ¿por qué hay subejercicios en el sistema de salud del país?, ¿y por qué, mismo con la farmaciota, continúa el desabasto de medicamentos, material y tratamientos? Más de 2,000 millones de pesos para tener tremenda bodega y completar menos de 70 recetas en una quincena, ¡eso sí que merece respuestas! Un tiro de gracia para muchos enfermos. Tan, tan lejos de Dinamarca…
López Obrador prometió que México crecería al final de su sexenio a un promedio del 6% anual. No alcanzaremos ni el 1.6%. Peor que con Zedillo (3.26%), que con Fox (1.84%), que con Calderón (1.70%), que con Peña Nieto (2.41%) y que con el innombrable Salinas de Gortari (4.07%).
Zedillo, el tecnócrata a quien tanto desprecia López Obrador, ha sido el más demócrata de los presidentes. Pugnó por la credencialización faltante —que realizó el IFE— de medio México; muchos de esos millones que hoy votan por Morena. Permitió el arribo de la alternancia a nivel federal con Vicente Fox. ¿Permitirá López Obrador el juego democrático?, ¿permitirá la alternancia? Son preguntas que está de más plantear (sabemos que la respuesta son dos rotundos NOs) y que seguro Andrés Manuel no podría entender.
Las preguntas que formula López Obrador no son válidas. Pura demagogia. Si acaso, la única pregunta que merece planteársele a Zedillo es: ¿por qué carámbanos permitió que Andrés Manuel fuera candidato a jefe del Distrito Federal cuando no cumplía los requisitos legales para serlo?