Nos hacen ver que no fue la matanza de 11 jóvenes en Salvatierra, Guanajuato, ni los retrasos y polémicas que registró el recién inaugurado Tren Maya lo que robó el sueño al presidente Andrés Manuel López Obrador la noche del domingo pasado, sino los aficionados del Club América que festejaron su triunfo en la final frente a los Tigres. Ayer, en su conferencia de prensa, el mandatario federal felicitó a las Águilas, y aunque reconoció que fue polémico el juego, señaló que el equipo de Coapa merecía el triunfo, pero no sin antes acusar que por sus festejos no lo dejaron dormir en su departamento ubicado en Palacio Nacional.
En la Secretaría del Trabajo nos cuentan que quien volvió a trabar la liquidación de los 86 periodistas del Sindicato Único de Trabajadores de Notimex fue la aún directora de la agencia, Sanjuana Martínez. Nos aseguran que como condición para pagar a los huelguistas está pidiendo una bolsa de más de 150 millones de pesos etiquetados para 70 personas que laboraron menos de un año, y para ella, quien fue la encargada de sepultar la agencia informativa, 15 millones de pesos. Esas liquidaciones no las tiene ni Obama, diría el presidente López Obrador.
Nos dicen que mal haría quien subestime el surgimiento de la Alianza Progresista, encabezada por el senador y exgobernador del Estado de México, Eruviel Ávila. Don Eruviel, expriista y hoy senador independiente, dijo que, ante el desgaste del frente opositor, “no apoyo a otros, estoy a favor de la doctora Claudia Sheinbaum”. Esta postura no cayó nada bien en las filas de la oposición, quienes conocen la experiencia del mexiquense como candidato y gobernador de su estado, y la presencia y aceptación que mantiene en la entidad más poblada del país, activos que hoy jugarán a favor de la candidata de Morena, y en contra de la abanderada opositora. ¿Habrá sido buena idea de la actual dirigencia priista haber forzado la salida de cuadros como el exgobernador Ávila, y convertirlos en peligrosos adversarios?
Nos hacen ver que a los diputados y senadores ya les urgía bajar la cortina en San Lázaro, y empezar sus vacaciones electorales, ya que la sesión de la Comisión Permanente de ayer sólo duró una hora, en la que aprobaron la licencia de cuatro diputados de Morena por tiempo indefinido, y a uno del PAN; y volverán a reunirse hasta el próximo 10 de enero de 2024. Un día antes, el 9 de enero, sesionará la mesa de trabajo para analizar la reforma constitucional para reducir la jornada laboral a 40 horas, al fin que no urge, y ya establecieron que la votarán hasta el final del siguiente periodo. “Si yo fuera diputado”, decía el mimo de México, Cantinflas.