El dirigente nacional del PAN trae la brújula perdida. Los focos rojos están en todas partes. Él tiene un interés de negociación personal y no para el país. Coloca las prioridades en el lugar equivocado. “Alito” se lo chamaquea a cada rato. Todas las conclusiones anteriores no son propias. Tampoco de nombres que han dejado al partido molestos, como Felipe Calderón, Javier Corral, Romel Pacheco, Jorge Luis Preciado, Margarita Zavala, Felipe de Jesús Cantú. Mucho menos son declaraciones de los 2 mil militantes de Tamaulipas que salieron este año ni de las mujeres de Naucalpan que en diciembre dijeron adiós después de 15 años de militancia ni de los de Michoacán, que abandonaron el barco en mayo del 2023, ni de los de Quintana Roo, en 2022, ni de los de Nuevo León, en 2021.
Esas conclusiones son de panistas en activo, cercanos a Marko Cortés y que me aceptan estar escandalizados por el documento que dio a conocer, donde revela el cochinero de negociaciones en su alianza con el PRI en Coahuila.
En las filas del partido no sorprendió el reparto electoral. Destacan que eso sucede en cualquier país con órganos legislativos y ponen como ejemplo lo que pasó en España, hace unos meses, cuando el presidente Pedro Sánchez pactó con rivales sobre la ley de amnistía para poder formar gobierno.
Lo que tiene a los panistas parados de pestañas, como a toda la clase política y a la sociedad mexicana en general, es el descaro de negociación del Instituto de Transparencia local, cuando a nivel nacional se está dando una batalla por defender la estructura del INAI; es el descaro de negociación del sector educativo, cuando organizaciones, padres de familia y gobernadores de su partido dieron una dura batalla por los contenidos de los libros de texto; es el descaro de negociación de una magistratura para el exdirigente panista local, Bernardo González, cuando se está reclamando la incorporación de Lenia Batres como ministra de la Suprema Corte por su cercanía a Morena y a López Obrador. Es el descaro de negociar seis notarías cuando existe una ley sobre cómo deberían ser otorgadas.
Mis fuentes me aseguran que este no es el único papelito firmado por Marko Cortés. Que hay uno similar para Durango, donde tampoco le quieren cumplir los acuerdos después del triunfo del priista Esteban Villegas. Lo mismo le iba a pasar en el Estado de México, porque los priistas querían quitarle la primera fórmula al senado, prometida a Enrique Vargas, para dársela a la excandidata a la gubernatura, Alejandra del Moral.
El otro protagonista de esta historia, Alejandro Moreno “Alito”, reaccionó a la divulgación del documento. Me dicen que internamente calificó como “niñerías” las actitudes de Cortés, pero que también descalificó el reclamo de Xóchitl Gálvez, quien declaró que esas negociaciones era inaceptables. Según la versión, el priista ironizó: “¿y esa no ha entendido que el carrito es nuestro?”
A Marko Cortés no le importa la presidencia y tampoco a muchos panistas que guardan silencio porque tienen miedo que los saquen de las listas de premios. Su interés va por delante.
Stent:
Las pipas de agua incrementaron su costo hasta 40 por ciento en la Ciudad de México porque cada día cuesta más trabajo llenarlas. El día cero está pronosticado para el 20 de abril y nadie quiere voltear a ver ese problema.