La obra insignia de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Tren Maya, tendrá este 15 de diciembre su primer intento de inauguración, aunque estará en funcionamiento a finales de febrero. El proyecto se vende como una luz de esperanza para los habitantes de los estados del sureste, los cuales se perciben abandonados por otros gobiernos, pero en realidad apunta a ser el reflejo de la falta de planeación, el derroche de dinero público, el descuido ambiental y la poca capacidad de ejecución de la 4T.
Más allá de las críticas que el proyecto recibe desde la zona centro del país, en los estados por los que cruzarán los más de mil 500 kilómetros de vías férreas hay buenas expectativas. Entre los habitantes de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, se considera que el tren resultará un factor de desarrollo: “Desde aquí las cosas se ven con una perspectiva diferente a como lo hace la gente del centro y de la capital”, me dijo una vez un habitante de esta región.
El problema es que esa misma expectativa y esperanza, que podría considerarse como alta, es lo que colocará a este proyecto como el fracaso más grande del sexenio, con los elementos suficientes para inscribirse en los libros de historia, aunque no de la manera en que lo sueña el propio López Obrador. Tan solo la inversión final de la obra, calculada en más de 500 mil millones de pesos, supone un incremento superior al 300% sobre el presupuesto inicial, calculado en 120 mil millones de pesos.
La intención de inaugurarlo antes de finalizar el año y ponerlo de inmediato en operación causa sospecha; sobre todo cuando no se cuenta con algún tramo culminado en su totalidad. Incluso el recorrido que realizará este viernes el presidente López Obrador, que inicia en Escárcega, Campeche, y finaliza en Cancún, está inconcluso: solamente tres estaciones están funcionales y terminadas en un porcentaje de 90%.
El recorrido del Presidente será de aproximadamente 450 kilómetros; cruzará los tramos 2, 3 y 4 del que se pretende será un circuito férreo. Se asegura que a partir de mañana, sábado 16 de diciembre, los usuarios privados podrán hacer un recorrido similar y se insiste en que los boletos para hacer la ruta están totalmente agotados hasta febrero, todos comercializados a través de una página que colapsó desde hace varios días.
El tema de los vagones que se emplearán para las primeras operaciones augura otro conflicto. Se reporta que han llegado al país tan solo 28 de las 42 unidades que se pondrán a circular en el último día de febrero, pero solo seis están plenamente funcionales, insuficientes para dar cobertura a la gran demanda de usuarios que pregona el gobierno a través del Fonatur y de la Secretaría de Turismo.
Por si fuera poco, las empresas encargadas de los tramos también generan dudas, no solo sobre si lograrán concluir las obras, sino por los aumentos presupuestales que hacen inviable a este proyecto y que podrían no terminar de pagarse en su totalidad. Una de las empresas expuestas es Mota Engil, a la que se le adjudicó el Tramo 1 del Tren Maya, que va de Palenque, Chiapas, a Escárcega, Campeche; el último que se inaugurará del circuito.
Reflejo de las dificultades para construir y la inviabilidad de hacer frente a los contratos es el Tramo 5, adjudicado originalmente a Grupo México y a Acciona, quienes terminaron por abandonar el proyecto y dejarlo en manos del Ejército, con denuncias penales y con investigaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera y el Servicio de Administración Tributaria. Finalmente hubo un acuerdo con el gobierno y el único que tiene a las autoridades encima por este tema es la española que desconoció todos los acuerdos.
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Carlos Slim es otro de los empresarios beneficiados con contratos del Tren Maya. A través de la constructora Cicsa, de Grupo Carso, se adjudicó el Tramo 2 que va de Escárcega a Calkiní, en Campeche, por 18 mil 553 millones de pesos. El ingeniero es uno de los asiduos visitantes a la zona, junto al Presidente, con quien ha recorrido el proyecto en helicóptero.
Como hemos reportado en otras entregas, Slim es el empresario con el que AMLO se ha reunido más veces en lo que va de su sexenio. Por lo menos 13 reuniones públicas, ya sea en Palacio Nacional, en el Museo Kaluz, en el rancho La Chingada del Presidente o en los recorridos del Tren Maya, el ingeniero se convirtió en el consejero y confidente empresarial más cercano. Nada de que el poder político y el económico se han separado; siguen más unidos que nunca: el político más poderoso y el hombre más rico de México.
A propósito de riqueza, ayer Slim rompió un récord histórico: su patrimonio neto superó los 100 mil millones de dólares. El magnate sumó 27 mil millones de dólares a su fortuna en 2023 para consolidarse como el latinoamericano más rico y el número 11 a nivel mundial. Sin duda alguna la frase que pronunció AMLO en mayo del 2022 se ha cumplido a plenitud: “No hay un rico de México que durante mi gobierno haya perdido dinero”.
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El presidente López Obrador jugó de manera muy extraña sus cartas para elegir a la nueva presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Si bien los cuatro perfiles que propuso para ocupar el cargo que dejó Arturo Zaldívar son cercanos a su movimiento y a él en lo personal, cambió de opinión en el último momento. Su opción A siempre fue Bertha María Alcalde, hermana de la actual secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, e hija de su eterna aliada, Bertha Luján. El Presidente lo socializó entre su círculo íntimo y así se hizo patente en el primer intento por aprobar su nombramiento, pues fue la que tuvo más votos de Morena (58 contra 5 de Lenia Batres), aunque no se logró la mayoría calificada.
El Presidente tuvo que enviar otra terna. Sacrificó a su consejera jurídica, María Estela Ríos, y subió a Eréndira Cruz Villegas, jefa de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Cultura. Se sabía que la competencia iba a estar entre las dos que se mantuvieron en las ternas: Bertha Alcalde y Lenia Batres. Todo indicaba que sería la primera, pues su familia tiene mucha influencia en el Presidente y además fue la que, a juzgar por expertos, tuvo la mejor exposición y conocimiento de los temas en su comparecencia ante el Senado.
López Obrador se decantó por la opción más radical, la hermana de Martí Batres, con pocas tablas para encabezar un puesto de esa magnitud, pero muy cercana a la 4T y sobre todo a la candidata presidencial Claudia Sheinbaum, quien, se asegura, fue la que tomó la decisión una vez que el Senado dejó esa opción al Presidente. Lenia Batres fue asesora de Sheinbaum cuando despachó como jefa delegacional de Tlalpan, de 2015 a 2018, lo cual explica el viraje, de último momento, de AMLO, que optó por dejarle la decisión a quien ve como su sucesora.
Al bloque pro4T de la Corte le sigue faltando un integrante para evitar que pasen las acciones de inconstitucionalidad o controversias promovidas por la oposición o la iniciativa privada a reformas legales, como ha sucedido con la Ley de la Industria Eléctrica, la de la Guardia Nacional, la reforma electoral y otras. Será hasta diciembre del 2024, tras la salida de Luis María Aguilar, cuando podrían lograrlo; claro, si ganan las elecciones.
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El cada vez más intenso ataque que el gobierno federal y su partido Morena mantienen contra el Fiscal de Morelos, Uriel Carmona Gándara, afectará a la actual candidata a gobernadora de la alianza opositora, Lucy Meza, toda vez que el apoyo que le ha mostrado al enemigo del gobernador Cuauhtémoc Blanco la pone también en disputa directa con la candidata morenista a la presidencia, Claudia Sheinbaum. En aquel estado aseguran que sería muy riesgoso tener una gobernadora que tenga rencillas personales con quien controla el presupuesto federal.